lunes, 31 de diciembre de 2012

Misty Mountains


Duchado, afeitado de dos días y con aire informal (look, que dicen algunos), me preparo para la madre de todas las batallas, para la locura de Nochevieja en la que me vuelvo nadie entre cuñados y cuñadas para llegar vivo y entero al 1 de enero de un año que acaba en 13, pero que sabe a miel en los labios sin la que no me quiero quedar.

He dejado para el último lugar de mi ruta bloguera de esta tarde que ya es noche, éste mi santuario apócrifo en el que si Dios no lo remedia, habré de abrevar tarde o temprano si quiero recordar cuál ha sido el pulso vital que me ha alimentado durante estos cinco años largos pasados a vuestro lado, y es que la edad se paga con la desmemoria y llegada una hora, es grato sonreír o llorar con cosas que habiendo sucedido, ocurrieron, y quedaron escritas para que el paso de página las pusiera al descubierto de nuevo.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Mi clave


Las lecturas posibles en cuanto a una temporada tan apretadita como la que acabamos de disfrutar son innumerables. Con el mismo ahínco con que los que no compraban adelantamientos como sinónimo de calidad persiguen convencer a sus antagonistas enarbolando los pocos que ha realizado Sebastian Vettel durante la sesión (recordemos, es un hombre que como Jim Clark, gana desde delante), los demás buscan argumentos con los que explicar el sentimiento de desastre que les quedaba después de Interlagos.

Como dije en su momento y he reiterado más de una vez, soy de la opinión de que la clave estuvo en Spa, en ese despegue desde portaviones que realizó Romain Grosjean con su E20 convertido en F-4 Phantom, para descabalgar de una tacada a los dos únicos tipos que podían hacer sombra al de Heppenheim: Lewis Hamilton y Fernando Alonso.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿A qué dedica el tiempo libre?


Sin querer o queriendo, las cosas de la FIA me recuerdan en cierto modo a mi propia adolescencia, un lugar repleto de circunstancias extrañas que sé que estuvieron ahí, labrando mi forma de ser, pero ante cuya presencia me resulta difícil comprender cómo demonios están ahí si yo estoy aquí.

Perales, José Luis, el de toda la vida, estuvo ahí, donde digo, y sospecho que ocupando una parte importante de mi existencia, porque es escuchar una de sus canciones y que la cabeza se me vaya solita a aquella época pretérita en la que yo atravesaba océanos y conquistaba tierras lejanas con 15 o 16 años mientras luchaba a brazo partido con las matemáticas y la física. No me preguntéis por qué. No puedo responder a eso, pero es oír una de sus canciones y sentir de nuevo la ilusión de haber estrenado unos pantalones largos que no hubieran pertenecido antes a mi hermano...

Prosopagnosia


Esta palabra rara que he utilizado para titular la entrada que estáis leyendo describe un trastorno por el cual, los que sufren de él son incapaces de reconocer los aspectos faciales de quienes les rodean o de ellos mismos, llegado el caso.

Aunque resulte difícil de creer, podría ser que un día te miraras al espejo y no supieras quién es ni cuál es la fecha de nacimiento de la persona que te mira a ti quién sabe si con cara de asombro o de estulticia, ni que hace ahí, al otro lado, ni cuáles han sido sus razones ni cuáles son sus propósitos. Bajo los efectos de la prosopagnosia es posible incluso que te preguntes qué será de la F1 en nuestro país cuando Fernando deje de correr…

martes, 25 de diciembre de 2012

Aphelion


La práctica ausencia de noticias de calado en cuanto a F1 se refiere, no deja de ser un síntoma de lo mal y pobres que corren los tiempos también para esto. 

Exhaustos y fracasados emprenden el regreso, como cantara Mecano. Eso nos pasa, ni más ni menos, que estamos cansados aunque no lo admitamos, de que el modelo de oscurantismo impuesto desde las altas esferas de este nuestro querido deporte, nos obligue día sí y día también a realizar ejercicios de funambulismo sin red, que a lo peor de todo terminan por dar con nuestros huesos en el suelo como no nos andemos con cuidado.

A un santo dos pistolas


Kimi perdió el título de 2005 por apenas 21 puntos de aquellos que valían más del doble que ahora, y digo que perdió, porque honestamente pienso que el finlandés habría hecho de magnífico campeón aquel año. Que recuerde, nadie lo comparó con Senna ni con Prost ni con Fangio, y todo el mundo aceptó que Kimi aportaba su peculiar granito de arena a esta fábula que llamamos F1. Lo mismo ocurrió en 2007, cuando por fin Iceman conseguía su primer entorchado.

Jenson es otro de los integrantes de este sabroso elenco de pilotos que podríamos definir como «sinparecidos», ni razonables ni de los otros. Felipe, por sin ir más lejos, ¿a quién se parece Massa? El paulista estuvo a punto de calzarse el campeonato de 2008 pero carece de cacofonías. Rubens otro tanto. Firmó un 2009 alucinante y sigue siendo Rubens, Rubinho para los amigos, el hombre que insinuó en una noche achispada que Michael perdía aceite, y casi paga caro su atrevimiento contra el muro de Hungaroring 2010.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Fairytale of New York‬


Una vez más, como ocurre siempre por estas mismas fechas, el tiempo se detiene a su manera para aquellos que tenemos la suerte de poder detenernos un puñado de días al año.

En éste y otros sentidos, me siento afortunado, mucho, y aunque hoy sea tarde y ocaso de villancicos, me apetece compartir con vosotros el puñado de sentimientos contradictorios que me asaltan siempre que es 24 de diciembre desde que una noche como la de hoy, precisamente, me tocó hacer guardia ante las puertas del infierno escuchando una vez y otra, y otra y otra más, ‪Fairytale of New York‬, la canción de The Pogues en la que interviene ‪Kirsty MacColl‬, la música que me recuerda siempre que todos llevamos dentro algo de Shane MacGowan, que somos punkies como él, autodestructivos, díscolos, furtivos y altivos, aunque ángeles al fin y al cabo que renacerán de sus cenizas cuantas veces haga falta, porque estamos hechos de la misma materia que teje y da cuerpo a los sueños.

domingo, 23 de diciembre de 2012

San Jacinto


Somos pequeñas porciones de historia que navegan a la deriva sobre un tsunami de acontecimientos que ni gobernamos ni se dejarían gobernar si pudiésemos hacerlo. Somos un poco tontería en la nada, partículas creciditas del cosmos que creen ser lo que jamás serán, porque lejos de suponer episodios consistentes y autónomos, mal que nos pese admitirlo, somos aquello que definen los que nos contemplan y leen cada día.

