miércoles, 29 de agosto de 2012

¡Ándale, ándale. Arriba, arriba. Hepa, hepa!


Afirmar que un piloto no puede ir más allá del coche que conduce es como decir que Yeager no llevó más allá de sus límites a su Widowmaker, o que el homínido que soñó con caminar erguido se quedó en los árboles. La evolución nos viene demostrando durante millones de años que a poco que se lo proponga, el hombre está siempre por encima de las herramientas y conceptos que maneja, y que si no sirven a sus propósitos, es capaz de inventar otros —sin ir más lejos, por ahí anda el señor Higgs, quien para cuadrar su círculo, se inventó hace años una partícula que parece haber sido vista hace bien poco—.

Los monoplazas se construyen bajo una serie de supuestos, atendiendo a infinidad de datos cuantificables o tal vez no tanto, por descontado que aplicando en ellos toneladas de experiencia, pero desde luego abiertos a seguir evolucionado dentro de unos límites razonables —si no, de qué nos pasaríamos la temporada viendo cómo se transforman desde que comienza todo hasta que acaba—. En definitiva, están concebidos por seres humanos con nobles aspiraciones pero con límites, y convertidos en algo utilizable por los pilotos, por otros seres humanos con sus consiguientes bondades y limitaciones.

domingo, 26 de agosto de 2012

Hoy no toca


La posición de Fernando en el campeonato no es tan cómoda como parece. Lleva un puñado de puntos de ventaja sobre sus inmediatos rivales, pero quedan 9 carreras, las mismas que han transcurrido desde que comenzó todo hasta que concluyó el Gran Premio de Alemania. ¡Tela!, como diría aquél.

Amén de la cantidad de kilómetros que supone tanta prueba junta, queda por ahí el asunto de que este año el ovetense no ha tenido que abandonar ni una vez ni ha sufrido un miserable accidente (¡la Vírgen de Covadonga nos proteja de tales coyunturas!), lo que nos pone en que hay por delante mucho territorio en el que puede suceder casi cualquier cosa, que resucite Gerónimo o incluso que Alonso se corone como tricampeón del mundo, uniendo su nombre al de Ayrton Senna, Jackie Stewart, Jack Brabham, Nelson Piquet (el auténtico) y Niki Lauda.

sábado, 25 de agosto de 2012

Tú no puedes comprar el viento


Kimi me relaja, es mirarle y que se me pase que existe tanta estupidez como hay suelta. Me olvido de los de la gomina, de sus sandeces y de sus recetas mágicas, me olvido de Wert y su filosofía del todo pa’trás cuando la patria de Iceman es líder en educación mundial precisamente por pensar que en ella tienen cabida todos, incluso él, este fenómeno de cara única al que sería aplicable la frase aquella de Calle 13 que dice «Adidas no me usa, yo estoy usando Adidas.» 

La F1 no usa a Kimi porque es el querubín de cabellos dorados quien la utiliza para divertirse, para enfurruñarse o para dormirse, poniéndosela por montera o rindiéndole pleitesía según sea el aire que sople. A pesar de Bernie, a pesar de sus coches y de sus escuderías, a pesar de sí mismo, Kimi permanece como sombra en el horizonte en la que conviene fijarse para entender que nosotros, los peones de esta partida de ajedrez que manejan dedos lejanos, somos los putos amos, quienes tenemos la fuerza que alimenta a nuestros demonios familiares, y que así se la hemos prestado para que la usen, podríamos arrancársela de las manos si cobráramos conciencia precisamente de que el finlandés errante nos subyuga tanto porque nos recuerda a cada paso que da, que él es como nosotros y tienen narices de demostrarlo.

¡Déjà vu!


Los canales de distribución han ejercido siempre de grandes monopolios, aunque su tamaño apenas dé para cubrir la cabeza de un alfiler. Siempre lo han tenido fácil, no es por nada. Por su dimensión y posición pueden prometer el mundo si hace falta, a cambio de unas migajas del esfuerzo de quien cae en sus manos, para terminar agarrándole de aquel sitio si se deja.

