martes, 24 de septiembre de 2013

Uomini d'onore


La bruja de Blancanieves es un tipo que termina cayendo bien, lo reconozco, incluso resultando atractivo para aquellos que piensan que en la vida lo único importante es amasar dinero. Pasa por ser un hombre de éxito, pero como el éxito no existe, lo más que le arrogo a Bernard Charles Ecclestone es que en algún momento de su dilatada existencia tuvo que dejar de poder mirarse a la cara.

Desprendido el barniz con que habitualmente nos lo presentan, en crudo y no edulcorado por la sonrisa y las canas, lo que vemos es un hombre afincado en el comercio de favores y secretos, elevado sobre sus iguales porque los tiene agarrados por los huevos. Un capo, no sé si di tutti capi como el viejo Enzo, pero en todo caso, un uomo d'onore que ha sabido granjearse con la edad y los numerosos guiñapos que ha dejado en la cuneta, un respeto que muy pocos cuestionan en el paddock, su territorio natural de caza.

Catorce años ya


Todos los años suelo dedicar a McLaren una o dos entradas para recordar que desde 1999 no ha conseguido un miserable título de constructores, y que se salva de la quema en el de pilotos por aquel 2008 en el que Lewis se arrastró bajo la presión y la lluvia en Interlagos, hasta conseguir arañar finalmente el punto que le hacía falta para coronarse campeón del mundo frente a Felipe Massa.

Catorce años con este, que suelo echarle a la cara a la prensa inglesa en un acto de absoluta legítima defensa, pues si hay alguien que gusta ocultar sus miserias buscando grietas en Ferrari, es ella. De Williams, obviamente, ni hablamos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Dos lágrimas de ventaja


El follón que se ha montado a cuenta de la victoria de Sebastian Vettel en Singapur lleva camino de convertirse en épico, y eso que ha ganado y va lanzado en pos de su cuarto mundial consecutivo… Y todo porque los que estamos hasta las narices de que nos den gato por liebre, renegamos de esta papilla que nos están sirviendo.

Sin norte y totalmente perdido, reconozco que es más fácil sentenciar y quedar molón en 140 caracteres que escribiendo entradas de 600 palabras de media —un riesgo innecesario, si se mira bien, en un mundo que valora el acierto de un dardo lanzado con más de una copa encima, que la incertidumbre de una flecha impulsada al cielo por el arco de tejo de Robin Hood o Legolas, por coger dos sencillos ejemplos a mano—.

Camino de Yeongam


Como decía hace unas horas, Singapur ya es historia y hay que ir pensando en el siguiente round de este agotador combate a 19 asaltos en el que las sensaciones, más que los datos, hablan con mayor contundencia de lo muertito que se está quedando todo.

Ayer sin ir más lejos, fuimos muchos los que tuvimos la sensación de que Antena3 nos atiborraba menos que otras veces con los sacrosantos cortes de publicidad. Los feos abucheos a Vettel en el podio ofrecían la sensación de que al públco, sea de donde sea, le comienza a cansar este tipo de espectáculo que nos sirve la FIA. Así mismo, las fotografías para decorar nuestras entradas daba la sensación de que llegaban con cierto delay y con menos abundancia que otras veces. Y por último, más bien por terminar, los posteriores análisis abundaban más en las sensaciones que en la información porque difícilmente se puede explicar que en un circuito de las características de Marina Bay, considerado de alta carga aerodinámica, existiera un coche que parecía estar corriendo en Monza...

La grúa de medir


Nada más lejos de mi intención ayer, cuando escribí Hijos de puta, que solicitar clemencia para esos dos gandules que se llaman Mark Webber y Fernando Alonso, respectivamente, por haber tenido una ocurrencia que podía entrañar algún tipo de peligro.

Voy a pasar por alto que el asunto se dio en la vuelta de retorno a boxes en medio de un tráfico bastante relajadito tanto en su forma como en su velocidad, tampoco aspiro a que se entienda que hablar de «peligro con mayúsculas» en esas circustancias me resulte pelín tendencioso porque los pilotos sortean escollos más complicados a muchísima velocidad y lo normal es que rara vez ocurra algo. Dicho lo cual, Fernando aparca su F138 en un lugar poco adecuado y Mark entra en la pista para subirse a él. Había riesgo, sin duda, y habría que ser muy cazurro para no verlo.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Hijos de puta


Es la segunda vez que utilizo este título. Hace años lo usé para calificar a Max Mosley y Bernie Ecclestone, pero no temáis, la conjunción de palabras está recogida en la R.A.E. y en español supone un sinónimo vulgar de mala persona que incluso se puede verbalizar esbozando una sonrisa.