Bastaría con que lo que nos rodea nos importara un pimiento, para que el dolor injusto de la excomunión por incompresión se mitigara hasta desaparecer bajo los efectos del ibuprofeno, pero si vales tanto como tanto das, como dicen, pero recibes a cambio de tu versión más geunina, una torticera en la que ni te reconoces ni maldita las ganas que tienes de hacerlo, amén de sentirte profundamente jodido por lo desequilibrado del intercambio, corres el riesgo de sentirte atenazado ad nauseam por esa duda que dicen algunos que es manifiestamente existencial —cosa que no resuelve nada, por cierto—, por la cual quien más y quien menos se siente nada en algún momento de su vida, sencillamente porque somos miserable polvo que volverá al polvo tarde o temprano.

Ahora que sabemos [G.P. Australia]


La temporada 2012 daba comienzo en Melbourne bajo la sensación de que los cambios sufridos por el reglamento —fundamentalmente en lo atañente a la disposición de los tubos de escape y su influencia sobre la zona del difusor— iban a surtir un efecto balsámico con respecto a lo visto durante 2011, sesión que había dominado de cabo a rabo Red Bull. La promesa de espectáculo escenificada por Pirelli en pretemporada venía a ratificar lo elevado de las expectativas, pero el G.P. de Australia, bajo estos parámetros, iba a resultar un completo y complejo espejismo que tardaríamos varias carreras en despejar.

El primer fiasco lo supuso el doble DRS de Mercedes, que si bien llevó al de Kerpen a ocupar una memorable cuarta plaza en clasificación, durante la prueba se mostraría bastante inútil incluso con las dos zonas habilitadas para el uso del DRS, ya que los de Brackley terminarían con Nico Rosberg haciendo decimosegundo y con Michael Schumacher, abandonando por un problema en la caja de cambios de su coche. Y el segundo, una elección de neumáticos que imprimió un miedo desmedido en la parrilla, y que a la postre, definiría la tranquilidad con la que transcurrió la carrera tras una fase calificatoria en la que quien más y quien menos se había manifestado bastante agresivo, para que a la hora de la verdad, el domingo, todo el mundo prefiriera cogérsela con papel de fumar porque había que llegar vivo a la bandera de cuadros.

El primer paso


Muy a pesar de las prisas que suelen atenazar a prensa y aficionados, las experiencias en F1 deben ser medidas por ciclos y no por años, y si bien tenemos ejemplos recientes de equipos que llegaron y besaron el santo (Brawn GP en 2009), como vengo diciendo, nuestra historia reciente o incluso más antigua, nos recalca con contundencia de partillo pilón, que para apreciar en todo su esplendor lo que sucede año tras año ante nuestros ojos, conviene alejarse un poco para que la perspectiva nos permita ver que existe una pulsación inapreciable a simple vista, que sin embargo, termina imponiendo su ley tarde o temprano, emergiendo para calzarse un éxito sin paliativos, o una concatenación de ellos.

Sin duda, el ejemplo más a mano que tenemos corresponde a la saga RB5 a 8, una serie de monoplazas que aprovechando el cambio de reglamento habido en 2009, han sabido imponer un criterio específico, en cierto modo genuino, que daba tan sólo un año después de comenzar a ser aplicado, su primer título de pilotos a Sebastian Vettel y a Red Bull el correspondiente de marcas.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Con biberón y chupete


Ayer fue un día especial. Más allá de las diez de la mañana, Leo, el primogénito de Bel y Edu, me convertía en tío abuelo. Sobre las once y media, Gorliz se apagaba por completo para permanecer así, a oscuras en mitad de lo mejor del día, durante más de una hora. Cerca de la una del mediodía, Marnie y yo quedábamos encerrados en el ascensor del edificio hasta que nos rescataron pasadas las dos de la tarde...

Leo nacía en un día extraño que sin duda ni él ni yo olvidaremos jamás. Él, porque en su ingenuidad infinita no sabe en qué berenjenal se ha metido, ya que con absoluta insconsciencia, se ha visto encadenado a un 21 de diciembre de 2012, fecha como cualquier otra pero en la que se suponía que se acababa el mundo, que marcará como la luz de un faro su paso por esta vida. Yo, porque en la sabiduría inagotable que deberían otorgarme mis canas y los miles de libros que aún no he leído, sabré siempre a partir de ahora cuándo ocurrió precisamente que firmé un nuevo pacto con la vida, con la mía y con la de él, rechazando de plano seguir haciendo el bobo por la cuenta que me tiene.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Ross en rosso


La difícil tarea de tumbar a un hombre siempre resulta mucho más sencilla de lo que parece. Fíjense ustedes en Mercedes AMG, por ejemplo: hay voces que insinúan que sobra Brawn, pero es Michael Schumacher quien se marcha en apariencia (ya veremos dónde se queda), y Norbert Haug quien se desvanece con rotundidad meridiana.

Nick (Fry), que siempre ha sido un poco alcahueta, sigue dibujando dudas sobre lo que está sucediendo en la de Brackley, al afirmar que Hamilton va a poner a prueba a Brawn, pero el británico que se hizo de oro comprando Honda por un dólar, es quien ha traído a Lewis y quien sigue en pie de guerra mientras sus generales caen a sus lados. ¿Quién diría con tamaña puesta en escena que él es el objetivo?

