Poco a poco voy cumpliendo todos los objetivos marcados, aunque sea de aquella manera, y no quiero terminar esta aventura dejándome en el tintero a ese icono de las 24 Horas de Le Mans, que fue proyectado hasta el infinito y más allá en el momento en que un personaje de ficción tomó su volante entre las manos.
Más allá de Michael Delaney y la película Le Mans, y del mucho daño que han hecho a algunas mentes calenturientas que dicen haber estado allí, también, ¡cómo no!, en la etapa más mitificada de la Resistencia, todo aquello nos ha dejado como regalo una leyenda basada en un coche que era un perfecto grandísimo hijo de puta de conducir en pista.
Heredero del 908, el protagonista de esta entrada, el 917, era sumamente liviano, bajo y ancho, y llevaba todos los caballos de las Valkirias detrás. Distancia entre ejes muy corta. Por necesidades de espacio los pies del piloto iban en la horizontal del delantero, como ocurriría prácticamente una década después en Fórmula 1. Tremendo en el más amplio sentido de la palabra, era poderoso en curva, pero también muy nervioso; y en recta, debido a todo esto que venimos diciendo: era un cabrón de siete suelas que necesitaba ser manejado desde el habitáculo por manos hábiles, brazos duros y corazones helados.
No apto para melifluos, los pilotos querían conducirlo pero a la vez lo temían. Ésa era su aureola, por eso mismo elige Steve McQueen un 917 K para protagonizar su película: Delaney no sería el magnético y extraño Delaney de la cinta si hubiera conducido otro vehículo.
La imagen anterior nos muestra la silueta de un 917 LH superpuesta a la de un Mini Morris. Bueno, todos hemos visto alguna vez un Mini de los de antes, incluso habrá por aquí algún suertudo que haya tenido oportunidad de ver un 917, en todo caso, ahora que conocemos sus proporciones haceros cuenta de lo que suponía meterse ahí y rodar a toda pastilla sobre el trazado de La Sarthe durante una jornada completa.
Os leo.
1 comentario:
Le considero la auto de carrera más hermoso jamás construido.. Este 917. Too cambio para sacarlo a el de las pistas porque lo ganaba todo..
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