Regreso al futuro (Silverstone)

Qué queréis que os diga. Tengo un sabor agridulce cuya causa no logro definir. Me ha emocionado la carrera de este mediodía, me ha encantado, ha sido preciosa, ha tenido de todo, pero no me ha gustado que haya ganado el hijo de Anthony Hamilton, o mejor dicho: cómo lo ha hecho.

Llamadme envidioso, incluso rencoroso, o paranoico. Perdonadme el tono ligeramente avinagrado de esta entrada, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de ser el primero en llevar la contraria a la marea de alabanzas e insensateces que a buen seguro tendremos que leer y escuchar mañana.

El hijo de Anthony Hamilton ha realizado una salida perfecta. Aprovechando el espacio dejado por Webber se ha lanzado como una exhalación sobre su compañero de equipo, el poleman, casi sacándole de la trazada en una maniobra que no por habitual (el año pasado las gastó del mismo pelo con Fernando) ha dejado de ser un poco suicida y totalmente innecesaria, porque a poco que Heikki se hubiera resistido como lo hizo Alonso en Spa, los dos McLaren podían haber terminado la carrera en ese punto, ya que el asfalto de Silverstone no estaba para bromas. Y repito que fue innecesaria, porque ya en las primeras vueltas se ha visto que el McLaren número 22 iba mucho mejor que el 23, y no sólo por el modo de conducción, sino porque al de Heikki se le iba el culo con demasiada facilidad.

Y es en este punto donde han comenzado a asaltarme de nuevo las dudas que me han asaltado ya otras veces, porque cuando un equipo va mal o bien, los dos coches acostumbran a ir de idéntica manera, de forma homogénea, vamos, a partir de lo cual el resultado final lo define la calidad de los pilotos.

Hoy mismo. Los Ferrari no andaban muy lustrosos que digamos, y los errores de Massa y la capacidad de respuesta de Kimi han colocado al primero en el último lugar y al segundo en la 4ª plaza. Y los BMW, que tampoco han estado como para tirar cohetes, aunque Heidfeld haya logrado alzarse con el 2º lugar a más de un minuto del líder, y Kubica haya terminado en la cuneta… Con todo esto quiero decir que los dos vehículos de una misma escudería tienden a comportarse de manera similar, salvo en el caso de McLaren (y ya van unas cuantas carreras en que ocurre lo mismo).

Así que sin querer menospreciar el merecido triunfo del hijo de Anthony Hamilton, debo decir que no me ha gustado nada el tufillo a precocinada que ha tenido su victoria, y a los hechos me remito.

Descartados los Ferrari desde el mismo sábado (tampoco anduvieron finos, Kimi 3º y Massa 9º), y también los BMW (Heidfeld 5º en la parrilla, y Kubica 10º sin aparecer en la Q3), al hijo de Anthony Hamilton sólo le quedaba quitarse de en medio a Kovalainen, y con la desfachatez con que lo ha intentado en la primera curva sólo me cabe preguntar ¿qué sabía él que no sabíamos ni los demás ni Heikki?

A todas luces el coche de Kova iba algo tarado, sufriendo una inestabilidad extraña (muy palpable en sus ataques a Fernando, al final de la carrera, cuando su compañero sencillamente volaba de manera insensata), y si no fuera porque el año pasado ya nos enteramos de la tendencia que tienen los neumáticos en McLaren a cambiar de presión de forma inesperada, podríamos pensar que Heikki no sabe conducir sobre agua… Ahora bien, para admitir este punto habría que pasar por alto que en Fuji 2007, bajo un diluvio, terminó 2º, y olvidar que es finlandés, y que la conducción en mojado es la vitola que distingue a los nórdicos (Peterson, Hakkinen, Raikkonen, Kovalainen, y algún otro más que seguro me dejo), quienes aprenden a conducir bajo condiciones extremas antes incluso que a andar.

El caso es que desactivado el hombre que había realizado la pole, la única amenaza real, y descartados los principales oponentes, sólo quedaba gestionar la carrera desde afuera.

¿Dónde coño estaba hoy el Safety Car? ¿Necesitaba que hubiera restos sobre la pista para salir?, pues ahí estaban los que se había dejado Rosberg, ¿Necesitaba barro o porquería para salir?, pues ahí estaban los esparcidos por Sutil y Fisichella en sus respectivas viajes a través del verde y el asfalto. ¿Necesitaba situaciones de peligro para salir?, pues ahí tenía a Coulthard y Vettel varados en plena escapatoria de una curva anegada de agua, o la grúa retirando el coche de Sutil en el mismo sitio, por no mencionar la nula visibilidad bajo el aguacero… Me temo que hoy no tocaba sacar el Safety Car para que no hubiera reagrupamiento y el líder carismático se recuperara de las chapuzas cometidas en Canadá y Francia, reinando sin competencia bajo la lluvia, así existiera riesgo de que algún piloto se dejara los dientes.

Y es que ya lo dije en su momento: lo más triste de este tipo es que sólo brilla cuando los demás desaparecen, o cuando recibe ayuda, y hoy, lamentablemente han concurrido ambas circunstancias.

Por lo demás, Massa y Kubica no han puntuado, sí lo han hecho el ídolo prefabricado y Kimi, pero la puntuación en cabeza ha quedado intacta, tal y como quedó establecida en Magny-Cours, en 48 puntos; y como quiera que Fernando ha quedado 6º, el resultado es que ha reducido en 3 puntitos la diferencia. ¡Menos es nada!