Y es que hay que ser mala persona para abusar de los iconos de nuestro deporte, sea para engrandecer determinados aspectos del negocio o para establecer equívocas comparaciones con un pasado que lamentablemente jamás volverá, y calzarle a Mark Webber una amonestación por volver a garajes como pasajero del F138 de Fernando, a resultas de la cual, el aussie se verá retrasado con 10 posiciones en la parrilla de Corea.

As good as it gets


Si dispusiéramos de una prensa deportiva que hiciera honor a su nombre, esta misma mañana me habría ahorrado tres explicaciones a otras tantas personas, sobre aquellos aspectos que habiendo concurrido en el explosivo comportamiento arrasador de Sebastian Vettel, explican de sobra y con abundancia de datos, contrastables para más bemoles, por qué ni Fernando es tan arrogante ni Ferrari tan mala.

Si esta gente que escribe tan alto no se alquilaran barato por un pase V.I.P. o cualquier otra gabela, seguramente a estas alturas todo el mundo conocería de sobra que la FIA ha vendido este campeonato a Red Bull con la connivencia de Pirelli, allá como a comienzos de mayo, como hiciera el año pasado en verano en pago por el rescate del WRC, y yo me ahorraría mucha saliva y seguramente viviría más tranquilo aunque el Nano siguiera quedando por detrás del matarécords.

Se puede


En apenas hora y media saltamos al campo y quedarán entonces noventa minutos largos por delante. Sabíamos que no iba a estar fácil pero no es momento de pedir permiso a nadie, ni siquiera a Sebastian, mucho menos a Red Bull o Pirelli.

El deporte es así y si queda algo deportivo en todo esto, está ahí, frente a nosotros, en esa franja horaria en la que los equipos, los pilotos y sus máquinas, se enfrentan sobre el asafalto sin que nadie más intervenga, con la intención de convertir cualquier miserable posibilidad de que suceda algo imposible, en una oportunidad única para alcanzar el milagro.

Así es la vida back's back


«A los ingenuos que todavía creemos en las hadas y que es posible la magia, nos sigue sorprendiendo la brutalidad magnética de la Fórmula 1. Hoy se desprende un plafón sobre el coche adecuado, mañana las ruedas no responden como estaba previsto, y 2007 vuelve sobre Kimi Raikkonen para recordarnos que es el patrón quien manda y que a los currantes les toca bregar bajo el amparo del Altísimo.

Lucha de clases, purgatorio, llamadlo como querías pero lo de Iceman es raro de cojones salvo que metamos en la ecuación esa premisa a la que somos tan reacios, que dicta que quien se mueve no sale en la foto...»

sábado, 21 de septiembre de 2013

A hard day's night


¡La jodimos, tía Paca. Vettel ha vuelto a hacerlo y nadie sabe cómo ha sido…! Bueno, sí, sí sabemos cómo lo ha conseguido pero quedaría feo repetirlo si no fuera porque Marina Bay es un trazado de curvas más o menos lentas, adecuado a los pilotos que gustan meterse en los giros frenando fuerte a su entrada para que el cabeceo del vehículo origine que el peso del mismo termine apoyando el tren anterior y facilite por tanto que el monoplaza tome casi de forma natural el camino hacia la salida de la curva, como pasa precisamente con Sebastian.

Si a ello sumamos que Pirelli ha endurecido más las carcasas de sus neumáticos traseros que las de los de los delanteros, facilitando con ello que la eficacia del tren posterior sea más rentable y que por tanto los coches neutros se vuelvan subviradores, que los sobreviradores se tornen neutros y que los subviradores las pasen canutas, obtenemos un cuadro de subviraje egocéntrico, mayúsculo, casi grotesco, que beneficia a tipos como Seb, por lo que decíamos antes y porque su RB9 responde al clásico esquema de monoplaza falso subvirador (¿cuántas veces se ha quejado Mark de que el suyo subviraba demasiado?)

