lunes, 6 de agosto de 2018

Ojjeh y los ocasos


A ciertas edades, esto de las prisas por renunciar o por buscar sustitutos me suena a que los mercados se ponen nerviosos a la mínima y es mejor dejar todo atado y bien atado antes de que afloren las malas noticias.

No puedo evitarlo. Acabamos de perder a Sergio Marchionne y también a toda prisa se buscó resolver la situación de FCA y Ferrari, y acabamos de conocer que Mansour Ojjeh renunció el pasado 26 de julio a la mayor parte de sus responsabilidades [McLaren chief unexpectedly resigns as F1 team continues to struggle on the track] y, qué queréis que os diga: se me ha quedado mal cuerpo...

Como en el caso del italiano, tampoco puedo decir que sienta nada especialmente bueno por el árabe que ha compartido con Ron Dennis una de las etapas más hermosas y florecientes de nuestro deporte, que a partir de la salida de su ex socio de toda la vida ha tenido que bregar casi en solitario con una de las peores McLaren que hemos conocido. Suyo es el presente porque él lo cimentó, pero estas prisas...

El sol se hunde en el mar a velocidad de vértigo durante su ocaso. Es cuestión de física y de referencias visuales, que nuestro planeta gira prácticamente a la misma velocidad durante toda la jornada, pero el astro rey parece que acelera y muestra prisa por desaparecer a esas horas, precisamente a esas horas.

Me sucedió con Jules Bianchi. Aún siendo mío el francés ya no me pertenecía, era de otros, de los que habían ido llegando sin llamar a la puerta y lo saludaron al partir. Y con Sergio y Mansour me ocurre igual pero en sentido contrario: un poco de mí desaparece o está a punto de hacerlo. Las referencias, ese maldito universo de prisas sin aparente sentido que me recuerdan a Hemingway cuando tomaba pie en John Donne y postulaba que nunca debes preguntar por quién repican las campanas porque siempre tañen por ti.

«Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti.»

Sea lo que sea: Mansour, te deseo toda la suerte del mundo.

Os leo.

2 comentarios:

Bastian dijo...

pues, no espero mucho de Mclaren, pero por dios, esto (sin ser dramatico) duele, esto es un barco hundiendose...

Cao Wen Toh dijo...

La F1 se americaniza con Liberty y en McLaren están apostando por el mismo camino (Zak y Gil). La Indy le ha hecho una OPA hostil a la F1; adaptarse o morir.