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Incertidumbre y agua


Me gustan las carreras en condiciones de mojado. Los coches van más altos, las suspensiones se ablandan y se aprecian mejor las dotes de los pilotos que los conducen porque los aspectos aerodinámicos del monoplaza mitigan su influencia —la elevación del fondo plano con respecto al asfalto, origina que los alerones cobren mayor importancia en aras de sujetar el vehículo al trazado, a la vieja usanza—, dejando espacio para que la mecánica, la de siempre, destaque brevemente en un calendario plagado de domingos soleados y puntos de downforce.

Los de lluvia suelen ser días de motor, equilibrio dinámico, pericia y buenas manos, también de inteligencia, pero sobre todo, son treguas en las cuales las Pirelli dejan de tocar las narices, porque la normativa relativa a neumáticos abre la manga para que cada escudería haga de su capa un sayo con ellos, revelando de rondón lo estúpido que resulta que haya obligación de usar dos juegos de compuestos concretos en cada prueba, impidiendo que cada cual elija la combinación que más le convenga y se busque con ella las alubias.

martes, 18 de diciembre de 2012

Ahora que sabemos


Si algo tenemos en común expertos patanegra, ex-pertos, y pertos de a pie o vulgares aficionados, es que a todos nos gusta localizar las claves de una carrera según ha terminado ésta. Lógicamente, salvo honrosas excepciones, no da en el clavo nadie o casi nadie porque la lectura de las mismas suele ser de por sí bastante complicada, sobre todo a comienzos de sesión, cuando el abanico de posibilidades se abre sobre las mesas de análisis, materializando un pandemonio de datos y más datos que ha veces no hay ni por dónde cogerlos.

Para un perto declarado como yo, la cosa, reconozco, es radicalmente más sencilla que para ex-pertos y expertos de estirpe, debido fundamentalmente a que mis responsabilidades suelen ser consideradas mayoritariamente como menores, vamos, que la presión que asumo por centímetro cuadrado es infinitamente más pequeña, lo que no es óbice ni cortapisa para que me anime como el que más, a tirarme a la piscina, haya agua o no.

lunes, 17 de diciembre de 2012

La tercera víctima


No he ocultado nunca mi particular querencia por Romain Grosjean. En las entrañas de este blog hay alguna que otra entrada en la que lo refiero entre admiraciones. También ha recibido de mi mano alguna colleja, para qué negarlo, pero en general el franco-suizo es uno de esos pilotos que de tanto en tanto me hacen tilín sin saber muy bien por qué, y que van cristalizando poco a poco hasta convertirse en uno de esos tipos a los que sabes que defenderás pase lo que pase.

Esa fue, seguramente, una de las razones que me llevaron a no cargar demasiado las tintas sobre su actuación en Bélgica, y a pesar de que debido a su intervención Fernando tiró a la basura sus aspiraciones de lograr un más que merecido tercer título, y Lewis las de conseguir su segundo, preferí visionar aquello bajo el prisma de la responsabilidad que tienen los que planifican la F1 como un negocio apresurado que abre sus puertas a gente poco curtida, para expoliarla a renglón seguido sin atender a que necesita acumular experiencia.

El Monopoly


Cuando un patrón de escudería habla de reducción de costes o de contención de gasto, le está mandando un mensaje a Bernie Ecclestone para que el FOM sea generoso en el reparto, otro a los integrantes de la FOTA para que aprieten juntos el culo por ver si consiguen más tajada, y otro más a los patrocinadores para que vayan preparando el talonario.

Si el asunto de las finanzas funciona de la misma manera en el mundo exterior, en el paddock todos tienen bien aprendida la lección y mueven ficha como jabatos, bregan como sirgueras o lanzan palomas mensajeras si hace falta, aunque vayan embutidos en un traje de lino gris marengo que oculta parcialmente una camisa y una corbata de seda, que a su vez solapan un corazón de hierro colado en caliente y laminado en frío que no late como el de nosotros, vulgares mortales, no, sino que sopla como una vieja locomotora alimentada por billetes verdes, pequeños, a poder ser sin numeración correlativa.

domingo, 16 de diciembre de 2012

I wanna be loved by you


Soltemos a los perros de la guerra y hagamos que Marilyn cante para nosotros I wanna be loved by you, ya que se ve que algunos entre los que me encuentro, necesitamos que nos quieran un poco por tener el paladar lo suficiente fino como para haber detectado otro año más, que la cultura del winner & loser no va con nosotros.

A nadie le amarga un dulce y sería necio negar que de haber ganado Fernando, el mundo sería igual de imperfecto que habiéndolo hecho Sebastian, aunque sonaría a perfecto y nos permitiría fardar un poco más de lo que acostumbramos, pues es sabido que para la masa de entendidos a los que les ruboriza hacer el indio en público, es el de Oviedo y no el de Hepennheim quien ha firmado una temporada redonda.

¿Dónde queda Sebastian?


La temporada ha echado el telón pero no deja de depararnos sorpresas. La última, reciente como bollito apenas salido del horno, consiste en que Christian Horner, jefe de Red bull, se ha liado la manta a la cabeza a tirar flores sobre su equipo, y no ha tenido mejor ocurrencia que afirmar que Adrian Newey es mejor incluso que Colin Chapman.

Lejos de estar de acuerdo con tamaño despropósito, se lo perdono al bueno de Horner porque comprendo que la euforia es la euforia y a veces, bajo sus efectos, las palabras brotan por la boca sin reparar en los destrozos que producen a su paso, porque hombre, comparar al Mago de Finisterre con el hombre que nos descubrió a todos que todo, absolutamente todo era posible hablando de monoplazas, es a todas luces mucho decir.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Ajo y agua


Iba a titular esta entrada «Cuando te llamas PZero y te apellidas 27» pero lo he rechazado de inmediato porque soy más de no dar pistas, de manera que he recurrido a uno de los ardides más provechosos que tengo en mi zurrón mágico de bardo: tirar del título de la canción que estoy escuchando mientras escribo, en este caso «Icarus», la primera pieza de la banda sonora de The Aviator, compuesta por Howard Shore para la cinta de Martin Scorsese sobre Howard Hughes, tema por otro lado sencillamente brutal y totalmente recomendable.