Pólvora mojada [Hungaroring]


La décima prueba del calendario se celebraba de nuevo sobre el estropajoso circuito magiar de Hungaroring, un trazado enclavado en un bonito paisaje pero tan pastoso y ratonero como Mónaco. Para colmo, la doble zona de DRS establecida por la FIA se insinuaba a priori como necesaria (se estrenaba en este formato) pero insolvente, ya que la recta de tribunas es relativamente corta en Hungría y la sección entre las curvas 2 y 3, demasiado pequeña para obtener resultados del artilugio aerodinámico.

Así las cosas, intentar ganar plazas durante el Gran Premio de Hungría se presentaba al menos tan complicado como en la edición del año pasado, ya que la elección de neumáticos propuesta por Pirelli (blandos y medios), aunque más suave que la inicialmente elegida, se iba a mostrar incapaz de soportar una estrategia a una parada, arriesgada en caso de optar por dos y excesivamente conservadora para tres. Pero no adelantemos acontecimientos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Basada en hechos reales


¿Cómo están ustedes...? Bien, ya está, tras el salto a la piscina sin pensármelo dos veces conviene que me disculpe porque he andado estos últimos días aprovechando el paupérrimo caudal que ofrece en la actualidad Movistar en Gorliz, para resolver imperativos cotidianos más urgentes que divertirme un rato compartiendo mis idas de olla con vosotros. ¡Hasta ahí podíamos llegar!, que diría aquel. Y hoy, que la cosa de la ADSL parece decidida a darme un respiro, me he dicho: Jose, tío, ahora o nunca, elige un tema y rush, rush...

Y el caso es que lo he tenido fácil porque el tema candente de este viernes pasa por el estreno de dos películas: «Rush», de Ron Howard, y «Singapur», de Bernie Ecclestone, ambas basadas en historias reales, como si la coletilla certificara que cuentan la verdad...

sábado, 14 de septiembre de 2013

Las víctimas


La banalidad con que se ha tomado en algunos ámbitos el «golpe de estado» que ha dado Pirelli a la Fórmula 1 con su donde dije digo digo Diego a partir de Bahrein, contrasta con esa esencia económica de nuestro deporte que tantas veces se desestima a la hora de valorar las cosas como corresponde, y es que los equipos con presupuestos ajustados, los que no han tenido capacidad para remontar la andanada que les han metido en línea de flotación, han perdido una oportunidad de oro que difícilmente volverán a oler siquiera.

Sahara Force India es tal vez el exponente más claro y también hiriente. Hasta la cita del emirato, la india se postulaba como una interesante alternativa en la zona media de la tabla. Adrian Sutil y Paul Di Resta ocupaban plazas impensables otros años y alegraban los domingos a los aficionados. Pero llegó Pirelli con sus tradicionales cambios de rumbo (3 en 3 años) y poco a poco se han ido deshaciendo…

viernes, 13 de septiembre de 2013

De qué demonios hablamos


Aunque pueda parecer extraño, tras más de 60 años de negocio sólo hemos tenido tres tetracampeones en la historia de la Fórmula 1.

Juan Manuel Fangio, el chueco, antes de culminar su brillante carrera con cinco títulos mundiales, obviamentente tuvo cuatro y fue así el primer tetracampeón del mundo. Lo consiguió en 1956, con Ferrari, cinco años después de haberse coronado en 1951 con Alfa Romeo, en una temporada francamente difícil en Maranello después de las dos cómodas anteriores en el seno de Mercedes. El de Balcarce e Il Commendatore no congraciaban. La italiana contrató al argentino porque era ya tricampeón del mundo y andaba huérfano de escudería, pero hubo choque de sensibilidades. Mejor dicho, el chueco manifestaba una sensibilidad que no era del gusto de don Enzo, hombre acostumbrado a que nadie le diera réplica.

