lunes, 25 de junio de 2018

Ajo y agua


Por mucho empeño que se ponga en el asunto, ya no hay Fórmula 1 como la de antes porque antes el piloto era importante y ahora los importantes son el ingeniero, el muro, la economía de medios, el túnel de viento, las constantes instrucciones por radio y la madre del cordero...

Tampoco hay películas como las de antes ni dictadores como los de antes, que ahí tenemos a Bernie, tan preocupado él por nosotros, tan paternalista, que por no arruinarnos la vida impedía que los conductores participasen en otras disciplinas del motorsport. Muertas las comparaciones se acabó la rabia, y así...

Entiendo lo que le pasa a la gente que se ha abierto a ámbitos diferentes al nuestro gracias al Nano. La IndyCar, el WEC y ¡zas!, de golpe y porrazo nos enfrentamos a lo que tenemos y sin haberlo calentado previamente un poco, ni siquiera en el horno microondas. Es duro, lo reconozco. Se hace muy cuesta arriba aceptar que esto es la máxima disciplina del automovilismo deportivo.

También es verdad que entiendo menos a todos aquellos que sabiendo (supuestamente) qué se cocía ahí fuera, han callado como putas todo este tiempo porque la prensa británica, mayormente, decía que el proveedor único de neumáticos era bueno, que el DRS era bueno, que la era híbrida era buena, que las limitaciones por temas económicos eran buenas. En definitiva, que todo lo que traía la Bruja de Blancanieves debajo del sobaco era bueno porque... bueno, la Fórmula 1 siempre ha sido así.

Nuestro deporte no ha sido así siempre, y siento ponerme pesado con esto. 

Hace no tanto los equipos podían entrenar por libre y encontraban espacios amplios en el reglamento por donde podían hacer discurrir su creatividad. Newey, un ejemplo, jamás habría sido el que es si en 1990 el reglamento hubiera sido como los que tenemos ahora. El Leyton House CG901 jamás habría existido, no seamos cazurros, y sin él, la aerodinámica moderna tampoco tendría cabida en la competicion. Las Michelin de finales de los setenta del siglo pasado, otro ejemplo, tampoco habrían impuesto su criterio en F1 si Good Year hubiese ejercido de suministrador único de compuestos entonces...

Hay ejemplos a patadas: el turbo, el efecto suelo, las suspensiones inteligentes... todo eso ha surgido de un escenario donde había una libertad que hoy no existe. Y ya que estamos, me apetece escribir que resulta muy patético insistir en el mantra de que esto siempre ha sido así cuando a Villeneuve y Arnoux, otro ejemplo más, Whiting los habría curtido a drive-throughs por luchar en pista como se podía hacer antes y no se puede hacer ahora.

Hemos perdido mucho con el transcurso de los años, pero fundamentalmente en la gestión de los recursos. Aunque parezca increíble, la IndyCar y el WEC se han enfrentado a similares problemas que la Fórmula 1, y han encontrado soluciones más viables que las nuestras sencillamente porque no había por ahí una figura como Bernie Ecclestone con un concepto trasnochado del negocio, ni por supuesto, una prensa especialista tan dada ella a tragar con ruedas de molino con tal de seguir en el púlpito...

Por mi parte he hecho todo lo que tenía que hacer y he criticado todo lo criticable, pero mira, no paso de conspiranoico. Me siento bien conmigo mismo, así que a los que habéis entendido de qué va este texto os diré que nadie regala nada y que si no se protesta jamás nos harán puto caso. A los otros, a los cobardes que siguen preguntándose de qué nos quejamos los demás, quiero decirles cariñosamente: ¡ajo y agua!, de ¡a joderse y aguantarse!, claro.

Os leo.

1 comentario:

anonimo dijo...

No creo que "todo tiempo pasado fue mejor" ("haya sido" mejor). Te pillaba un caucho dominante y los usuarios "del otro" no tenían oportunidad. Te fallaba una lucha en pista y penalizaba un tercero que no había hecho ningún mérito en abandonar. Hasta los setentas y posiblemente ochentas la muerte de un piloto era algo normal, lamentablemente.
Eso sí: Convivían en pista motores aspirados con turbos, en línea con bóxers o uves, coches que si los pintabas del mismo color a todos (¡Vaya herejía!) igualmente podías reconocerlos. Y si llegas a incluir los experimentos no exitosos (esos que no llegaron a participar en carrera) tienes algún Ferrari con ruedas duales atrás, algún 6x4, y otras preciosuras por el estilo. El reglamento se ajustaba si alguien se dispersaba: Crecían los turbos y aparecían limitaciones al consumo, o a la sobrepresión, o a la cilindrada. Y todo el mundo contento para los años siguientes.
La F1 le debe mucho a los "talleristas" que tanto denostaba don Enzo. Esos constructores que "Ellos no fabrican nada: Compran motor y transmisión, sueldan algo de aluminio, y tienen un coche". A ellos y al Ford Cosworth DFV...
Pero la tecnología avanza hacia adelante. En cuanto aumentan los ingresos (hay mas TVs en los hogares, los sponsors tienen mayor visibilidad, hay mayor cantidad de GPs en una temporada) siempre hay sitio donde aplicarlos: Nacen los de fibra de carbono, luego cocidos en autoclave. En pocos años los motores duplican su potencia, aparecen las suspensiones electrónicas, los controles de frenado y estabilidad. Y ya nada es como solía ser.
El desafío está: La F1 debe encontrar un modo de abrir algo más el reglamento técnico, pero sin que crezcan desmesuradamente los presupuestos, ni empeorar (aún más) el espectáculo. Además debe seguir siendo el pináculo del deporte motor.