From the lost to the river

Si dispusiéramos de una bolita de cristal como la que perdí en los acantilados, el mundo sería una completa castaña. Admitámoslo, resulta muy aburrido conocer de antemano lo que va a suceder, emprender cada día sabiendo perfectamente qué recordaremos cuando nos vayamos a la cama...

Hará mañana dos semanas que prometí hablar de Fernando, pero no se puede confiar en la palabra de un soñador, porque en cuanto te descuidas se pone a coquetear con las menudencias cotidianas olvidando que lo serio es cumplir promesas (¡mundo de Dios, así nos va pareciendo tan serios!).

En fin, que entre cuidar el patxarán, trabajar como un jabato y realizar cosas sin importancia, poco a poco me han dado las uvas y sin bola de cristal me he ido poniendo en jueves, luego en viernes, y hoy, por fin en sábado. Total, que tocaba cumplir mi palabra y qué mejor momento para hacerlo que después de la calificación para el G.P. de Italia.

Y aquí estamos, como siempre, pero con matices, porque gracias a que guardé mi llamador de lluvia junto a las botellas que verán la luz el mes de marzo próximo, en Monza hace un calor de morirse este fin de semana, lo que en vulgar paladino viene a significar que los Ferrari pueden ir sencillamente de perlas.

Lo comentaba Jacobo Vega en la retrasmisión de este mediodía, y a fe mía que este Gran Premio que culminará mañana va a ser el más caluroso de la sesión. No digo nada. Quiero decir que no aventuro nada, pero tendría su gracia que resucitáramos precisamente en Monza, porque Stats F1 sigue diciendo que tenemos posibilidades, y si ellos, que saben de números, lo afirman así de tajante, digo que habrá que creerles, ¿no?

Además, mientras Stefano sigue deshojando la margarita del futuro del 150th Italia porque todavía estamos en septiembre, Fernando, Jenson y Lewis van a correr con la ventaja de saber que más se perdió en Cuba, o lo que es lo mismo: apretando bien el culo porque si algo sale mal va a importar un pimiento.

La presión, como el calor, tiende a equilibrarse entre dos objetos, y de suyo es posible barruntar que con los chicos de Woking y Maranello ligeritos de la primera, el peso de la faena va a recaer sobre los hombros de Sebastian...

Sigo sin decir nada, pero por si acaso he estrenado mi bañador rosso scuderia y en cuanto publique esta entrada me voy a la piscina, porque como dicen en mi pueblo: de perdidos al río, aunque en serio suena mejor: from the lost to the river.

Os leo.