miércoles, 22 de agosto de 2018

Pues sí, es muy peligroso


Bueno, soy consciente de que se nos han contando muchas cosas sobre la próxima aventura americana de Fernando Alonso, y también, que se ha cuidado con mimo no decir que las carreras allí son infinitamente más peligrosas que aquí.

En 2010, el redactor jefe de Grand Prix Actual me invitó a escribir para el medio digital y mi primera intervención consistió precisamente en tocar este tema [Riesgo, peligro y espectáculo (07-02-2010)], y lo mismo sucedió dos años después para la revista SafetyCast.es [Los números engañan (02-11-2012)].

La verdad es que lo rozo siempre que puedo, porque desde mi humilde punto de vista —y a tenor de los enlaces que he puesto, desde hace una década—, siempre he relacionado la pérdida de espectáculo en la Fórmula 1 con el excesivo cuidado en que los coches no se rompan, que cuestan un pastizal.

Así las cosas, las escapatorias de tamaño campo de fútbol, la penalización de los contactos en pista y adelantamientos duros, etcétera, etcétera, etcétera, salvando las distancias han desvirtuado nuestra competición hasta el punto de convertirla en un espectáculo sin apenas riesgos o con riesgos muy limitados, como prefiráis; lo que a su vez, ha originado desde que llevamos con esta mandanga, que los récords hayan caído como moscas en plena solana de agosto.

A ver, si a un piloto le quitas parte del miedo propio de su actividad va a ir más rápido y va a asumir más peligros. Creo que es sencillo de entender: si uno se puede salir en la Parabólica de Monza y quedarse allí porque hay grava, se cuidará muy mucho de evitarlo. Si se puede salir porque ahora es de cemento y se puede reincoporar como si tal cosa, al menos lo intentará por aquello del más se perdió en Cuba o el que nos quiten lo bailao.

No me enredo porque a fin y a cuentas hoy no tengo ganas de darle a esto. Como es de sobra conocido, Robert Wickens por poco se queda en el sitio durante un escalofriante accidente en el trazado de Pocomo, y a colación, a muchos se les han puesto los pelos de punta y un mal cuerpo que todavía no se les ha quitado de encima. Y bien, en ese ámbito competitivo es donde correrá Fernando Alonso el año que viene porque ha aceptado el reto de jugarse el pellejo durante una temporada completa, como ya se lo jugó en la Indy 500 de 2017.

Motorsport is dangerous, decimos... ¡Pues no sabemos dónde nos hemos metido siguiendo al Nano a los USA!

Os leo.

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