En esto andaba, cuando he pensando que últimamente estoy un poco zángano con los títulos y que esta tarde que navega tranquilina a la espera de que los mayas la caguen estrepitosamente en sus adivinaciones, el próximo viernes si Dios quiere, para que el sábado siguiente nos veamos en la amarga tesitura de tener que afrontar que el mundo sigue que sigue, y que los que nos lo están dinamitando no han perdido el tiempo porque no creen ni en los mayas, ni en la Humanidad ni en nada, he recordado que Ícaro era el hijo de Dédalo, y que de éste y no de aquél fue la idea de construir las alas que les permitirían abandonar el laberinto cretense donde les había encerrado el rey Minos.

La cultura de Ari


Ari Pieti Uolevi Vatanen, Ari para los amigos, a decir de Wikipedia, comparte con Kimi Raikkonen lugar de nacimiento, Espoo —una ciudad cercana a Helsinki que con Vantaa, la localidad natal de Mika Haikkinen, forma la base de un triángulo casi perfecto e invertido cuyo vértice apunta al Sur a través de la capital de Finlandia—. Tras el terrible accidente sufrido en 1985 durante el Rally de Argentina, Vatanen se tomó un respiro para volver con renovados bríos al mundo de la competición y ganar el París-Dakar (1987, 89, 90 y 91) bajo la dirección de Jean Todt, el hombre al cual opondría candidatura para hacerse con la silla dejada vacante por Max Mosley al mando de la FIA.

Ari perdió su batalla frente al pequeño Napoleón que había gobernado con mano de hierro el resurgimiento de Ferrari a finales de los 90 del siglo pasado y comienzos de la década inicial del XXI, y en su alocución tras la derrota mencionó el término cultura.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Faenza tubular bells


Matas a dos chiquillos, sacrificas sus aspiraciones y tiras sus cuerpos al arroyo con nocturnidad y alevosía, y te sientes a renglón seguido el dueño del mundo. Un tipo hábil que ha sabido sortear la ley para vender el alcohol prohibido a los amigos, para hacer negocio con los rivales al amparo de la décimo octava enmienda, para jugar al tú la llevas con Elliot Ness y sus intocables, para salir ileso, en definitiva, de una cabronada dibujada con hiel sobre un papel que extendió alguien que con sus luces y sombras, era bueno o pasaba por serlo y se llamaba Giancarlo.

Faenza no es la Faenza que conocimos, sino una cueva de arañas venenosas donde se hace lo que dicta el tuerto de Milton Keynes. Un lugar que lejos de ser una escuela, se ha convertido en una excusa para que la parrilla tenga dos enemigos menos, o más si no es el caso de que milites en la escudería que le hace favores a la FIA y luego los cobra.

Sir Jackie tiene dudas


En esta vida, aunque no lo parezca, lo complicado suele ser mostrarse fiel a uno mismo, tener criterio, ser capaz de ejercer de verso libre aunque la opinión generalizada gane por goleada, y en este sentido, Jackie siempre me ha gustado, incluso cuando no se mostraba cauteloso ante las bondades de Sebastian solicitanto tiempo y distancia para poder valorarlas en justicia (a qué me sonará todo esto).

Jackie es un señor mayor, pero mantiene un algo juvenil que le hace diferente a otros señores mayores que visitan el paddock. Atesora tres títulos mundiales, y amén de un montón de carreras y una morterada de kilómetros encima, mantiene todavía esa clase que tenían los pilotos de antes, aquellos que como él, disponían de la gallardía suficiente como para admitir sus miedos en público o como para saber retirarse en la cumbre de su carrera porque habían perdido a un amigo, a un compañero, quién sabe si a un hermano, en todo caso a François, el gitano de ojos luminosos que pilotaba el Tyrrell número 6 que en Watkins Glen se hacía añicos terminando con su vida y arañando un suspiro desesperanzado al correoso Colin Chapman…

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El gesto


Entre chuto y muete he elegido lo segundo por vaya usted a saber qué cosa. Total, que sabiéndome presa y rehén de decisiones tan tontorronas como la que tomé a comienzos de la semana pasada y de la que daré buena explicación y alguna cuenta en unos días si acaso, me he tomado la libertad de ausentarme unas jornadas para liberarme de deberes y enfrentarme a la nueva andadura sin engorrosos asuntos pendientes. Y aquí estoy, tal que a 12 de diciembre de 2012, a las tantas de la noche, con Marnie haciéndome compañía bajo la mesa donde escribo, al calor de la estufilla que lleva desde ayer calentándome los pies, que vaya frío que hace en Gorliz, ¡rediez!

Me dejo de circunloquios que me conozco… Bien, hoy iba de retomar el pulso a la actualidad formulera y no hacía el caso dejar pasar la oportunidad de poner el dedo en esa actitud de caballerosidad que tuvo Michael Schumacher al dejarse pasar por Sebastian Vettel en Interlagos.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Parirás con dolor


A los que andan zumbándonos la oreja con el asunto de que deberíamos fijarnos en los chinos a la hora de producir, ahorrar y no pedir, habría que recordarles que si tomáramos el ejemplo, como dicen, y trabajáramos 12 o 13 horas al día los 7 de la semana y no gastáramos un chavo, ni los chinos sobrevivirían en tamaño caldo de cultivo, porque a ver a qué hora y con qué mano íbamos a compensar tanto esfuerzo productivo consumiendo —por no mencionar el espinoso asunto de con qué dinero—…

Traigo esta tontería a colación porque soy de los que entienden la vida como un sistema compensatorio, en la cual tomar ejemplos sin reparar en las consecuencias y calado, suele acarrear desastrosas consecuenciasmporque se rompe el necesario equilibrio que debe haber entre las cosas. Así, los chinos producen como producen y crecen, porque hay quien consume como consume y les ayuda a crecer económicamente. Vamos, que en ésto, como en otro montón de asuntos, son dos partes las que participan y conviene atender a las dos si se quiere desfacer cualquier tuerto en los que intervengan, ya sea en economía o en deporte.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Woking, out!