Doctor Who and «frankly»


No quiero desperdiciar el tirón que supone referirse aunque sea con calzador, al discurso de la alcaldesa de Madrid, doña Ana Botella, ante esa cosa fea llamada COI que se parece tanto a nuestra apreciada FIA, porque he aprendido que estas cosas hay que aprovecharlas o al final te expones a que nadie entienda nada cuando vas y sueltas la broma. En fin, el ridículo lo hace todo el mundo al menos una vez en la vida, y los políticos, más. Angela Merkel, por ejemplo, no supo situar Berlin en el mapa de Alemania y el señor Sarkozy... bueno, don Nicolas llevaba alzas para ocultar su estatura, consintió en que le redujeran los michelines con Photoshop para pasar a la posteridad haciendo que sabía sostenerse en una piragua, y hubo un momento realmente chusco en su historia como mandatario de Francia, en el que se creyó capaz de llevarse al huerto (políticamente, se entiende) a la que no sabía dónde estaba Berlin...

Podría seguir pero siento que ha llegado la hora de parar, aunque no quiero desperdiciar la oportunidad que me brinda esta soleada tarde, de recordar aquella botadura de una nao en Sevilla 92, que por falta de calado en el charco y por cerrazón de la clase política ante la posibilidad de dañar el apretado horario oficial, derivó en que la nave se varara de lado ante la prensa y espectadores de medio mundo, claro está, a pocos metros de salir de su astillero. ¿A que ya no hace gracia?

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las dos caras del ángel


Como sabéis de sobra, admiro las creaciones de Adrian y su forma de hacer las cosas. Salvo en las contadas ocasiones en las que he hecho sangre de este artista como la copa de un pino, porque el tifosso que llevo dentro pide a veces algún sacrificio humano por aquello de restañar las heridas infligidas por el rival en el campo de batalla, siento por el ingeniero británico una inconfesable adoración que es ampliamente conocida entre otras cosas, porque no la he ocultado nunca.

Es bueno, grande, y camina como un funambulista por ese filo de la navaja que supone el reglamento FIA, de manera que no debería ofender a nadie si afirmo que está haciendo trampas aunque no quiera, que seguro que quiere, para que nos entendamos, ya que un ángel con alas siempre resulta tramposo entre humanos que a lo sumo, aspiran a elevar sus pies del suelo con ayuda.

Kimi Räiggömen


Mientras las apuestas apuntaban a que Kimi iba a volver a Maranello y mi sueño de acertar los dos órdagos que hice para este otoño se diluía completamente (no fue posible salvar a Felipe aunque todavía está por ver si hago un pleno al 15 con lo de Pirelli), me ha dado por pensar en qué demonios tiene Iceman para resultar tan apetecible a dos escuderías tan distintas como Red Bull y Ferrari.

Resulta obvio que para Lotus también era importante, aunque en esta historia pinte relativamente poco, por lo que con vuestro permiso creo que podemos coincidir en que resulta chocante que un tipo como Raikkonen haya llegado a negociar algo con Milton Keynes y se haya colado por la puerta de atrás, por la misma que salió a finales de 2009, en La Scuderia.

martes, 10 de septiembre de 2013

When our wings are cut, can we still fly?


Me quedo con aquel 2008 que te debemos todos, Felipe, con aquel abrazo fundido a Fernando en el lodo, meses antes de que la mala fortuna se cruzara contigo en Hungaroring para señalarte como un antes y un después en una tarde que acabó oscura entre neumáticos. Tú, marioneta sin hilos y rota y nosotros, como perfectos idiotas, lamentando la mala suerte de un tipo al que más tarde cubriríamos de salibazos porque jamás hemos llegado a entender que del infierno no se vuelve sino marcado de por vida, herido de Norte a Sur en la espalda, con el Este quebrado y el Oeste perpetuamente difuso como horizonte.

Tenías que haber clavado la rodilla en tierra antes, Felipe. Haber rechazado tanto canto de sirena y haber arreado con los márgenes de tu propia historia, aquella que terminó un 25 de julio de 2009 sobre el circuito magiar donde al coche de Rubens se le desprendió un miserable muelle que se convirtió, por azares del destino, en un proyectil capaz de haberte arrancado la vida cuando liderabas la escudería que hoy te ha dado la espalda aunque te haya dejado que interpretes el salmo de despedida.

La cara del lobo


Hay personajes que en cuanto abren la boca sube el pan. Niki Lauda es uno de ellos, y sin dudarlo, diría que Helmut Marko es otro de esos dignos representantes del gremio de inflamadores que apagan incendios echando en ellos benzol.

