viernes, 31 de agosto de 2018

How Big, How Blue, How Beautiful [#Nürbu 31]


El mundo se estaba despidiendo de él aunque no lo notaba. Watkins Glen quedaba lejos a primeros de agosto de 1973, un cinco, domingo.

Aquel Grand Prix de Alemania se proponía como las carreras anteriores: Jackie contra Emmo y su endiablado Lotus negro. Y él, como siempre, dispuesto a proteger las espaldas de su número uno, el escocés, su amigo.

Watkins Glen de igual modo quedaba lejos para el de Milton. Tenía todo dispuesto para su partida. Lo había pensado y madurado, y lo había hablado con el patrón y juntos habían definido cómo sería el después aunque quedaba por delante derrotar a Colin y su piloto brasileño, Fittipaldi, el Campeón del Mundo de la temporada 1972. Cevert era importante, la pieza clave en el futuro de Tyrrell. Él también lo sabía.

En la de Ockham nadie pronunciaba «sin embargo». Jackie y François eran rivales y amigos, lo que había fraguado una relación envidiada por los equipos adversarios de la que tío Ken gustaba sacar pecho en cuanto tenía ocasión.

Las cosas iban bien así, ¿por qué cambiarlas? Tyrrel Racing era como un hogar y en pista funcionaba como un cronómetro suizo. Sin duda existía una gigantesca porción de suerte en haber encontrado a dos pilotos súmamente rápidos que habían congeniado y compartían aventura sin mostrar aristas. Jackie respetaba a François y le enseñaba como hacen los hermanos mayores con los pequeños. Cevert idolatraba al bicampeón del mundo y aprendía sabiendo que llegaría el día en que él sería el cabeza de familia. El escocés, generoso, iba a dejar sitio al francés, y éste le devolvía la confianza siendo el más leal escudero. Rivales y amigos...

Hubo quien insinuaba que los almuerzos que preparaba Norah incluían algún tipo de ingrediente secreto que, una vez ingerido, ejercía de potente hechizo. Todo iba bien, incluso Derek sonreía aquel primer fin de semana de agosto en Nürburgring en que los Tyrrell 006 barrieron sobre el asfalto a sus oponentes. Pero Watkins Glen, aunque lejano, ya esperaba impaciente para destruir el sueño.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fue François como podía haber sido cualquier otro. Emmo, Jackie... Poco menos de cinco años más tarde corría la misma suerte su rival por entonces Ronnie. Dos grandes perdidas para el automovilismo, dos posibles campeones del mundo sin duda.

Para que disfrutemos en vida hoy en día de Emmo y Jackie, otros muchos tuvieron que dejar su amor por las carreras en el asfalto. Ciertamente eran duros tiempos aquellos, jugándote la vida a cada metro que la pista avanzaba.

Último certamen del campeonato y acabó de la peor manera posible, con el tercer título para Jackie pero con el recuerdo imborrable de un amigo perdido por el camino.


https://www.youtube.com/watch?v=wq6nZ5n-NSY



King Crimson