«Toleman no era un equipo vencedor. No tenía un coche ganador, era impensable que pudiera ganar una carrera. Por eso, lo que Ayrton hizo en Mónaco era propio de un genio.»
Reginaldo Leme.
Vivimos tiempos extraños y no me cansaré de decirlo. Hay tal cantidad de miseria intelectual instalada en la cima del ruido que la razón parece no servir de absolutamente nada, ni siquiera cuando apunta a lo que durante décadas señalaron otros antes que nosotros y a la postre, nos permite gozar ahora mismo, de un deporte que se ha cimentado precisamente en verdades como puños que demasiadas veces han sido poco reconocidas por los números.
La cita que abre esta entrada está extraída letra por letra del documental Senna (2010). La pronuncia Reginaldo Leme, periodista de la cadena Globo TV, adornando con ella un hecho consustancial a nuestra actividad que desde mi humilde punto de vista, debería ser enseñado en las escuelas: somos más allá de lo que tenemos, en nuestra vida diaria y por supuesto en la Fórmula 1.
El heptacampeón del mundo Michael Schumacher, por ejemplo, siempre mostró un sentido respeto por Juan Manuel Fangio, piloto que obtuvo menos triunfos que el de Kerpen pero a cambio, cosechó a lo largo de su carrera profesional una aureola de leyenda que nadie en su sano juicio le discutirá jamás... Sinceramente tampoco le imagino sintiéndose mejor que Jim Clark, Gilles Villeneuve o el propio Ayrton Senna por mucho que sus éxitos hayan sido mayores, así que casi mejor lo dejo en este punto exacto.
Antes bien, no quería terminar si recordar que Erich Fromm, del que desconozco si le gustaba el automovilismo deportivo pero al que he admirado siempre, decía en una entrevista que se le hizo: «si puedo decir soy lo que tengo, surge la inevitable pregunta: ¿quién soy yo si pierdo lo que tengo?»
Fernando se lamentaba hace poco de que preferiría más títulos y menos reconocimiento, pero estoy seguro de que cuando se retire habrá cambiado de punto de vista sea cual sea su saldo entonces, ya que en el duro camino de ser o tener lleva ventaja, tanta como para haber realizado —quizás demasiadas veces— cosas de esas que se les pide siempre a los grandes pilotos, o como para haber hecho disfrutar a los aficionados en base a eso que se espera de los campeones de estirpe: defender con uñas y dientes el título aunque se vean obligados a perderlo.
Obviamente hay quien no lo entiende ni lo entenderá jamás y por supuesto, puedo estar errado como los muchos que han entendido desde que se inició todo esto, que en F1, hay actitudes que valen mucho más que un puñado de mundiales.
Os leo.
La cita que abre esta entrada está extraída letra por letra del documental Senna (2010). La pronuncia Reginaldo Leme, periodista de la cadena Globo TV, adornando con ella un hecho consustancial a nuestra actividad que desde mi humilde punto de vista, debería ser enseñado en las escuelas: somos más allá de lo que tenemos, en nuestra vida diaria y por supuesto en la Fórmula 1.
El heptacampeón del mundo Michael Schumacher, por ejemplo, siempre mostró un sentido respeto por Juan Manuel Fangio, piloto que obtuvo menos triunfos que el de Kerpen pero a cambio, cosechó a lo largo de su carrera profesional una aureola de leyenda que nadie en su sano juicio le discutirá jamás... Sinceramente tampoco le imagino sintiéndose mejor que Jim Clark, Gilles Villeneuve o el propio Ayrton Senna por mucho que sus éxitos hayan sido mayores, así que casi mejor lo dejo en este punto exacto.
Antes bien, no quería terminar si recordar que Erich Fromm, del que desconozco si le gustaba el automovilismo deportivo pero al que he admirado siempre, decía en una entrevista que se le hizo: «si puedo decir soy lo que tengo, surge la inevitable pregunta: ¿quién soy yo si pierdo lo que tengo?»