Terminaba el otro día mi entrada sobre Daniel Ricciardo y su paso a Red Bull [Michibata en Milton Keynes], clamando al cielo en estos términos: «… jurazme que no se nos ha ido la olla de nuevo y que lo de Daniel va en serio. Por él, por su futuro como piloto y por todos nosotros», y han transcurrido tan sólo siete días desde aquello hasta que herr Doktor ha abierto la boca para decir a cuenta del intento de contratación de Kimi Raikkonen por Red Bull que «manejar a dos pilotos como Sebastian y Kimi no habría sido fácil. Cada uno de ellos tendría la obligación de ser el mejor.»

El milagro italiano


Los anglosajones son más listos que el hambre y que los alemanes, por supuesto. No hablo de inteligencia mensurable en percentiles, sino de esa afilada textura mental que permite a los primeros asimilarse a aquello que les gusta, apropiárselo y convertirse así en seres reinventados bajo el barniz de otros. En nuestro país tenemos algunas bonitas muestras: el hispanista Gerald Brenan y el historiador Paul Preston, por ejemplo, o tirando más lejos, el propio Washington Irving, que aunque americano, era escocés por parte de padre.

Hablo fundamentalmente del mundo de las letras porque es en el que mejor me manejo, aunque en otros ámbitos también encontramos hijos e hijas de la pérfida Albión que se han quedado o que no dejan de pasar por aquí ni así los maten. Hace nada han puesto el nombre del ex primer ministro británico John Major a una avenida en Candeleda, Gwyneth Paltrow es hija adoptiva de Talavera de la Reina, Melanie Griffith (americana como Irving) es casi malagueña y Nick Clegg, viceprimer ministro de Cameron, veranea en Olmedo junto a su esposa Miriam González Durantez y seguro que se acaba ganando una calle... Son demasiadas coincidencias como para pensar que no hay más británicos por ahí sueltos, en áreas como la ingeniería, las finanzas o la arquitectura, etcétera.

lunes, 9 de septiembre de 2013

El equinoccio según San Michael


Ahora que he tomado conciencia de que dentro de quince días nos veremos las caras en Singapur, me ha venido a la memoria Michael Schumacher, concretamente la manera que tenía el alemán de implicarse en el circuito asiático que se celebra a la luz de las velas. Si mal no recuerdo, de sus tres intervenciones allí sólo concluyó la primera, la de 2010, porque en 2011 se ponía por montera a Kamui Kobayashi y al año siguiente, a Jean-Éric Vergne.

También recuerdo que en 2008, temporada en que se pensó que el trazado iluminado terminaría contagiando todo el calendario, Mark Webber sufrió algunos poltergeist en la caja de cambios de su RB4 al pasar sobre el tendido de cables de la línea de metro, en la misma carrera en que Piquet Jr. llamaba con la mano al Safety Car, jugándose el tipo como un perfecto cretino.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Il nome della rossa


Si convertir Spa en un fangal tedioso tenía su mérito y se lo arrogué a la FIA, con DRS, neumáticos espectaculares y adornos variopintos, hacer de Monza el segundo truño soporífero y consecutivo que nos hemos metido entre pecho y espalda, sólo puede ser considerado una felonía que cae por su propio peso sobre el costal de esa institución que se dice regente de todo esto.

Soñaba con una victoria de Fernando pero la magia de Red Bull ha sido más poderosa que la de Ferrari en Italia y hemos minimizado daños aunque encajando otros siete puntos. Aquí se han acabado las buenas noticias. Las malas son que nos quedan por delante disputar siete finales y que dependemos de mi Felipe, con lo que iros olvidando de que no lo renueven en Maranello, y asimilad de paso que cuando Stefano Domenicali decía hace poco que contaba con el brasileño para 2014, lejos de ser un imbécil, se postulaba como el más sabio de los hombres sobre la tierra.

¿Quién silba?


Ya en Hungría le tocó a Sebastian aguantar algunos pitidos que se abrían paso entre los vítores y aplausos de sus seguidores, hasta el punto de que Martin Brundle, encargado a finales de julio pasado de entrevistar a los hombres del podio, quiso suavizar la situación recordando al alemán que aun siendo tercero, contaba con mucho cariño. En Bélgica volvieron a escucharse, aunque aquella vez se sospechó que se debían a la presencia de una activista de Greenpeace sobre el stand que protege a los ganadores y a las autoridades durante la entrega de premios… Esta tarde ha vuelto a ocurrir en Monza, pero como estamos en territorio Ferrari…

No es la primera vez ni será la última en que a un piloto le silban o pitan, no es extraño por tanto, que suceda, aunque me sorprende que mi atención por tan agudos sonidos haya ido creciendo conforme voy viendo a Vettel con peor cara.

