Mientras los meapilas se regodean confeccionando frases que pretenden pasar por coherentes aunque en su composición quepan dos conceptos antagónicos —con dos cogieron y un palito, así os lo digo—, toca hablar de Pirelli, otra vez, de nuevo, ya lo sé, qué martirio...
Sí, soy consciente de que pensar un poco por tu cuenta y riesgo, o tratar de arañar la superfice de la realidad, no es lo mismo que hacer exploraciones estadísticas sobre las cifras que ofrece Antena3, para subir a Youtube la conclusión de que la alonsomanía lleva cuernos y rabo y es la madre de todos los males que nos aquejan como deporte. Pero me interesan Pirelli y su papel estelar como mediador entre eso que entiende Bernie Ecclestone como Fórmula 1, y eso otro que nos metemos nosotros cada dos domingos, más o menos, entre pecho y espalda.
La verdad es que este empeño en hablar de la italiana tampoco tendría mayor recorrido si supiésemos los valores de camber y presión de gomas que se han utilizado con anterioridad a Monza.
Mucha alonsomanía, mucho renacer rosso, mucho Arai y Alonso, pero ni una pista sobre esto que me parece tan interesante porque nos serviría a los aficionados, incluso a los pata negra, para comprender el auténtico alcance de la medida propuesta por el fabricante para aumentar la presión de las ruedas de los vehículos en 5 Psi (Pounds-force per Square Inch o libra de fuerza por pulgada cuadrada, en español), obligando además a modificar la caída del camber, por aquello de evitar que se replicaran los indicentes de Bélgica.
No os voy a aburrir tratando de explicar otra vez que en un universo donde cada micra o porción de grado es importante, estas cosillas de andar interviniendo en la labor de los equipos pueden llevar metralla en sus entrañas, porque modificar la huella del neumático en su contacto con el suelo incide en el comportamiento global del monoplaza, ya que afecta a la entrega de potencia y a su estabilidad y aerodinámica en orden de marcha. Y porque hacerlo a estas alturas de la temporada, podría suponer un episodio cinegético.
Sea como fuere, el fabricante sí estaba en posesión de esas cifras que mencionaba antes, si no, de qué se iba a meter a cambiarlas para mejorar la bendita seguridad. Pero puesto que nos recordó en el juicio contra Mercedes AMG que su contrato era con la FOM, y Bernie nos contó entonces que él era en parte responsable del mal funcionamiento de las gomas porque había dado instrucciones a la milanesa para que favoreciera el show, y hace nada, acaba de prohibir a los pilotos hablar mal de Pirelli en público y tenemos reciente la broma de Hungría, una cosa lleva a la otra y me ha dado por pensar...
Eludes que en España existe otro canal diferente a Antena3 ofreciendo contenidos similares, Movistar F1, que en justicia habría que sumar las dos audiencias para que te aprobaran matemáticas. Evitas comparar los datos con cadenas de otros países por si allí la alonsomanía también es culpable de que todo vaya tan bien que se ha caído el Gran Premio de Alemania o se ha hecho necesario poner un poquito de alegría riojana para salvar el de Italia, o que nos vamos a Bakú —¡yuju!—, y te sale un bonito refrito apriorístico.
Olvidas lo sencillo que sería que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el mandamás de lo nuestro haya podido sugerir a su mastín tibetano antes de Italia, que alegre el espectáculo, y tienes un plató televisivo que dice buscar la seguridad pero en el que encaja que de los veinte coches participantes sólo se tomen muestras en cuatro, correspondientes además, a tan sólo dos equipos de los diez participantes... Y obtienes que las motorizaciones Mercedes sufren más de la cuenta en Monza, un escenario que en principio les venía de perlas, sencillamente porque las ruedas, además de en el equlibrio del coche y su aerodinámica, también intervienen en la recuperación de energía, pero la gente se pregunta cómo la alonsomanía puede ser tan envidiosa mientras Jorge Javier Vázquez se levanta de la silla y nos dice aquello de «O sea, me parece muy injusto que seáis tan duros con él.»
Os leo.
Sí, soy consciente de que pensar un poco por tu cuenta y riesgo, o tratar de arañar la superfice de la realidad, no es lo mismo que hacer exploraciones estadísticas sobre las cifras que ofrece Antena3, para subir a Youtube la conclusión de que la alonsomanía lleva cuernos y rabo y es la madre de todos los males que nos aquejan como deporte. Pero me interesan Pirelli y su papel estelar como mediador entre eso que entiende Bernie Ecclestone como Fórmula 1, y eso otro que nos metemos nosotros cada dos domingos, más o menos, entre pecho y espalda.