Con el de prostituta, el de intermediario es el oficio más viejo del mundo, y si estiro el concepto, llegaría sin demasiado esfuerzo a pensar que es el más añejo de todos, porque no sé por qué, entre carne y carne siempre intuyo a alguien que supo tasar la oportunidad y el qué en una pieza de venado.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Ganamos un hijo


Poco a poco me voy acostumbrando al inevitable retorno. He bajado algo de peso, luzco un ligero bronceado que si tuviera haberes me permitiría pasar desapercibido en Billonaire, y me hace falta un corte de pelo. Por lo demás, me siento optimista aunque hoy, quien me trajo de la mano a todo esto haya tenido la sana ocurrencia de poner en evidencia, una vez más, que luchamos por algo que aunque permanezca lejos, siempre, por mucho que nos acerquemos, merece la pena el esfuerzo de alargar la mano simplemente por recordar alguna vez que tuvimos agallas para intentarlo.

Hoy tocaba deshacerse de las cadenas con las que nos rodeamos día sí y día también, y pensando en Omar y en el ¡olé sus huevos!, me ha venido a la cabeza la Mercedes que vino para comerse el mundo apoyándose en el éxito conseguido por Ross Brawn en 2009, la que sacó a Michael Schumacher de su retiro para tentarle con la idea de que el mundo no se había acabado para él, y la misma que ha sido capaz de emborronar su historia en una aventura que siendo sincero pienso que olvidaremos pronto.

martes, 21 de agosto de 2012

El chip prodigioso


Como sabréis a estas alturas, dentro de nada amanecerán entre nosotros los benditos salvadores de la F1 actual, los motores Turbo, unos propulsores capados que sustituirán a las engines capadas actuales, y que en conjunción con el KERS (capado, of course!), harán las delicias de los aficionados como se hace todo en nuestro amado deporte: por el artículo 33.

No tengo nada contra ellos, o mejor dicho, nada que no tuviera ya al respecto de los engendros que impulsan a los monoplazas en la actualidad, entre otras cosas porque sospecho que serán igual de sosos que los circuitos que diseña Tilke, ya que su diseño ha sido definido con inmaculada precisión por las altas instancias técnicas de la cosa ésa que atiende al acrónimo de FIA, y por tanto intuyo que a las primeras de cambio, nos encontraremos con escenarios repletos de lagunas que serán rellenadas con infinidad de parches porosos, lo que a la postre definirá el imperio del tedio allá como en 2015 a más no tardar…

lunes, 20 de agosto de 2012

¿Por qué no? ¡Podría ser!


En nada nos acercaremos a una de las etapas más bellas del calendario, a esa pareja de danzarines rostro capaz de clavarnos al sillón o a la grada así estemos asistiendo al mayor peñazo de temporada.

Spa y Monza deberían ser declaradas especies protegidas, disponer de matrícula de honor para evitar tener que pagarle la cuota a Bernie, porque sintetizan los poco de espectáculo que va quedando en ésto y porque son circuitos puros que mantienen casi intacta su esencia y la de toda la F1, a pesar de las manos que los han retocado para actualizarlos al devenir de los tiempos, como si hiciera falta y no fuese más sencillo aceptar que para hollar su asfalto habría que quitarse los zapatos y los calcetines primero, dejar las cosas como quedaron no hace tanto, vamos…

domingo, 19 de agosto de 2012

Don Tancredo se va


Os echaba de menos, vaya por delante. Total, que ando de vacaciones toreras y tocaba ir tomando el pulso a esto de las cuatro ruedas, no vaya a ser que llegue Spa y me pille más amodorrado que de costumbre, gracias entre otras cosas, a que Bernie sigue empeñado en que vivamos su vida y no la nuestra, la que necesitamos, la que nos levanta de la silla cada vez que hay Gran Premio, ésa por la que bebemos los vientos, ésa misma que no necesita Instagram para que se te quede grabada en la retina…

Me fui con la noticia de que a mi Felipe lo más seguro era que no lo renueven en la rossa, y vengo con ella, con él, bajo el brazo, y no tanto por hablar otra vez de un personaje al que quiero de manera entrañable y al que he intentado defender incluso cuando andaba maltrecho en las escolleras, zarandeado por los mares que hacían chanza de su figura y por qué no decirlo, presa de su propia mala fortuna. No, vengo con él debajo del sobaco, porque Felipe Massa se encuentra a unos meses de servirnos de metáfora, cuando el hueco que deje sea llenado por alguien que tampoco nos satisfaga.