¡Salvar el socialismo!


¡Jo, qué lío! Lees la prensa deportiva o buceas en las páginas de deporte de la otra, de la llamada seria, y te das de bruces con una realidad que en lo nuestro no reconoce ni la madre que la parió porque aquí nadie recuerda que la temporada ha dado para mucho en cuanto a porquería se refiere.

Pongamos por caso que has vivido en una isla desierta y llegaste ayer a puerto. Que hoy, tras dormir a pierna suelta, en el bien merecido desayuno te ha dado por ver qué tal va la Fórmula 1 ojeando algún periódico o diario. Siendo generoso, como recién retornado a la civilización sacarás la conclusión de que la culpa de todo la tiene Ferrari y que de nuevo, la limpita Red Bull está dando sopas con honda a La Scuderia por cuarto año consecutivo, con el agravante ahora, de que Fernando parece el tío más odiado de todo el planeta, por irresponsable, por bocachancla y poco agradecido, y tal y tal.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Jamás caminarás solo


He llamado a los trasgus y he despertado a los númenes del agua, las corrientes y los manantiales que nacen en la roca viva. El bosque de la costa hierve ahora mismo bajo un fuego que lame laderas y raíces mientras suenan, lejanos todavía, los timbales de guerra.

En Gorliz la noche permanece espesa. Las nubes del agitado cantábrico han tomado su bahía esta misma mañana y aún la mantienen rehén bajo una fina lluvia, pero mañana en Lombardía, me han prometido que se volverán marejada para lamer mansamente tus orillas y permitirte zarpar con viento de popa en pos de esa victoria que nos es tan necesaria.

El espectáculo de los cojones


Disculpadme, o no, el título de esta entrada. A fin y a cuentas, «cojones» está recogido como término por nuestra Real Academia Española de la lengua, ora afuera ora adentro, y en lo relativo a su utilización como interjección (creo que he dado buen uso de ella) nos dice: «1. interj. U. para expresar diversos estados de ánimo, especialmente extrañeza o enfado.»

Y sí, estoy hasta aquel sitio de que una chorrada como la copa de un pino sea elevada a rango de noticia del día porque a Bernie y su FOM —la realización de los Grandes Premios depende de este grosero artificio del diablo—, se les ha puesto en los huevos (palabra también recogida por la R.A.E., tranquilos), resaltar por enésima vez los sospechosos desencuentros entre Fernando y su equipo, hoy en Monza, lo que a renglón seguido ha hecho presa en el estimable para que se entretenga un rato y ha producido el consecuente reguero de idioteces vertidas incluso por la prensa italiana.

Ganar tiempo


Se nos llena la boca hablando de actitudes deportivas, pero si nuestro equipo o piloto no barre a sus rivales sobre la pista, el asfalto o donde sea, nos ponemos mustios y empezamos a buscar culpables olvidando que en lo nuestro, hasta que la bandera a cuadros dicta sentencia, todo es carrera.

Bien, el mozalbete de Heppenheim sigue en estado de gracia, pero si al segundo que dicen a estas horas que lleva de ventaja a Ferrari le sumáramos todos los segundos que ha ido acumulando desde que Pirelli aceptara beneficiar a Milton Keynes —Red Bull quiere una intervención dura por nuestra parte, pero no podemos hacer eso por los otros equipos. La mayoría quieren que no hagamos nada. Red Bull no puede esperar que creemos un neumático exclusivamente para ellos, creo que han conseguido unir al resto en su contra (Paul Hembery, 20 de abril de 2013)—, la saeta azul que lleva el dorsal número 1 correría prácticamente sola.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Esa casa de lenocinio...


