El año pasado por estas fechas, decidí no apostar ni un miserable céntimo por el E20 by Lotus.
Son de esas cosas que escribes en un día cualquiera y no puedes
quitarte de encima ni con agua caliente, y no quiero repetir el
incidente, entre otras cosas porque con la lección aprendida en 2012,
las soluciones propuestas en su sucesor el E21, amén de molonas, suponen
una prolongación racional y lógica sobre una plataforma que ha
funcionado bastante bien.
En este sentido, y como viene siendo costumbre durante los últimos
años, hay que presumir que este E21 que ayer se presentó en la sede de
Lotus, supone un modelo sobre el que se construirá el que veremos a
partir del Melbourne, y que en este sentido hay que aceptar aunque sea a
regañadientes, que la piscina tiene muy poquita agua.
En fin, sea como fuere, estamos ante un
híbrido mitad E20 y mitad RB8, y como este último ha sido el campeón del
mundo de marcas y pilotos (espero que pilléis el doble sentido), lo
normal es que una escudería medianera pero con aspiraciones como Lotus,
haya tirado de las notorias buenas vibraciones que ofrecía el vehículo
austriaco para calcarlas fundamentalmente en la zaga de su coche para
2013. Así que ahí se intuyen en el monoplaza británico el tunelillo redbulliano,
y el carenado en puente sobre su abertura principal, para que los
escapes derramen el calor con dirección al difusor, como Dios manda y
Charlie sanciona con permiso del sr. Coanda.
Como el E21 es negro zahíno y no hay forma de meterle mano con el
Photoshop, me he quedado con las ganas de poder observar qué espacio y
dirección se ha dado al doble DRS pasivo (único permitido este año),
porque intuyo que ahí va a estar la madre del cordero del funcionamiento
de todo el grupo trasero.
En general parece un coche limpio que a priori se ha
centrado en la parte trasera, habiendo trabajado la zona baja de los
pontones para facilitar el paso de aire hacia el engendro made in Newey, que tan buenos resultados ofreció en 2012, dejando que la parte delantera parezca un ya visto
que seguro que nos da algunas alegrías en cuanto se ponga a correr en
pista, porque parece que hay suficiente espacio como para alterarlo en
base de esas numerosas evoluciones para el comienzo de temporada de las que hablaba Romain Grosjean ayer mismo, creo.
Me gusta. La limpieza de líneas y soluciones me encandila, ya lo sabéis, y a este E21 sin sorpresas
le voy a dar un notable a falta de observar cómo resuelve el
tratamiento de unos neumáticos que prometen mucho espectáculo, y por
supuesto, de que demuestre sobre el asfalto si el doble DRS pasivo
resulta tan bueno como dicen.
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