Hay algo en el ambiente que se hace de rogar como si fuese la novia
en el día de su boda, o como la llamada del director de sucursal para
decirte que el banco te ha concedido el crédito, o como los brotes
verdes de Zapatero, o la salida de la crisis de Mariano, o como ese
puñetero sábado que nunca llega aunque hoy sea martes después de que
ayer fuese lunes, y anteayer, domingo.
Mañana será miércoles y de dolor, porque el jueves estará al caer
pero seguro que el muy mamón no enseña la oreja hasta las 00:00 que
serán, si Dios no lo remedia, las infinito en punto de la jornada a la
que todavía le quedarán 24 lentitudes tejidas por 60 espinas cada una,
para poder llamarse viernes, de dolores también, porque habrá que
esperar todavía otro tanto y otro mucho de lo que ya nos hemos metido
entre pecho y espalda, para que nos podamos poner a las 07:00 de ese
sábado de los demonios que estando relativamente cerca, sin embargo está
tan y tan lejos.
No me importa madrugar… Sí me importa,
para qué voy a mentiros. Todavía recuerdo una carrera de 2007 cuyo
nombre y circunstancia he olvidado o he preferido olvidar, en la que
tras despertarme para ver cómo Fernando machacaba a Lewis, después de
aguantar un rato del previo decidí cerrar los ojos un momentito por ver
si me despejaba del todo, y al abrirlos me enfrenté a Anthony Hamilton
ocupando todo el televisor mientras daba botes de alegría en el box de McLaren.
Imaginaros por un momento el chasco, no tanto por ver de nuevo al
tipo que se pasó toda la temporada menos Interlagos dando saltos
bobalicones, repartiendo abrazos a diestro y siniestro, chupando todos
los encuadres de cámara imaginables, sino por haberme dormido como un
gañán y no haber podido disfrutar ni así un poquito de una nueva derrota
del Nano, no de las de ahora, no, de aquellas que sabían a V de Vendetta y reclamaban venganza como mucho a los quince días.
¡Cómo pasa el tiempo! Bueno, cómo pasa de rápido cuando quiere,
porque está visto que esta semana, en la que debería ir a toda pastilla
porque ya está todo el pescado de pretemporada vendido, los dedos
crispados de haber escrito tanto y el cerebro seco de ideas porque ya no
queda rincón informativo de dónde rascar, ha decidido ir haciéndose el
loco, relajando cada paso y cada movimiento, como los niños cuando los
arrastras hasta el coche en el que los llevarás a la escuela o cuando
los empujas para que terminen de una puñetera vez los deberes, o les
pides con enésimo salmo que se pongan el pijama, que se acuesten, que se
duerman.
Todo es relativo. Lo dijo don Alberto: tú estás siempre en reposo y
lo que se mueve es el mundo… Visto así, dan ganas de dejar de estar
quieto y buscar la manivela que acelere el mundo para que éste llegue al
sábado sin haber pasado siquiera por los entrenamientos en Melbourne.
¿Que no? Yo diría que sí. Los libres del viernes y el sábado
madrugada aquí, mañana allí, con la pretemporada que nos hemos tragado
nos van a saber a lo mismo que ya vimos la semana pasada o la otra en
Montmeló, y me parece a mí que más de uno (yo sin dudarlo) pagaría lo
que no está escrito por comenzar a disfrutar de la Q1 sin más dilación,
sin necesidad de sufrir ni un instante más en esta demonio grill
en la que me estoy asando bien sazonado a medio palmo de las brasas,
mientras pierdo jugos y algo de cordura y mi carne va encontrando su
punto con una lentitud que exaspera.
Martes, todavía martes. Martes de dolor, martes de parrilla…
3 comentarios:
Como decía Steve Mcqueen: "A lot of people go through life doing things badly. Racing’s important to men who do it well. When you’re racing, it... it’s life. Anything that happens before or after... is just waiting."
Y si para este tiempo de espera habrá que buscar actividades alternativas aquí hay una lista de sugerencias: http://www.youtube.com/watch?v=o0XlAeZTRyQ XDDDDDDDDDD
Yo he disfrutado releyendo la pretemporada del año pasado en este blog, fue muy interesante. De allí rescato este impresionante vídeo que cité entonces: http://www.youtube.com/watch?v=79Q287-798A&feature=related
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
J-CAR ;)¡¡¡horario infantil!!!. El segundo, hermosísimo.Realmente, ante esas imágenes sobran todas las palabras.
Jose:). La foto,guapísima. Tus palabras (y tus ideas,que no falten), me ponen,formuleramente hablando, al ROJO vivo.
No todo va ser...
Un saludo.
Nunca sé dónde hay que comentar, si aquí o en el otro sitio!
Me apetece ver la lucha entre Hamilton y la eterna promesa Rosberg. Éste siempre ha estado en el momento equivocado y en la escudería equivocada. En Williams cuando peleaba por estar en la parte media de la tabla, y luego llegó al equipo de Brawn justo después de que éste consiguiera el campeonato del mundo y un negocio redondo con Mercedes. Creo que Rosberg tardó aún más que Button en ganar un gran premio y aún no ha dado lo que él cree que puede dar.
Veremos qué pasa con Hamilton, que es un tiburón.
Yo creo que el inglés se lo zampará.
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