domingo, 5 de agosto de 2018

Operación Triunfo


Francamente: hay que quererlos...

Sí, hay que querer a toda esta gente que niega que nuestros héroes modernos sean de plastilina, o estén hechos de piezas de Lego cuidadosamente escogidas, porque supuestamente antes todo era igual que ahora. Tan igual que hace unas décadas tenías una etapa de dominio técnico cada cierto tiempo, prudencialmente espaciado, y hoy no sabemos cómo quitárnoslas de encima porque apestan y amenazan con acabar estropeando el negocio... ¡Vamos, no jodas!

Lo que sí que ha cambiado entre al ayer y el hoy es cómo babea la nueva afición ante los modernos triunfitos de OT. En mi época se admiraba a los secundarios, a los tipos bravos, a los que mostraban cojones, a los Juancho Montoya de aquel tiempo, y casi sin pestañear adoptábamos figuras como la de Carlos Reutemann, quien le hizo una peineta a Frank Williams con tal de no solucionarle los deberes a Alan Jones en pista.

Quien menciona al Gaucho habla de Gilles y su mirada a Didier cargada de ganas de revancha en Zolder, minutos antes de que el candiense terminara perdiendo la vida, precisamente buscando derrotar al francés. O de Hunt, que se nos llena la boca con James pero el británico se las traía con abalorios cuando tenía que entrar al trapo. O de Mansell, quien sin haber ganado su único título nos llevaba de calle por su bigotón y porque caía exhausto empujando su coche con tal de llevarlo a la meta...

Hoy la cosa sí ha cambiado aunque los iluminados digan que no. Se escupe a los tipos que sí se parecen a aquellos que levantaron todo esto, y a cambio, se adora a los clones de Senna o de Schumacher porque ¡qué bien cantan! Y Marko, que será un cabrón pero se las sabe todas, nos tiene atontados con Max Verstappen porque es lo que quiere el neófito que tiene un amigo que le dice que esto es como antes.

Y me cuenta Miguel que hasta que el holandés esté consolidado se acabó la historia para otros conductores en Red Bull, y yo le doy la razón porque así son las cosas actualmente. Ahora bien, ¿cuántos buenos pilotos nos va a costar que Max espabile y demuestre eso que se supone que lleva como paquete de serie?

Os leo.

2 comentarios:

Bertor dijo...

Yo recuerdo una escudería en la que se protegía a muerte a un novato con mucha proyección. Tanto fue, que su compañero, un experimentado piloto bicampeón del mundo, tiró la toalla y se marchó a buscar fortuna en otros equipos. El protegido ganó cuatro títulos desde entonces, y el defenestrado es un GRANDE, pero sin más títulos, que hay que darlos de 4 en 4 y estar en el equipo al que le toca.

Anónimo dijo...

Operación T R U Ñ O, Salvar al soldado Max, etc etc, todo muy edificante, y no pasaría nada si por el camino no se hubiesen ido por el sumidero gente como Danil Kyvatt, Carlos Sainz, Daniel Ricciardo, para mi fantásticos pilotos que no sé si valen la apuesta por Max.

Por si acaso para quién lea, el modo Max también me gusta, cuando no arrolla a la gente y les echa la culpa.

Ah, y otra cosa, creo que en muchos casos lo que falta es haber competido y saber a qué estás dispuesto a llegar con tal de rebasar al que tienes delante y va más rápido que tú, es solo eso, puro instinto.

A pasar buen día!!