miércoles, 20 de junio de 2018

¡Mamá, ya soy friki!


Ya siento amargaros la tarde, pero el empeño por gritar ¡Ya soy friki, mamá! neutralizando o aniquilando las sensaciones de los que por suerte o desgracia llegaron antes, es más viejo que Carracuca y, lamentablemente, tiene demasiado que ver con el freudiano Complejo de Edipo

Matar al padre, metafóricamente hablando, fulminar al rival natural y eso. Con esto tiene que ver, ni más ni menos. Y ojito, que como vengo diciendo, todos hemos pecado de esta fantasía y todos la sufrimos a favor o en contra según sea nuestra edad, obviamente. Eso sí, unos dicen saber que la prensa española ha rendido tributo a Fernando Alonso a todas horas y en todos los tiempos habidos y por haber, y otros recordamos cómo J. J. Santos nos jodía la celebración del segundo del asturiano en Interlagos, cortando la retransmisión en lo más jugoso porque a esa hora se disputaba el Real Madrid contra el Barça.

Si soy honesto, os confesaré que ya me habría gustado vivir en ese mundo que dibujan los que saben qué sucedía antes de que alcanzaran la mayoría de edad y aún después.

En serio, me habría ahorrado muchos disgustos, la verdad. Iniciar este blog, por ejemplo. Sí, sin duda no existiría Nürbu si las cosas fuesen como dicen que fueron los que quieren acabar con papá. Pero mi experiencia me dice que no fue así —que supongo que también valdrá de algo esta perspectiva, como la de otros muchos que son de mi mismo parecer—. Es más, esa apreciación de la realidad que me tocó vivir, me confirma ahora que por mucho que nos empeñemos durante aquella etapa no se criminalizaba al enemigo y se santificaba a Alonso.

«Lewis Hamilton va en serio. El piloto británico logró en el Gran Premio de Estados Unidos su segunda victoria consecutiva en el Mundial de Fórmula 1 tras un emocionante duelo con su compañero en el equipo McLaren-Mercedes, Fernando Alonso. Sólo una semana después de estrenar en Canadá su casillero de victorias, Hamilton dio otro recital en un circuito, el mítico trazado de Indianápolis, que tampoco conocía.» ¿Se menciona la extra lap, la pésima estrategia para el de Oviedo o el cerrojado criminal que metió el inglés al español al final de recta de tribunas? No, es evidente que no, pero aunque os sorprenda, este párrafo fue publicado por el Marca en 2007 [Hamilton le gana la partida a Alonso en Indianápolis].

Tengo muchos más párrafos, artículos y referencias que confirman que los del ¡mamá, ya soy friki! no aciertan en su evaluación de aquellos tiempos. Escribir un libro requiere mucha documentación y, en fin, os podéis imaginar...

«Creo que Ferrari se estancó y permitió que Renault le alcanzara. Y no estamos viendo al verdadero Alonso. Creo que no tiene el coche que esperaba, pero también pienso que le falta la frescura que tenía en Renault y que le permitía ser mucho más agresivo. Allí no le importaba fallar, porque sabía que estaba de paso. En Ferrari no quiere fallar, porque sabe que en algún momento tendrá el coche para ganar y que cualquier punto que pierda por exceso de riesgo puede pasarle después factura.» ¿Veis condescendencia hacia el asturiano por alguna parte; quizás miedo a hacer critíca. Paños tibios...? Pues aunque os vuelva a sorprender, es El País, y nada menos que en 2010 [Entrevista con Manel Serras después del GP de Turquía].

Ya os digo que podría seguir, pero casi mejor que lo dejamos aunque tengo en la mano líneas menos amables. La prensa nacional trataba entonces a Fernando con inferior alegría de la que proponen los del ¡Ya soy friki, mamá! Y si fallan en ésta, que era relativamente fácil, de suyo se puede colegir que en la actualidad tienen una empanada de mil pares de narices...

Es lo que trae consigo manejar los imposibles lógicos sin estar lo suficientemente ducho: que en el momento en que menos lo imaginas van y te estallan en las manos. Yo lo viví, y lo narré, y aunque mi experiencia no sirva de gran cosa para toda esta gente que prefiere que les susurre las verdades al oído el Abuelo Cebolleta, ése que tira de Wikipedia o de primeras páginas de búsqueda en Google que ni John Wayne con su Winchester, que me quiten a mí lo bailao, que decía aquél.

Ha habido cosas buenas estos años, tampoco os creáis, una de ellas consistió en descubrir a un chiquillo que sustituía a Robert Kubica en Canadá 2007, y antes de que se coronara Campeón del Mundo en 2010, cuando ni siquiera se preveía que fuese a hacerlo, poder haberle dedicado estas letras: «¡Vettel, Vettel, Vettel!, el nuevo eslogan para este próximo invierno. ¿Y luego qué? ¿Cuando el éxito se haya acabado, qué? ¿Qué será de Sebastian cuando inevitablemente pierda brillo o sufra los rigores de una mala temporada?» [¡Vettel, Vettel, Vettel!].

¿Comprendéis ahora por qué ¡Mamá, ya soy friki! sería lo último que querría escuchar mi madre de su hijo el Influencer Auchan?

Ea, os leo.

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