¡Yassss, Marina! [Yas Marina]

Discúlpenme lo travieso del título. Ayer tarde quise sentar las bases de lo que sigo considerando una tomadura de pelo por parte de la FIA (a lo extraño que se ha puesto el campeonato de la noche a la mañana me refiero) para acometer hoy mi crónica personal de la carrera en Abu Dhabi, y sin querer he vuelto a herir sensibilidades, así que después de haberme dormido a las tantas y haber desterrado el sueño como quien dice hace un rato, casi mientras comía, lo menos que puedo hacer es buscar la sintonía y sensibilidad que al parecer me falta, de ahí que me haya dado por enfatizar con admiraciones y onomatopeya lo más obvio que he encontrado a mano: el nombre del circuito.

Dicho lo cual y por aclarar aún más las cosas antes de meterme en harina, lo que venía a decir ayer con mi verbo florido no era otra cosa que no me parece de recibo convertir en una decisión estratégica una sanción aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.

Dicho de otro modo. Salir desde el pit-lane es una opción que tienen los equipos cuando deciden paliar los efectos de una mala calificación o un problema surgido en ella, es decir, en sí misma es una penalización porque se sugiere que existe una ventaja en modificar el coche de sábado a domingo saltándose el parque cerrado. Así, convertir una sanción por una actuación ilegal en calificación (lo que le cayó a Vettel, para que nos entendamos) en una oportunidad para cambiar de estrategia sin que se impida (sería lo lógico), o la penalización correspondiente se acumule de alguna forma, me parece a mí, de manera totalmente personal e intransferible y sin pretender convencer a nadie, una soberana tomadura de pelo.

¡Sírvanse ustedes, que esta es sólo mi opinión!, voy con la carrera porque con tanto ruido de fondo, al pobre Kimi no le voy a poder rendir el homenaje que se merece, porque en Yas Marina, el finlandés se propuso como el máximo protagonista y a fe mía que lo consiguió con creces.

La cosa comenzaba con Vettel en el pit-lane y con Hamilton en la pole, y nada permitía entrever que íbamos a disfrutar de una de las mejores carreras del año porque la victoria de Lewis parecía cantada y al bicampeón alemán se le aventuraba llegar a la meta más o menos en el octavo o séptimo puesto. Quedaba ver cómo aprovechaba Fernando la ocasión que la fortuna parecía brindarle en bandeja de plata y poquita cosa más.

De esta forma la prueba daba comienzo con una buena salida de Hamilton y una lamentable arrancada de Webber, situación que permitía que Raikkonen salvara a Maldonado para ponerse segundo a la estela del McLaren, delante de un Maldonado que ayer iba sin machete. Di Resta hacía un extraño y dejaba fuera de juego a Hulkenberg después de que éste casi desvencijara a Bruno Senna en su viaje a la escapatoria. Para cuando nos recobrábamos del susto Sebastian ya había partido, seguido por Pedro, quien habiéndose llevado una alfombrilla térmica en el eje trasero de su HRT, se perdía la vuelta de instalación, viéndose así obligado a salir detrás del de Heppenheim.

Bien, las primeras vueltas nos dejaban un bonito sabor de boca. Fernando se había quitado de encima a Webber en el segundo sector durante el primer giro, y en el segundo, Hamilton se salía de trazada y se las tenía que ver y desear para mantener el liderato de la prueba con un Kimi que ya apuntaba maneras. Detrás, Vettel avanzaba con ritmo endiablado sin parte de su alerón delantero (se había tocado con Senna). Pero en el giro nueve, el accidente entre Karthikeyan y Rosberg obligaba a la primera neutralización de la carrera. El Safety Car estaría en pista poco tiempo, pero el suficiente como para que en la vuelta 13 Vettel fuera llamado a garajes para cambiar morro y neumáticos en su RB8. Se reintegraría último de nuevo, pero más liviano de carga y montando blandos en lo que se antojaba una arriesgada estrategia a una parada.

En el reinicio, Alonso sufría de enfriamiento de gomas en su F2012 y se veía acosado por Webber. El asunto duraba poco pero resultaba sabroso, aunque cuando todo parecía que iba a seguir un discurso bastante sencillo de narrar, el MP4/27 de Hamilton rompía, dejando el camino expedito a Raikkonen y a los que le seguían.

Vettel seguía devorando rivales en el sector 2 con mayor facilidad que lo que le había costado librarse momentáneamente de Grosjean en la vuelta 16, y comenzaban los pasos por boxes cuando ya estaba casi en zona de puntos. Para ese instante, la carrera parecía discurrir con notoria tranquilidad en cabeza y algunas escaramuzas en la parte media. A resultas de una de ellas, Sergio Pérez o Romain Grosjean (después de haber vuelto a ver el lance albergo algunas dudas al respecto), se montaba la tangana del siglo, con Webber como víctima propiciatoria, lo que daba lugar a que saliera el segundo Safety Car de la jornada.

El caso es que Vettel había hecho su segundo cambio de gomas un par de giros antes del suceso, y saliendo detrás del de McLaren (tercero en liza, tras Fernando y Kimi), se proponía contra todo pronóstico como firme candidato a protagonizar una remontada rubricada con victoria. Pero no adelantemos acontecimientos. A falta de 13 vueltas para el final, Iceman, con una inteligente gestión de neumáticos, navegaba cómodo con dirección al banderazo final habiendo entrado en garajes sólo una vez, con Alonso a su espalda, algo despegado, y éste, con Jenson y Sebastian en un puño tras la zaga del F2012 del español.

Los últimos giros fueron de infarto. Vettel hostigaba a Button, éste no perdía la estela de Fernando, y éste, a su vez, no dejaba de lado la posibilidad de arrebatar el primer puesto a Raikkonen. A falta de un puñado de vueltas, Fernando atacaba al finlandés encadenando varias vueltas rápidas hasta que su coche comenzaba a hacer extraños. Sebastian respondía superando a Jenson, y Kimi también, conteniendo al asturiano... El podio había quedaba sellado.

Me quedo con las soberbias carreras portagonizadas por Kimi, Fernando, Sebastian y Pedro, y por este orden. Raikkonen porque podrá ser una ameba pero parece una mantis religiosa. Limpio, certero, contenido a veces y agresivo cuando hace falta, el finlandés exprimió las bondades de su motor Renault y las gomas de su E20 para leer y gestionar una carrera que se presentaba bien encarada pero que necesitaba de un trabajo quirúrgico. Alonso, porque podía haber perdido el campeonato ayer mismo, pero con correa de la buena supo exprimir las posibilidades de su vehículo para inquietar a Kimi hasta donde pudo ser posible, logrando terminar por delante de su némesis. Sebastian, porque aunque tuvo todo de cara, incluso a la Fortuna hay que saber gestionarla, y en este sentido, flor en el culo o no, Vettel dio el callo y demostró que lucha por el título con todo lo que tiene. Y Pedro, porque si hay que hacer hincapié en la épica, su actuación de ayer es de nota, y para más bemoles con un humilde HRT.

Descartar a estas alturas alguna cosa quedaría feo, para qué voy a negarlo, así que con vuestro permiso y el de McLaren, le doy un cate a la FIA por lo que decía antes. Tirarse cinco horas para parir una sanción cuyas consecuencias podían ser sorteadas reglamento en mano, tiene su tela. Ahí lo dejo.

Os leo.