Como en el tenis, McLaren ha clavado otro año en blanco por arriesgar con los tiros bajos y profundos. El MP4/27 comenzó impecablemente la sesión (Button marcaba tanto en Melbourne), pero los errores de la escudería le hicieron perder set tras set hasta que Hamilton rompía el saque en favor de la de Woking en el Gilles Villenueve.

En aquel preciso instante ni era tarde ni todo lo contrario. La temporada transcurría a golpe de ganador por carrera, y la consecuente sangría de puntos beneficiaba y perjudicaba a todos por igual. Nada parecía indicar que el tiempo se agotaba, sobre todo para el equipo británico, porque en una de esas decisiones tontas que se toman a veces, las evoluciones diseñadas para que el coche siguiera sobreviviendo vinieron a suponer una especie de mal de ojo automedicado, ya que lejos de mejorar su estado o incluso estabilizarlo, lo sometío a un retroceso de prestaciones en carrera que a la postre definiría un comienzo de verano para olvidar, of course! 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Y qué hay del rosso?


Se pongan como se pongan los expertos, el F2012 ha sido una pedazo máquina. Con un esquema mecánico innovador (suspensión pull rod en los dos ejes) que muchos daban en pretemporada por fallido antes de mitad de sesión, la bicha rossa ha resuelto la temporada con matrícula de honor en lo que respecta a fiabilidad, el Talón de Aquiles de sus directos rivales, McLaren y Red Bull.

Sin necesidad de comprar conspiraciones favorables a la de Milton Keynes (a ver si otro día me extiendo sobre este espinoso asunto), Ferrari no ha fallado en calificación sino en su segundo piloto, mi Felipe, el gañán de Felipe o como queráis llamarlo, porque las clamorosas ausencias del paulista en los momentos importantes y aún en los menos definitorios, ha abierto una vía de agua en la de Maranello, que para cuando ha sido resuelta ya era demasiado tarde.

I'll build a stairway to Paradise


Nos han otorgado un premio, y hablo en plural porque soy consciente de que nos lo han dado a todos, a vosotros por contribuir con vuestras lecturas y comentarios al mantenimiento de esta idea loca que comenzó un poco por matar el rato y otro por huir de la realidad, que ya lleva cinco años y unos meses en pie, y a mí, sospecho, porque sigo sin tomarme en serio, y porque como los bufones de la corte de los Siete Reinos, voy por la vida en plan iconoclasta con bula, cual pirata de Tortuga pero alambicado con la inmunidad que engalana a nuestra clase política, sin encomendarme ni al Altísimo ni al diablo, vamos, cantando aquello de ¡ni rey, ni Dios, ni patria!, libre de ataduras aunque encadenado a mirar de reojo cuanto nos rodea como aficionados a todo esto que llamamos F1.

Y si los premios tienen su aquél, que te lo señalen los colegas, los que bregan día a día a tu lado aunque en diferentes trincheras, no deja de ser profundamente hermoso y enigmático. Lo primero porque a nadie le amarga un dulce, para qué voy a engañaros, y lo segundo porque uno nunca sabe en qué punto del camino ha acertado como para merecerlo.

Y sin embargo, amigos


Mucho antes de que el paddock se convirtiera en un casino fortificado en el que incluso se hace necesario disponer de llave maestra para entrar al baño y desvelar sus secretos, ocurrían en su interior historias sencillas y entrañables, aunque también había de las otras a pesar de que me interesen menos, para qué engañarnos.

Aprovechando que la semana pasada, concretamente el día 29 de noviembre, se cumplían 25 años desde que los dos individuos de la fotografía que decora esta entrada fallecieran en el mismo accidente, me apetecía atemperar las aguas de este final de temporada 2012 recordando que hubo tiempos pasados, en los cuales el fluido que circulaba por las venas de la F1 parecía incluso sano, entre otro montón de factores, intuyo, porque precisamente la distancia que separaba a los actores de la obra y a los espectadores de la misma resultaba minúscula, tanto, que las alegrías y los dramas se vivían con una intensidad que hoy nos puede resultar totalmente desproporcionada.

martes, 4 de diciembre de 2012

No hay caso [Interlagos]


Entre pitos y flautas se me había traspapelado hacer la crónica del G.P. de Brasil, y aunque a estas alturas de la película quien más o quien menos, ya sabrá de sobra qué ocurrió en Interlagos y cómo Sebastian Vettel se coronó el domingo pasado como el tricampeón más joven de la historia, incluso haciéndose una idea somera o profunda de calado al respecto, toca ponerse a hacer los deberes que las deudas conviene saldarlas cuanto antes.

Estoy escuchando a toda pastilla Yakety Sax, el tema principal de la banda sonora de la serie televisiva protagonizada por Benny Hill, porque no es lo mismo enfrentarse a una crónica a pelo que hacerlo diez días después, entiéndanme, y más sabiendo como sabemos ahora que la FIA ha sancionado el suceso con un apocalíptico no hay caso que cierra las puertas a cualquier lectura creativa.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Teenage winter


Pensaba dejarlo para este viernes, en realidad no sé por qué, pero visto que Fernando no quiere dejarme escapar, he pensado que qué mejor que hoy lunes de resurrección para deciros que tras sopesar los pros y los contras, he decidido dejar por escrito que me tendréis que aguantar 558 entradas más.

Siendo de letras soy de números redondos. Cosas de la vida. Uno no es perfecto y tiene sus cosillas, y aunque siento que podría dejarlo cuando me dé la real gana, como los drogadictos, soy consciente de que necesito excusas rotundas para enfrentarme al mono, clavos ardiendo a los que agarrarme mientras me retuerzo sobre el entarimado apretándome el estómago, y qué mejor que cifras netas...

sábado, 1 de diciembre de 2012

La que has liado, Seb


Discúlpenme ustedes, he sufrido una semana de ésas de tirar a la basura y me ha resultado imposible acercarme a echar unas letras. Por fortuna, mi antepenúltima entrada aludía al descacharre de final de campeonato que hemos vivido, y el paso de los días, para mi sorpresa, me ha ido dando la razón en aquello que dije al respecto de que el título ganado por Sebastian estaba enmierdado de dudas…

Contrariamente a lo que pensará más de uno, ni me alegro ni siento ganas de hacerlo. A decir verdad, todo esto me duele en el alma porque considero que no hay derecho a que uno de los mejores pilotos de la parrilla vea empañado su curriculum porque quien debía hacerlo, no tomó las medidas adecuadas para evitar un desastre del que sin duda el de Heppeheim se lamentará más pronto que tarde.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¡Bienvenido a casa!


