jueves, 2 de agosto de 2018

Las cosas del querer


Ahora resulta que los comisarios, aunque no deberían, podrían verse influenciados en sus decisiones por las apreciaciones que tienen sobre determinados pilotos, vamos, que podrían verse influenciados por lo que piensan sobre ellos a pesar de que tienen obligación de ser imparciales...

No lo digo yo (de nuevo), lo dice Charlie Whiting [Vettel hätte Bottas mehr Platz lassen können], quien también advierte que tal vez Sebastian no dejó demasiado espacio a Bottas en Hungaroring...

Lo más hermoso de sentarse a la puerta observando el transcurrir de la vida, es que con un poco de paciencia acabas viendo el cadáver de tu enemigo pasar, que dice el refrán. Por fortuna para vosotros y para mí, tengo estos deberes hechos. Creo que el 50 o 60% de la actividad de este blog ha consistido en darle leña a la prensa británica (y alemana), fundamentalmente por su afán desmedido por hacer que lo blanco parezca negro, o viceversa.

A tenor de lo expresado por el cantamañanas de Whiting, resulta muy sencillo colegir que estos estados de opinión que crean los medios de comunicación acaban modelando el pensar y sentir de quienes al final imponen las sanciones o reparten cariñosos tirones de orejas en cada Gran Premio, porque los comisarios, como el grueso de nosotros: consume prensa, sobre todo esa prensa que afirman algunos que es la más objetiva del mundo en cuanto a motorsport se refiere.

Entiendo que cuando lo que dice el diccionario de la RAE nos importa un bledo, se use con demasiada alegría el término «objetivo» para sustantivar que Brundle, por ejemplo, tiene casi la verdad absoluta, porque llamarle «objetivo» a él supone tildar de «subjetivos» a los demás, con el agravante de que negamos de paso que el bueno de Martin esté sujeto a determinada línea editorial como integrante de un medio de difusión.

Quien dice Brundle dice cualquiera de los gurúes actuales, como Mark Hughes, de quien hace muy poquito se rescataba la bonita novela que escribió sobre lo que supuestamente sucedió en Ferrari durante 2014 [Mattiacci and Alonso – the real story]...

Un no parar, vamos, porque en cuanto te descuidas te pasa a ti también como a los comisarios y a Charlie, y Alonso es el malo de la película, de cualquier película, un suponer, y los chicos buenos, Hamilton, Verstappen, Vettel, pueso eso: son los chicos buenos de la película, de cualquier película, y por eso mismo disfrutan de un trato diferente aunque el reglamento sea igual para todos.

Os leo.

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