martes, 14 de agosto de 2012

Cae Faenza


El siempre grande y magnético Lluís Llach escribió L’estaca en 1968. Diez años después, Jacek Kaczmarski compuso Mury a partir de L’estaca, y en 2005, Jean Michel Jarre lanzó Mury al estrellato, hasta el punto de que como ocurriera con el Pinocchio de Collodi una vez pasado por la depuradora bienpensante de la factoría Disney, hoy es difícil que alguien recuerde la raíz de tan bellísima canción, atribuyéndosela al hijo del gran Maurice sin titubear…

Minardi, sí, Minardi. Hace años existía una escudería pequeña que respondía a ese nombre, cuya filosofía consistía en servir de plataforma a nuevos valores. Querida y respetada por toda la parrilla, pasó a manos de un tal Paul Stoddard, quien quiso convertirla en otro tipo de plataforma, para que en 2006, fuese comprada por Dietrich Mateschitz y así haya llegado a nuestros días, queriendo seguir siendo Minardi, siendo otra cosa y malviviendo a la sombra de Red Bull, pero gozando de un aroma que en sentido estricto se llevó en el bolsillo Giancarlo cuando dejó su equipo en manos de la nomenklatura que gobierna los hilos de éste nuestro deporte, allá como en 1997.

domingo, 12 de agosto de 2012

I try to dream again


Cuando han terminado los London 2012 o están a punto de hacerlo para que comiencen las auténticas olimpiadas, he preferido dejar de narcotizarme con la ensoñación de la ceremonia de clausura, para bajarme al búnker donde sueño cada día que puedo conquistar el mundo y recordar escuchando Frozen de Madonna, acompañado de un vaso de whisky y fumando una pipa bien cargada, que todos somos ‪Gabriela Andersen-Schiess‬ entrando en el Los Angeles Memorial Coliseum para reclamar su puesto en la historia.

¡Mujer tenía que ser! Rota, devencijada como marioneta sin hilos que la sujetaran, traspasada la frontera de sus propias fuerzas, queriendo llegar como única meta, Gabriela, desde 1984, significa para mí la grandeza de la vida y el deporte.

Precaución, amigo conductor…


El comportamiento de las Pirelli ha provocado más de un susto este año. Establecer el rango máximo de uso de un determinado compuesto se ha convertido en materia sensible a la hora de plantear las estrategias de cada equipo, porque fallar en las estimaciones puede suponer dar al traste con todo lo realizado durante el fin de semana.

Si el asunto de marras lleva de calle a la práctica totalidad de escuderías, en el caso de Ferrari podría ser la razón de que nos hayamos acostumbrado a ver cómo Fernando entra a cambiar gomas cuando las que lleva puestas sus F2012 parecen gozar de buena salud. Suelen ser dos vueltas, tres a lo sumo que se escamotean al asturiano sin razón aparente. Visto lo visto sobre el Gilles Villeneuve podríamos estar hablando de un escenario donde impera la precaución gracias entre otras cosas, a que la máquina rossa puede permitirse éste y algún lujo más, al menos de momento, lo que no es óbice para que suponga una de esas rarezas que hacen que resulte interesante ponerse el traje de neopreno para lanzarse al agua, porque  llevo tiempo dándole vueltas al asunto y no veo otra razón que pudiera justificar la deriva cautelosa de La Scuderia, que hace que sea en la actualidad la única escuadra que ha puesto los huevos de las suspensiones de su vehículo en la misma cesta (pull-rod delante y detrás).

jueves, 9 de agosto de 2012

Prometheus, o lo que hay que hacer


Como si la precuela de Bienvenido, Mister Marshall nos tratara de introducir en las entrañas de su historia dando pasos sobre la moqueta de las Torres Kio, Prometheus, el buque insignia cinematográfico de Ridley Scott para este año, sacude los cimientos de la obra maestra que dignificó la Ci-Fi allá como en 1979, barnizando de pulcritud inmaculada lo que era sucia y saludable soledad del ser humano frente al universo, llevándonos a preguntarnos si cuando parió Alien, el octavo pasajero, el director británico era un trepa y no el genio que creímos, a quien le sonó la flauta por casualidad gracias a que compartió tempo y fibras creativas con titanes auténticos como Dan O'Bannon, Gigger o Moebius, y no de plastelina como los que sirven de atrezzo a su bodrio.

