miércoles, 27 de junio de 2018

Charlie TT


Me fascina que Charlie Whiting sea tendencia estos días, aunque si os soy sincero, me habría gustado mucho más que lo hubiese sido cuando hacía realmente falta.

No, desgraciadamente no me refiero sólo a Fernando Alonso. Whiting ya era Whiting antes de que llegase el asturiano a la Fórmula 1, y hacía y deshacía a su antojo igual que hoy. Es verdad que tuvimos conciencia de él cuando comenzó a afectarnos —discúlpenme los finos por esta utilización de la primera persona del plural—, pero ya estaba ahí y únicamente hace falta rascar la fina piel de las cosas controvertidas de nuestro deporte para encontrarle, fiel a su cita con el espectáculo, leal con su amo, firme a la hora de convertir los sueños de Bernie en realidad.

La última víctima ni siquiera era asturiana. Se apellidaba Rosberg, y menudo añito le dio Charlie al alemán hasta que éste consiguió romper el guión y coronarse como Campeón del Mundo 2016.

En fin, comenzaba esta entrada saludándome porque por fin los profesionales de la información y los creadores de contenidos le han perdido el miedo y empiezan a señalarle en sus artículos, con nombre y apellidos, por ver si así se le cae la cara de vergüenza, que me temo que no va a ser porque la tiene de hormigón armado.

Whiting ha escrito las peores páginas de nuestro deporte y como advertí en su día: es el tipo que más títulos tiene en sus estanterías. Todo un hito. Pero a pesar de que todos esperábamos que a estas alturas de la película ya se hubiese jubilado, el de Kent continúa perpetuándose, no sé si porque la situación le viene bien a Jean Todt o a Liberty Media, que a lo peor da lo mismo, o les viene bien a la FIA y a la patrona del deporte al alimón... Sinceramente: ¡¿yo qué sé?!

Sea como fuere, no vamos a levantar cabeza mientras él siga al frente de los múltiples cotarros donde tiene mando en plaza, porque en el fondo es como muchos capataces de obra de muchas constructoras, quienes por mucho que los planos o las indicaciones del arquitecto o el ingeniero digan tal o cual cosa, él hace según conviene, y si un material es más barato, pues se pone, y si se puede ahorrar aquí, pues se ahorra, y si al final la casa o el puente o el túnel se vienen abajo o precisan de parches inmediatos, pues arreando, que es gerundio.

La normativa 2017 es una auténtico fracaso, y buena parte de la responsabilidad la tiene este tío. Y luego, claro, hay que salvar el espectáculo como sea y si a Vettel se le puede dar sólo un tironcito de orejas por joderle la carrera a Bottas, pues se le da, que no pasa nada, porque a él todo se la sopla. Total, se va a jubilar pronto. O eso dicen.

Os leo.

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