En un mundillo que babea con los ingenieros y las máquinas, que si pudiera erradicaría el Mundial de Pilotos aunque pierde el culo hablando de ellos en cuanto tiene ocasión, no es de extrañar que los segundones de esta mandanga hagan de tapaos de la historia.
Más importante incluso que los presidentes, la figura del tapao ha sido emblemática en política, de siempre. En México solía corresponderle este papel al Secretario de Gobernación, en lo nuestro, se circunscribe a esos individuos que parecen no servir de nada que no sea llevar a buen puerto los cacharros que diseñan sus eminencias.