sábado, 2 de junio de 2018

McLaren y «Casino Straight»


Mónaco nos ha dejado una McLaren quejumbrosa —por cierto, ¿ya han botado a Hartley de Toro Rosso?

El Nano se ponía morrón después de su abandono por rotura de caja de cambios, seguramente pensando en el glamur monegasco y en lo que se habría divertido partiendo la pana con compañeros y rivales sobre la pista de Indianapolis Motor Speedway. Por su lado, Stoffel se lamentaba de que no le hubieran dado una buena estrategia. Y por último, Boullier se quejaba de que su equipo no hubiera podido completar adecuadamente el jueves de entrenamientos y, de paso, de no haber sacado más chicha durante el fin de semana en El Principado.

Bien mirado, tanta desazón y tanto vaso medio vacío tiene un bonito denominador común: el jefe de filas de la escuadra de Woking y sus pilotos aspiraban a algo distinto.

Obviamente no pudo ser. Ahora bien, la rotura de la caja de cambios en el vehículo número 14 y los reproches del conductor del monoplaza número 2 apuntan a que la entrega de potencia del propulsor francés y el chasis, y la aerodinámica, del MCL33 estaban en mejor sintonía de lo que lució y ha trascendido, lo que nos pone en que si Renault cumple y lleva a Montreal todo lo prometido, a lo mejor nos llevamos una bonita sorpresa porque empiezan a encajar todas las piezas que tenemos ahora mismo desperdigadas sobre la mesa —en serio, ¿Hartley sigue en Faenza?

Este mediodía me ha llamado Tadeo y entre diversos temas de conversación han aflorado el espinoso asunto de que Red Bull podría estar haciendo de tapón en las evoluciones de Viry-Châtillon, y el no menos inquietante de que el fabricante galo tiene una bonita bola de partido que salvar en el Gilles Villeneuve, siempre, claro, que McLaren salve la correspondiente. Vamos, que a todas luces supondría un soberano cantazo si la papaya mecánica no fuese capaz de resolver adecuadamente las exigencias del tercer sector del trazado que acoge el Gran Premio de Canadá.

Desde luego parece muy pronto como para tirarse a la piscina sin saber si contiene agua o no, en eso hemos coincidido plenamente; aunque yo, personalmente, preferiría asomarme al trampolín cuando se aclare si Hartley sigue o no en Toro Rosso. 

Ya sé que no tiene demasiado que ver, pero como a lo peor resulta que los negros nubarrones que se ciernen sobre Woking ahora mismo son de la misma calidad e intensidad que los que sobrevuelan el futuro cercano del piloto neozelándés, pues me he dicho que total, por esperar un tiempo prudencial tampoco ocurre nada. A fin y a cuentas, Casino Straight va a estar dentro de seis días en el mismo sitio que hoy, y allí veremos, que decía aquél.

Os leo.

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