¿Hacía falta tamaño viaje? Seguramente no. Buscaba algo de frescura en una tarde calurosa y me encontré con una sala en la que el aire acondicionado no funcionaba. Buscaba reencontrarme a mí mismo cuando comenzaba mis estudios de Bellas Artes, y terminé dándome la espalda. Buscaba, en definitiva, evadirme de la prima de riesgo y el sinvivir cotidiano, y me di de bruces con la cruda realidad de que levantamos ídolos de pies de barro que terminan por derrumbarse sobre nosotros incluso en la oscuridad de un cine de verano en el que por suerte estábamos cuatro gatos (si llegamos a estar más, juro que me ahogo)... 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Algo huele a podrido en Dinamarca


Siempre me he mostrado reacio a entender a aquellos que habiéndose labrado un lugar en la vida gracias a las becas y al esfuerzo mancomunado de todos, rechazan de plano la posibilidad de que otros se beneficien de lo que se beneficiaron ellos, sencillamente porque afirman ahora que para llegar hay que valer, y que el mejor camino para demostrarlo es la competencia entre iguales (¡tela!). Y rechazo a estos duermevelas porque al otro lado, en el de los competidores natos, la competencia suele ser una pamplina para bobos de la que hay que huír siempre que se pueda, y de la que ellos huyen como posesos amañando contratos, mintiendo descaradamente, buscando atajos, o eliminando a los rivales como sea.

Notábamos un aroma raro en esa relación cuasi simbiótica que intuíamos entre la FIA y Pirelli —mandamás única, la primera, y proveedora única de neumáticos la segunda, por si queda alguien que no entiende de qué palo van los protagonistas del binomio del siglo—, y gracias a Paul Hembery acabamos de descubrir que su matrimonio es parasitario por el bien de la seguridad y el espectáculo en nuestro amado deporte.

martes, 7 de agosto de 2012

El veneno de Sebastian


A pesar de lo que nos quieren vender, ser alemán en la vida no supone un horizonte al que aspirar, y si no que se lo pregunten a nuestro más reciente bicampeón del mundo, que anda tan alicaído y falto de mordiente que no cambia tanto de yelmo como acostumbraba hace unos meses —o me parece a mí que no cambia tanto de casco, que podría ser—, y que por no atinar, no ha acertado este año ni con el nombre de pilingui que pone a sus vehículos.

Reconozco que he tenido que recurrir a Wikipedia para enterarme de cuál había elegido para el RB8, y ha sido leerlo y comprender inmediatamente que Sebastian se está haciendo mayor en nuestros brazos, razón por la cual intuyo que le ha pasado como a Sansón cuando le raparon la melena, pues ha sido abandonar sus costumbres de adolescente germano machote hecho y derecho, y empezar a dar trompicones sobre el asfalto.

miércoles, 1 de agosto de 2012

La cabra tira al monte


Hay dos formas de hacer más resistentes los compuestos utilizados en una carrera: endureciéndolos realmente o trasladando la elección de gomas hacia la zona más dura de la gama.

Pirelli, que parecía un protagonista inocente hasta Hungría, nos está resultando un cómplice necesario de las tropelías de la FIA. De tapadillo, anunciando que iba a probar neumáticos más duros en Silverstone por ver si eran del gusto de las escuderías —cosa que no pudo ser por problemas meteorológicos, trasladándose la cata de gomas a Hockenheim—, sin saber a estas horas si el asunto satisface o no a los equipos, comenzaba a aplicar la comprensión del espectáculo de quien sujeta el collar de la milanesa desde el pasado domingo, elevando la dureza de los compuestos por el artículo 33, o sea, alterando la gama utilizada el año pasado, como quien dice anteayer, vamos.