Fernando se lamentaba hace poco de que preferiría más títulos y menos reconocimiento, pero estoy seguro de que cuando se retire habrá cambiado de punto de vista sea cual sea su saldo entonces, ya que en el duro camino de ser o tener lleva ventaja, tanta como para haber realizado —quizás demasiadas veces— cosas de esas que se les pide siempre a los grandes pilotos, o como para haber hecho disfrutar a los aficionados en base a eso que se espera de los campeones de estirpe: defender con uñas y dientes el título aunque se vean obligados a perderlo.
Obviamente hay quien no lo entiende ni lo entenderá jamás y por supuesto, puedo estar errado como los muchos que han entendido desde que se inició todo esto, que en F1, hay actitudes que valen mucho más que un puñado de mundiales.
Os leo.
10 comentarios:
AMEN.
Lo que muchos no entienden es que las cosas que cuestan son más apreciadas. Y ejemplos se me ocurren muchos ... estoy más orgulloso yo de mi coche que Botín del suyo, un juego pasado sin trucos deja mejor "sabor de boca" que el hecho con trucos, etc
Si Jose, pero... un par de títulos más le hubiera dejado más cerca de su sitio real en la jerarquía histórica.
Siempre que hablamos de éstas cosas recuerdo la frase de Martin Whitmarsh:
"Ese coche no debería estar ahí"
Una vez tras otra ese coche no debería estar ahí, pero siempre es el mismo piloto.
Nadie en la parrilla actual se le acerca, ni en rendimiento ni en calidad de pilotaje ni en capacidad de adaptación, que para mi es una de sus principales virtudes.
Dicen que no tiene velocidad a una vuelta, LO QUE NO TIENE ES COCHE PARA PELEAR POR LA POLE, que no es lo mismo.
Saludos desde Murla
Miseria intelectual instalada en la cima del ruido...
Eres mala Muriel!
Hola Jose y todos,
De las mejores frases que te he leído. Y qué razón tienes, aunque el corazoncito me hace asentir a lo que dice Tadeo...
Un saludo,
ABB
Hace mucho que no me manifestaba y esta entrada me parece un buen momento para hacerlo.
Porque hay cosas que por mucho que a algunos les provoque urticaria son inamovibles. Fernando es un piloto del que creo que descubrí el secreto en las declaraciones de Grosgean. "Adapta su estilo de pilotaje de tres formas distintas, según lo que el coche le pida en cada parte de la vuelta" venia a decir. Yo creo que no es que adapte su estilo, es que ESE es su estilo. Sacar lo máximo en cada momento hasta hacer que lo inverosímil parezca natural. Ferrari quinto, cuarto, tercero... Siempre con el mismo piloto. Como Ayrton con Toleman, va a hacer que algún Prost actual acabe pidiendo que paren la carrera por que si no "este cabrón me gana".
En aquella carrera Senna iba cuatro o cuatro segundos y medio más rápido que Prost. Es uno de los momentos de oro de la Historia del automovilismo. Prost paró la carrera y la ganó, pero la gloria se la llevó Senna.
Quizás no hayamos oído un "que paren la carrera", pero si varios "decidle a Charlie que me lo quite de ahí"
Es cierto que uno o dos títulos más serían justos para Alonso (o tres o cuatro), pero es cierto que los momentos de gloria son más evidentes cuando luchas hasta el último minuto incluso sabiendo que será imposible, y momentos de este estilo estamos viendo continuamente, y sin rendirse nunca. Por cosas como éstas, algún día, incluso los más reticentes (que los hay, y demasiados)se darán cuenta de quién era Alonso, tenga los títulos que tenga...pero yo espero, y deseo, ver alguno más. No sé a quién habrá que encomendarse para ello, pero lo hago sin rechistar.
No es lo que tengo, es lo que soy... (ya lo dice el propio Alonso).
Alonso... un ¡¡¡ FUERA DE SERIE !!!
Michael Schumacher: "No soy una leyenda, sólo un tipo con suerte, que ha estado donde ha tenido que estar en el momento oportuno."
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