Una de esas noticias que pasan desapercibidas como las buenas acciones y las alegrías en los telediarios, ha sido la de que mi Felipe está de vuelta.

Escribí no hace mucho sobre lo bien que le había venido al paulista que Pirelli, la Pirelli que no quería interferir en el campeonato, endureciera sus compuestos del verano a esta parte, porque el brasileño, hombre de coraje y temple bridgestoniano, naufragaba de mala manera con las Pirelli, las Pirelli ésas que no querían postularse como juez y parte para no beneficiar a nadie.

Imagen de marca


Hace un año más o menos, hablando con un amigo vettelista, éste me decía que no sería bueno para el negocio que Sebastian ganara por tercera temporada consecutiva. Yo le contestaba que conociendo a la peña esta que lleva el susodicho negocio, me esperaba cualquier cosa…

Ya hemos llegado a ello. El niño va camino de barrer del mapa a una generación completa de aficionados, que si no se caen de la mesa es porque existen tipos sueltos por ahí como Alonso, Hamilton, Raikkonen o Button, a quienes el alemán no llega ni a la altura del zapato, todavía.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Orpheus In the Underworld


Sospecho que ahora mismo habrá una buena cantidad... Da lo mismo, que una buena o mala cantidad de gente ande rascándose los bolsillos por ver si tiene calderilla suficiente como para saber a qué demonios estoy jugando, no hace sino ratificarme en que hoy es uno de esos días buenos que merecen ser vividos.

Prometí tregua a Vettel hasta que no estuviera todo el pescado vendido y hoy me he puesto en el IPod el can-can firmado por ‪Jacques Offenbach‬ para su Orfeo en los Infiernos, porque si yo fuera Sebastian, que ni lo soy ni ganas que tengo, estaría lamentando y no celebrando esta mierda de título que ha ganado, y es que mañana nos hablarán de Prost y su calculadora, de lo bien meditado que estaba todo, pero sobre Interlagos ha quedado un chiquillo superado por las circunstancias, que ni ayer pudo sentar sus reales ni hoy ha sabido enfrentarse a la prueba de demostrar que es, como insinúan los números, el mejor piloto de la parrilla.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dos escuderos a hostias


Ya tenemos Interlagos encima. En un par de días los coches comenzarán a rodar sobre el circuito paulista y en nada, nos desayunaremos felices o pensando en que tal vez el año que viene sea al bueno.

No se puede negar que la temporada ha estado maja, como decimos por aquí arriba, al menos hasta que Red Bull tuvo la ocurrencia del salvar el WRC y comenzaron a suceder cosas raras en la F1, y al hilo me gustaría dejar escrito de nuevo, que maldigo este tipo de cosas, porque el asunto iba lo suficientemente bien sin intervenciones mayúsculas, como para que se pudiera pronosticar en el horizonte terminal un final de infarto más auténtico que el que comenzaremos a sufrir en menos de 72 horas.

martes, 20 de noviembre de 2012

¡Qué pereza!


La máxima que proclama que los campeones siempre disponen del mejor coche tiene los pies de barro, porque gracias a Dios no siempre ha sido así.

Desde que se instaurara el Mundial de Marcas en 1958, hace 54 años a falta de que termine esta sesión y sean 55, ha habido 10 ocasiones en las cuales el mejor piloto y la mejor marca no han coincidido, o dicho de otra forma: 10 instantes concretos en la historia de nuestro deporte, en los que el supuesto mejor vehículo no ha podido dar el título a uno de los hombres que lo conducían. En todo caso, la desviación del sofisma se cuantifica en algo más del 18%.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Ven, Capitán Trueno


Cuando la palabra imprescindible pierde todo su sentido, pues surgen por doquier alabanzas al ingenio de Newey sin calar en el fenónemo que explicaría por qué Red Bull, a pesar de las apariencias, no ha sido la misma en las dos últimas pruebas que en Buddh y carreras anteriores, comenzando a dar evidentes muestras de fatiga, me pregunto qué tipo de sortilegio tiene hechizados a algunos periodistas y aficionados para que no dejen de vapulear a Ferrari mientras ocultan arteramente las vergüenzas de la austriaca.

La calificación de Abu Dhabi resultó para los azules casi agónica si comparamos su ejemplar dominio en Japón, Corea e India, con los tristes resultados obtenidos en Yas Marina. Aquel sábado de hace dos semanas, Vettel zumbaba un muro y llegaba a meta sin gasolina, mientras Webber se rendía ante Hamilton. El domingo siguiente, Mark desaparecía del mapa sin ser capaz de doblegar a Fernando. Sí, Sebastian volaba, pero le costó lo que no está escrito superar a Jenson con una zona de DRS hecha casi a medida para los de Milton Keynes.

Balas de fogueo [Austin]


En pleno Oeste americano, casi en el corazón del Western cinematográfico, aunque sin reses ni cow boys, un circuito sosote como el COTA (Circuit of The Americas) se proponía como el momento adecuado para que el alemán de Red Bull o el español de Ferrari despejaran sus respectivos caminos en pos del título mundial, aunque terminó convirtiéndose, gracias a Pirelli y sus cosas, en una segunda vuelta de lo visto en Abu Dhabi, de manera que si en el trazado asiático era Sebastian quien minimizaba daños perdiendo tan sólo 3 puntos, en el americano, era Fernando quien cedía los 3 ganados hacía quince días, devolviéndonos al escenario sugerido tras el G.P. de India, con 13 puntos de separación neta entre el líder y su más directo —y único— rival.

