He desistido en titular esta entrada «Vendrán carreras peores que ésta» porque la historia es de primeros de julio pasado, vieja por tanto, de cuando aquello de «Quien se frustre o aburra que apague la televisión hasta el año que
viene. Todo está yendo peor de lo
que esperábamos en un principio.»
Se lió parda aquel sábado del Gran Premio de Gran Bretaña. Pero la prensa, la nuestra y la otra, empeñada una y otra vez en domar la realidad en de vez de servírnosla según viene formateada, sigue erre que erre esbozando ucronías o distopías que la ayuden a sobrevivir al filo de la supuesta noticia, sin que sus lectores y sus legítimas necesidades de estar informados importen un absoluto carajo.
Viendo lo que nos sucede a nosotros en nuestra afición, minúsculo apéndice de ese mundo globalizado que nos engulle cada día, no quiero ni imaginar qué se cuece entre las bambalinas de cada titular, artículo de los diarios y revistas, o frases de televisiones o radios, cuando sus autores pretenden contarnos lo que realmente sucede ahí fuera.
El parte era en mis años mozos un episodio solemne. Mi padre o mi madre, por ejemplo, cuando pedían silencio en casa porque la tele servía el telediario, nos avisaban también de que había llegado la hora de conectarnos con el mundo y la realidad, y que aquello merecía un respeto. También es verdad que los informativos de entonces nos la metían doblada, más o menos como sucede ahora, pero hasta Mariano Medina gozaba de mayor credibilidad desde su santuario meteorológico, que todas esas prostitutas que llamándose periodistas, han olvidado que se enfrentan a la hemeroteca más rápida y ágil de todos los tiempos.
Internet está jodiendo a los medios, pero no donde nos dicen. A primeros de julio pasado, un piloto avisaba de que venían tiempos peores para su escudería, pero se ve que los juntaletras estaban entretenidos en otras cosas porque dos meses después, da la sensación de que Fernando Alonso habló para el desierto.
Si no fuera porque como decía antes, se armó la de Dios es Cristo en Silverstone, me creería que la situación actual de McLaren-Honda daba para tanto ruido, pero se montó el pollo en aquel momento y se ha vuelto a montar en Monza. Os confieso que no entiendo muy bien qué no se pudo entender de las palabras del Nano cuando era meridianamente claras e incluso hirientes, pero tambén os juro que estoy hasta los cogieron de una prensa que ni recuerda lo que ha escrito, dicho o gesticulado, ni me respeta como lector, oyente o televidente, a la hora de venderme una noticia que huele a calcetín usado.
Me importa una mierda, así os lo digo, que desde Inglaterra o desde Tokio, se esté intentando bajar el precio del patrocinio por centímetro cuadrado que ha puesto Dennis a la carrocería de sus coches, o que a Ron le estén sonando las campanas aquellas que decía Hemingway porque su saldo personal de puntos se está acercando peligrosamente a cero. Lo que no es de recibo es que la prensa nativa o foránea, se preste mansamente a ser correa de transmisión de un mundo ajeno a la Fórmula 1, mientras emboba a la peña con refritos y pánicos.
«Vendrán carreras peores que ésta.» Era y es sencillo de entender, salvo que narres la guerra desde la comodidad de la habitación de un hotel situado a cientos de kilómetros de la línea de fuego, entre daikiri y daikiri, lejos en todo caso, de las bombas y la auténtica información.
Os leo.
2 comentarios:
Sublime.
Pues lo que hace esta caterva de informadores pseudodesinformados es jugar con el frágil intelecto de la inmensa mayoría de nuestros congéneres haciéndonos vivir en una rabiosa actualidad fomentando la desmemoria en esto y en todo para hacernos vivir en un eterno bucle "desinformativo" y de fuegos de artificio del que yo personalmente estoy hasta los mismísimos collons y agotado mentalmente de tener que soportar. Perdón por la ausencia de comas y por algún exabrupto en catalán (saludos el día de vuestra fiesta y deseos de que acabe de una vez vuestro sufrimiento insufrible y nos dejen al resto en paz en los telediarios nacionales de tanta mandanga "másica" y "piquetiana"). Con los años algunos perdemos el pelo no por la experiencia, sino por lo que nos lo toman. Básicamente.
Superentrada, Jose !!
Un saludo.
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