Esa casa de lenocinio que llamamos FIA arde ahora mismo por los cuatro costados. Jean Todt, en su despacho, aguanta como un jabato el acoso de los indios que ha mandado Bernie para meterle las avellanas en aquel sitio. David Ward, quien hace nada se ha postulado como apresurado candidato a una presidencia del máximo organismo que se sigue cociendo a fuego lento en lontananza; el propio abuelo de la F1, quien no se ha cortado un pelo en recordar que con Pirelli hay contratos firmados; y por si nos faltaba pimienta en este sainete, Mosley, Max Mosley, quien nos recordaba ayer o anteayer, que el actual presi es un dilapidador irredento que no cree en el formato económico reducido que él mismo propuso y que acabó, como todos sabemos, como el rosario de la aurora.

Apaches todos ellos, del primero al último, y mescaleros, de los que te limpian la coronilla de pelo por un quítame allá esas pajas, han salido a la palestra en fechas recientes para recordarnos que si no vamos peor de lo que vamos, es porque Dios no quiere, ya que si por el Altísimo fuera, ya nos podían ir dando.

martes, 3 de septiembre de 2013

Michibata en Milton Keynes


Sin querer estropear el momento épico en que un piloto australiano ocupa el asiento dejado libre por otro piloto australiano en una escudería cuyo jefe tiene a Australia como uno de sus principales objetivos comerciales, me gustaría que os fijáseis brevemente en esos ojos que miran a cámara en la fotografía que encabeza esta entrada, porque al fin y al cabo, si las caderas de Daniel Ricciardo caben en las previsiones de vehículo que maneja ahora mismo Adrian Newey para 2014, me siento armado de razón para pedir, qué digo, exigir, que sea Jessica Michibata quien cubra las espaldas de Sebastian Vettel el año que viene.

Horner y Marko han perdido el culo en advertirnos que la igualdad está asegurada entre sus dos defenders, de manera que no veo por qué no va a poder hacerlo bien quien en la actualidad arrulla entre sus brazos los malos momentos que pasa Jenson en McLaren, ya que si hay alguien que tiene experiencia en Fórmula 1 es ella.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Funeral march for a marionette


Michelin se estaba tomando su tiempo para volver a la máxima categoría de la competición. Tras la extraña desaparición de Bridgestone de lo circuitos a finales de 2009, y digo extraña porque al parecer hubo bastante tomate por medio, estaba cantado que la francesa tarde o temprano volvería.

Total, que el año pasado, concretamente en julio, Michelin deslizaba el primer globo sonda sobre su retorno. Renunciaba a sus aspiraciones de que las ruedas adoptasen las 18 pulgadas en llanta de otras disciplinas, pero a cambio, quería competir, cosa que comenzó a quitar el sueño a Paul Hembery, responsable del por entonces y hasta ahora, sacrosanto proveedor único para la F1.

Dos por uno en el infierno [Nürburgring]


Si el verano había comenzado caliente en Silverstone, la canícula apretaba como fuego cuando la Fórmula 1 arribaba a Nürburgring, circuito donde se disputaría el Gran Premio de Alemania, en el que tras conseguir la victoria, Sebastian Vettel lograba inscribir su nombre por primera vez en el palmarés de su casa.

El «inevitable» cambio de estructura de los neumáticos Pirelli al que había obligado lo sucedido en Gran Bretaña, así como la prohibición expresada por la FIA para que los equipos no cambiaran de lado las ruedas y el calor del asfalto alemán (rondaba los 40º), ofrecieron un escenario donde salvando a Ferrari, los diferentes integrantes de la parrilla iban a jugar sus bazas desde unas posiciones que parecían ir hacia atrás unos meses.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Niki quiere ser Daniel Brühl


Niki Lauda fue un piloto extraordinario en pista. Fuera de ella tenía sus cosas, como todo el mundo, faltaría más, pero como siempre he dicho, y no sólo en lo que a Fernando respecta, en lo que a mí concierne, mis filias y fobias deportivas procuran dejar aparte ese ámbito privado en el que cada cual hace y deshace a su antojo, sin que me considere yo nadie para hacer de juez ni de jurado.

Sea como fuere, Niki es una rara avis en este aspecto porque vive tomándose planos y revisando una y otra vez los guiones de su propia película por ver si puede mejorarla, intuyo. Así las cosas, el austriaco va precedido en su vida corriente de un helicóptero y un vehículo con varias cámaras cada uno, ante las cuales él siempre interpreta al héroe, faltaría más, de forma que hay días en que te dices: esta historia la conozco, y otros, en los que tienes que admitir que el gran Lauda ha metido la mano porque si no, las piezas no encajan.