Podríamos decir que Ferrari no pudo o supo estar a la altura (creo que hay matices que procuraré ir desgranando estos próximos días), y al hilo, que Red Bull desperdició la penúltima bala de su revólver, entre otras cosas, por la aparición en escena de un Lewis Hamilton que cumpliendo todos los pronósticos, ni sufrió problemas en su vehículo (oh, my God!), ni quiso perder la oportunidad de brindar a su equipo una victoria de despedida.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Losing my mind


Sé que lo va a hacer y que mañana tendré que dar cuenta de mi pequeño gran secreto (así y todo, a lo mejor me lo pienso dos veces y lo dejo para después de Interlagos), pero si no ocurre, como auguran algunos, sospecho que no pasará nada, que no se acabará el mundo y todo eso, porque lo importante en esta vida son los instantes vividos y no sus consecuencias, por mucho que digan...

Sé también que para hacer de ángel, aunque sea caído, conviene asomarse a la cornisa del acantilado para saltar al vacío antes que nadie, porque luego, cuando todo el mundo se sienta con alas, lo suyo, lo mío, lo nuestro en definitiva, carecerá completamente de sentido.

La cicatriz del Geyperman


Como muchos niños de mi generación, pasé buena parte de mi infancia soñando con que algún día tendría un Scalextric y un Geyperman. Si tardé muchísimo tiempo en hacerme con una pista mágica que pude comprarme con los primeros ahorros del fruto de mi esfuerzo, debo confesar que aún no he cumplido el sueño de tener entre mis manos un muñeco articulado de aquellos que envidiaba cuando crío.

No ha sido por ganas o por posibles, comprenderéis. Dispongo en mi estudio de más de media docena de maniquíes de plástico escala 1:6 que me ayudan a la hora de confeccionar mis dibujos más complicados, incluso guardo como oro en paño los restos del Madelman arqueólogo que me regalaron mis padres pensando en que venía a ser lo mismo, pero no tengo un Geyperman y dudo que llegue a comprarlo...

sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Algo en claro?


De las múltiples posibilidades que nos ofrece la actual F1 para meter la gamba —del italiano gamba (pierna), término proviniente a su vez del latín vulgar camba (pata de caballo, acémila o burro)— en la lectura de carreras, poner la lupa sobre lo que ocurre en las sesiones de entrenamientos libres suele ser la que más errores de estimación puede originar —la ausencia de datos fiables sobre la cantidad de combustible utilizada en cada monoplaza, así como sobre los diferentes componentes que implementados en los vehículos están siendo simplemente probados o las rutinas diseñadas en cada equipo, origina una cascada de información en la que resulta complicado discernir de qué palo van cada piloto o escudería—.

Si la tercera sesión de los mismos viene a suponer una especie de entremés que sirve para que los más aventurados puedan organizar sus ideas a la hora de encarar lo que puede suceder en la fase de clasificación, y prever en algún sentido siempre incierto lo que puede suceder en carrera, los entrenamientos del viernes son terreno abonado para especulaciones más o menos miserables, razón por la cual suelo dispensarles un aprecio razonablemente cauteloso.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Perplejidad en tiempos revueltos


No se alarmen ustedes. He pasado una tarde tranquilita paseando, haciendo algo de compra para el fin de semana y poniendo ruedas nuevas a la jaula de Roque —nuestro lorito barranquero, cuyas opiniones sobre Lotus, Boullier y Kimi pudieron ser escuchadas en uno de los podcast más surrealistas que tuve oportunidad de grabar con mis compañeros de Starting Grid Podcast (¡cómo os echo de menos, canallas!)—, y al bajar al estudio a pasar el rato antes de cenar, me he dado de bruces con la noticia de que la FIA piensa en utilizar una especie de carné por puntos para el año que viene.

Estoy mayor para estas cosas, lo reconozco, y también confieso que se me ha quedado el careto como al de los protagonistas de la imagen que decora esta entrada (¡elijan, por Dios, elijan la que más les guste, que juro por mis muertos que encajo en cualquiera de ellas!), porque habiendo por ahí una superlicencia que viene a ser como el summum de las licencias de conducir, que cuesta un pastizal es esquisita y todo eso, lo de poder quitarle puntos canta a pérdida irreparable de pedigree.

Sin piedad


Díficiles se están poniendo las cosas. La escudería que decía aquello de que prefería ser segunda a hacer trampas como Ferrari, anda subidita de tono envuelta en rarezas que deberían estar en el punto de mira de Santiago Camacho e Iker Jiménez, y subiéndolo aún más aprovechando que su matriz invierte sólo en eventos y figuras deportivas, patrocinando atmósferas y bebiendo vientos sin soltar un duro en publicidad directa, en apariencia sin comprar a nadie, vamos.

Hace no tanto, alabé que la austriaca se quitara definitivamente la máscara de ingenuidad con la que ha mareado la perdiz de la honra deportiva mientras ganaba dos títulos consecutivos, y le di la bienvenida a este mundo de barro y fango donde nada es lo que parece, pero donde conviene no forzar las dicotomías porque se te acaba viendo el plumero.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Tal vez no era tan nuestra


La aventura de HRT pende de un hilo que no es precisamente el de Ariadna, sino uno mucho más frágil que aquél que ayudó a Teseo a salir vivo del laberinto donde moraba y murió el Minotauro, ya que como es público y notorio a estas alturas de la tarde, nuestra escudería ha sido puesta a la venta mientras un ERE ha mandado al paro a buena parte de la plantilla, vamos, a los que no van a ir ni a Austin ni a Interlagos.

El asunto podemos cogerlo como mejor nos plazca, desde el prisma de a quién se le ocurre acostarse con un banco, a desde aquel otro de que HRT lleva encima un año que no da ni para pipas, aunque bajo mi humilde punto de vista, el asunto tiene más que ver con esa forma de hacer negocio que escenifican desde Bernie hasta el último mono del paddock, y en la cual, la participación de una escudería, sea española o luxemburguesa, la convierte inexcusablemente en víctima o en verdugo según sean los vientos que soplen, porque ya se sabe, o debería saberse, que esto de la F1 es un puñetero negocio entre tiburones que hace años se quedaron sin boquerones que llevarse a la boca, pero que siguen teniendo hambre de la peligrosa.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Juegos de guerra


Dice la sabiduría reciente que la magia fue durante buena parte de nuestra historia, una respuesta racional al natural desconocimiento del ser humano. Y hete aquí que cuando nos creíamos espabilados del todo, descubrimos que la incertidumbre, esa vieja amiga de la duda, sigue haciendo presa de nosotros.