La verdad es que este empeño en hablar de la italiana tampoco tendría mayor recorrido si supiésemos los valores de camber y presión de gomas que se han utilizado con anterioridad a Monza.
Mucha alonsomanía, mucho renacer rosso, mucho Arai y Alonso, pero ni una pista sobre esto que me parece tan interesante porque nos serviría a los aficionados, incluso a los pata negra, para comprender el auténtico alcance de la medida propuesta por el fabricante para aumentar la presión de las ruedas de los vehículos en 5 Psi (Pounds-force per Square Inch o libra de fuerza por pulgada cuadrada, en español), obligando además a modificar la caída del camber, por aquello de evitar que se replicaran los indicentes de Bélgica.
No os voy a aburrir tratando de explicar otra vez que en un universo donde cada micra o porción de grado es importante, estas cosillas de andar interviniendo en la labor de los equipos pueden llevar metralla en sus entrañas, porque modificar la huella del neumático en su contacto con el suelo incide en el comportamiento global del monoplaza, ya que afecta a la entrega de potencia y a su estabilidad y aerodinámica en orden de marcha. Y porque hacerlo a estas alturas de la temporada, podría suponer un episodio cinegético.
Sea como fuere, el fabricante sí estaba en posesión de esas cifras que mencionaba antes, si no, de qué se iba a meter a cambiarlas para mejorar la bendita seguridad. Pero puesto que nos recordó en el juicio contra Mercedes AMG que su contrato era con la FOM, y Bernie nos contó entonces que él era en parte responsable del mal funcionamiento de las gomas porque había dado instrucciones a la milanesa para que favoreciera el show, y hace nada, acaba de prohibir a los pilotos hablar mal de Pirelli en público y tenemos reciente la broma de Hungría, una cosa lleva a la otra y me ha dado por pensar...
Eludes que en España existe otro canal diferente a Antena3 ofreciendo contenidos similares, Movistar F1, que en justicia habría que sumar las dos audiencias para que te aprobaran matemáticas. Evitas comparar los datos con cadenas de otros países por si allí la alonsomanía también es culpable de que todo vaya tan bien que se ha caído el Gran Premio de Alemania o se ha hecho necesario poner un poquito de alegría riojana para salvar el de Italia, o que nos vamos a Bakú —¡yuju!—, y te sale un bonito refrito apriorístico.
Olvidas lo sencillo que sería que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el mandamás de lo nuestro haya podido sugerir a su mastín tibetano antes de Italia, que alegre el espectáculo, y tienes un plató televisivo que dice buscar la seguridad pero en el que encaja que de los veinte coches participantes sólo se tomen muestras en cuatro, correspondientes además, a tan sólo dos equipos de los diez participantes... Y obtienes que las motorizaciones Mercedes sufren más de la cuenta en Monza, un escenario que en principio les venía de perlas, sencillamente porque las ruedas, además de en el equlibrio del coche y su aerodinámica, también intervienen en la recuperación de energía, pero la gente se pregunta cómo la alonsomanía puede ser tan envidiosa mientras Jorge Javier Vázquez se levanta de la silla y nos dice aquello de «O sea, me parece muy injusto que seáis tan duros con él.»
Os leo.
3 comentarios:
Hola Jose,
Y, teniendo en cuenta que la presión de las ruedas ronda los 1,1 bar(g), o lo que es lo mismo, entre 15 y 18 psi(g), pues una variación de 5 psi(g), como propone El Perro Patán (O Pulgoso), es de casi un tercio, un 33%, ¡mira, coña, más que el iva cultural!... Seguro que no afecta al coche ni ná...
Un saludo a Jose y a todos,
ABB
Y como quien no recibe ventajas, obtiene congelación, y el que no dinero, y el que no amenazas, casi todas la bocas bien cerradas.
Todos somos culpables de esta farsa. Incluso los que no tenemos el valor de apagar la tele un año, o dos. Ni el F1 de la playstation 4. Se iban a enterar.
Si no sancionaron a Mercedes fue porque no estaba clara la norma. Por eso el comunicado oficial termina diciendo eso de que se aclararán los protocolos. Querían sancionarla pero sabían que Mercedes defendería muy bien su posición, así que por una vez ganaron las carreras.
Un saludo!
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