lunes, 27 de agosto de 2018

El relato


Vivimos tiempos en los que la mediocridad campa a sus anchas y en los que da la sensación de que sólo Arturo Pérez-Reverte puede salvarnos. 

En este sentido, no resulta raro, no, que los pececillos aspirantes a dominar el estanque de pirañas, en vez de crear líneas de pensamiento propias con las que convencer al respetable, hayan adoptado sin pestañear las de aquellos que afirman que vieron correr en burra al abuelo de Noé. Y esto en el mejor de los casos, porque en el peor, se han limitado a comprar una momia en el chino de la esquina, que exhiben orgullosos a las puertas de sus respectivas cuentas de Twitter. Y prou!, que dicen los catalanes.

La sangre, su limpieza y lo malos que son los demás. La misma rutina infantil desde 2007, ¿se puede creer? Exactamente el mismo coñazo, sin cambiar una miserable coma. Idéntico mantra desde hace once años... ¡Tela marinera!

En fin, dice Joserra que en el caso de Alain Prost sus fans hemos perdido el relato y como no podía ser de otra forma, estoy totalmente de acuerdo con él, aunque matizaría (fundamentalmente porque soy vasco y debo velar por nuestras tradiciones), que el relato con el bueno del francés se perdió desde el instante mismo en que decidió pasar olímpicamente de McLaren para irse a Renault.

Los ingleses fardan de fino humor pero en realidad, con lo de fino están admitiendo que es muy frágil y delicadito, vamos, que a ellos les gusta hacer bromas pero no que se las hagan. Prost, gabacho él, tuvo la osadía de demostrar que era rematadamente bueno lejos de la ortodoxia británica y los periodistas isleños no se lo perdonaron ni cuando, temporadas después, ayudó a fundar la religión mclarenista de Ron Dennis.

Como decía el otro día, la cosa tuvo su gracia a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. Ni Niki ni Alain gozaban del placem de los exquisitos paladares de los juntaletras de entonces, pero si había que quedarse con alguien, mejor hacerlo con el austriaco pesetero que había vuelto a la Fórmula 1 porque se había quedado canino jugando a ser magnate de aerolínea. Sí, amigas y amigos, a Lauda también le zurraron de lo lindo, pero, indudablemente, mucho menos que al francés porque éste hacía temporadas que había perdido el relato...

¿Y qué es el relato? Pues eso que nos repiten desde la tele. Un discurso de rápida digestión, según el cual, si tu vecino de arriba gana 10.000 euros al mes y tú justito alcanzas los 1.000, no tienes derecho a quejarte porque las cifras oficiales y estadísticas avalan que os toca a 5.500 por cabeza, algo que, se mire como se mire, te convierte inmediatamente en un envidioso y un quejica de mierda que está dando por el saco todo el día. Así que si no eres capaz de controlar tu vida, ¡qué coño vas a controlar el relato!

¿Era mejor Senna que Prost? ¡Qué más da a estas alturas de la película! El paulista dominó el storytelling desde el minuto uno. Pero mira tú por dónde, tanto él como Alain se han convertido con el transcurso de las temporadas en dos meras referencias (inexcusables, of course!) del correspondiente a Sebastian Vettel y Lewis Hamilton. ¿Quién ganará esta nueva guerra? Lo harán los plumillas británicos y sus mamporreros de aquí, independientemente de los actuales protagonistas y sus vicisitudes y sordideces en pista. Tienen el mango por la sartén, ¡jolines! Que os quejáis de todo, ¡mecachis!

Os leo.

3 comentarios:

Josemi dijo...

Efectivamente, es un resumen genial: Senna ha ganado el relato.

En su epoca se consideraba a Prost y Senna como muy similares en valoracion. Y no solo ellos, gente como Lauda y Piquet (que lucharon sobre todo con Prost) o Mansell se consideraban de un nivel parecido.

Pocas veces se dice que hizo como los pilotos modernos, y vetó a Derek Worrick como compañero eligiendo a un amigo suyo y luego al mas que asequible Nakajima. Tampoco se dice que tenia cierta fama de broquista.

Aunque en honor a la verdad, se enfrentaba a notorios fulandristas como Schumacher o el propio Prost, y sufrio el veto de Prost. Senna era indudablemente mejor que Prost en circuitos ratoneros y con lluvia. Senna en vida gozo de muy poco cariño por parte de los esbirros de la FIA del frances Balestre, aunque como ahora mandan los sucesores de los enemigos de Balestre, le han canonizado despues de muerto.

enrique dijo...

Sé que va a sonar impopular, pero el brasileño ganó el relato con su muerte retransmitida casi en directo.

Josemi dijo...

Enrique, me temo que no fue casi, fue en directo, aqui en España en aquel momento emitida por Telecirco y comentada por los expertos en boxeo. Por supuesto no llego la morbosidad a meter la camara para ver al pobre agonizante, pero vimos de igual modo que los espectadores presentes el procedimiento medico, el aterrizaje del helicoptero y como se lo llevaban. Por lo que tengo entendido, entonces ya había fallecido, aunque lo certificaron cuando llego al hospital.

Donde no se vio nada, donde en el fondo se nos hurto la informacion, quizas por que la organizacion tenia mucho que ocultar, fue en el fallecimiento de Bianchi(aunque estuvo en coma unos meses mas). Tuvieron buen cuidado de no poner nada, solo nos pudimos enterar por la narracion verbal de los comentaristas.