El domingo bosteza antes de irse a la cama en Gorliz. Marnie, mi perrilla vieja, duerme a mis pies soñando que la protejo mientras doy rienda suelta a estas líneas, como sueña otras veces que soy su lazarillo cuando trata de encontrar el mundo a través de sus cataratas. Pegada a mis piernas o buscando mi voz, o mi contorno si estoy demasiado lejos, salvamos juntos nuestros respectivos miedos diarios. Yo sintiéndome algo pesado por tanta responsabilidad como recae sobre mis hombros, quejándome a veces, otras mimándola, para que sepa siempre que me sigue importando como cuando destruía mis libros con sus dientes de leche o cuando me comía la cara a lametones, que lo sigue haciendo; ella, reacia a entender que es uno de los eslabones más duros de la cadena de fragilidades que me sujeta a este convenio trazado por mayores en el que cada vez queda menos espacio para intentar seguir siendo pequeño.

‪Desperate housewives‬


Wisteria Lane es un vecindario como otro cualquiera salvo por las peculiaridades que adornan a las mujeres desesperadas que lo habitan. Con ellas, el idílico escenario se transforma o se transmuta, que queda más culto, dando cabida a ilusiones, a desilusiones, a alianzas y por supuesto, a pérfidas o inocentes traiciones. Bien pensado, por su fauna y contexto, el paddock podría ser perfectamente el imaginario y electrizante barrio de Fairview…

Queda un suspiro para que termine todo y sepamos en qué queda. Mientras esperamos atentos a ver qué sucede cabe hacer todo tipo de quinielas, incluso a comprarlas ya rellenadas. Sin ir más lejos, Niki, nuestro Lauda de toda la vida, ya ha hecho la suya, dando a Vettel como el tricampeón más joven de la historia, descartando así a Fernando Alonso porque dice que Ferrari no puede con Red Bull y ésta no va a volver a cometer los errores de Abu Dhabi (sic).

sábado, 10 de noviembre de 2012

El cascabel del gato


«Si nos dedicamos a trabajar únicamente en el motor para aumentar la velocidad en un 1%, tal vez nos tome tres o cuatro años y cueste muchísimo, pero si se recurre al túnel de viento podemos tener ese mismo resultado en mucho menos tiempo.» 

Aunque por su calado parezca atribuible a Enzo Ferrari, la frase que abre esta entrada es de Mike Gascoigne, y aunque ya la utilicé en tiempo cercano a haber sido pronunciada, allá como a comienzos de 2011, lamentablemente para nosotros sigue disfrutando de plena vigencia, porque señala con el dedo la pesada realidad que vive nuestro deporte, una ecuación que en vez de resolverse vía excelencia, lo hace a través de un atajo que prima el rendimiento económico sobre otro tipo de condicionantes.

jueves, 8 de noviembre de 2012

¡Suerte, Lewis!


Quedan dos carreras para que Lewis Hamilton abandone definitivamente la patera que le trajo hasta la playa de la F1. Corría 2007, Pedro de la Rosa estaba llamado a ser el sustituto de Kimi Raikkonen, quien había sido contratado por Ferrari para sustituir a su vez, a un Michael Schumacher que había sido jubilado precipitadamente por la cúpula de Maranello.

El barcelonés, que ahora liba sus días como piloto en HRT, jamás llegó a disfrutar de aquel merecido asiento porque una jovencísima incógnita se lo había arrebatado, a pesar de haber resuelto con notable la papeleta de cubrir el hueco dejado por Juancho Montoya en la de Woking la temporada anterior. Aquellos supusieron los últimos auténticos tiempos revueltos que ha vivido nuestro deporte. El dinero no parecía tan importante como ahora, aunque en el fondo lo era. Carlos Goshn, durante 2006 había hecho pender más de lo debido, la espada de Damocles de la viabilidad económica sobre La Règie de Briatore y aquella fue razón suficiente para que el por aquel entonces vigente bicampeón del mundo, un asturiano apellidado Alonso, decidiera jugarse su futuro a una carta, cambiando la escudería que le daría cobijo de nuevo en 2008, por el anzuelo edulcorado que le tendió Ron Dennis.

Esa peaso fistro de guagua


El australiano salió mal, como en Corea más o menos, o como en otras tantas ocasiones. Tuvo destellos en las primeras vueltas peleando con Fernando, pero a partir de que el asturiano le ganara la mano definitivamente, lo de Mark fue ir diluyéndose como si en vez de llevar un Red Bull de los finos llevara una guagua.

Hay quien ha querido ver en todo esto un cambio de estrategia, una llamadita del muro, vamos, una salida B porque parar al Nano resultaba inviable. Mark, tío, empieza a hacerte el longis por el asfalto a ver si pescamos algo, o algo así pero en british language y ruidito de radio de fondo, y el aussie que no es Kimi sino más educado, en vez de decirle a su ingeniero que le dejara en paz, se tomó con todo el celo del mundo la sugerencia.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Vales lo que tu última carrera


No deja de resultar absurdo que a estas alturas de la película haya quien siga negando la posibilidad de que a un piloto se le critique, en base a un argumento tan pobre como que no tiene que demostrar que sigue manteniendo un nivel alcanzado en determinado momento de su carrera.

Si así fuera, a Michael Schumacher, por ejemplo, no se le podría reprochar absolutamente nada de lo que ha hecho tras su retorno. Es uno de los más grandes, los abundantes números que atesora su vida profesional son apabullantes, y por tanto, siguiendo el discurso que están enarbolando algunos para neutralizar el hecho de que Vettel no nos satisface a otros, no cabría poner un miserable pero en el historial reciente del de Kerpen.