domingo, 3 de junio de 2018

Cita con los orígenes [24-06-2013]


Casi finalizando el mes de junio de 2013 escribía para Diariomotor un artículo que se titulaba «Silverstone, una cita con los orígenes de la Fórmula 1», en el que trataba de esbozar la importancia del trazado inglés para nuestro deporte, sin imaginar siquiera que durante el transcurso de aquella carrera Pirelli iba a ejecutar uno de los más asombrosos y cachondos golpes de mano de nuestra historia. Pasen y lean...


Después de un descanso de 3 semanas tras la celebración del Gran Premio de Canadá a comienzos de este mismo mes, la Fórmula 1 vuelve a ponerse en marcha para visitar esta misma semana la cuna del deporte tal y como lo conocemos actualmente, ya que un 13 de mayo de 1950, el Campeonato Mundial de Pilotos se estrenaba precisamente en el Gran Premio de Gran Bretaña, sobre el asfalto de Silverstone.

Aquella carrera la ganó Giuseppe «Nino» Farina, seguido por Luigi Fagioli y Reginald H. Parnell, todos ellos conduciendo los todopoderosos Alfa Romeo de la época, y aunque 63 años después el dominio de las pistas parece estar en manos de la escudería Red Bull y su primer piloto Sebastian Vettel, la cita de dentro de unos días está más abierta que nunca, ya que después del episodio de dominio absoluto protagonizado por el equipo austriaco durante 2011, por segundo año consecutivo, la de Milton Keynes llega a territorio británico inquietada por sus rivales: Fernando Alonso (Ferrari) y Kimi Raikkonen (Lotus) principalmente, con Lewis Hamilton (Mercedes AMG) todavía con opciones.

Tradición por medio o no, lo cierto es que Silvertone mantiene intacta su magia, así como una atmósfera tan especial para los pilotos, que hace que la práctica totalidad de la parrilla confiese que disfruta corriendo en él, incluso a pesar de las últimas remodelaciones —en 2010 se incorporó el denominado Sector Arena, una zona rápida e interior que logra captar la filosofía veloz del trazado, a la que se accede a partir de Abbey y que a su vez enlaza a su término con Brooklands. En 2011, se trasladaba de lugar la recta de meta, situándola entre Club y Abbey.

Y no es para menos, pues si algo distingue a Silverstone es su velocidad. Situado sobre un aeródromo que fue utilizado durante la II Guerra Mundial y que quedó en desuso con la finalización del conflicto, el Royal Automobile Club (RAC), que andaba buscando dónde correr, arrendó a la RAF en 1948 sus terrenos y lo estrenó como trazado el 2 de octubre de 1948, configurando su diseño en base a un dibujo en el que todavía es posible distinguir las dos pistas de aterrizaje y despegue y la del camino al hangar (Hangar Straight).

Silverstone es exigente y ofrece un bonito equilibrio entre curvas de alta velocidad, enlazadas, rectas y algunos giros de velocidad media, un conjunto que pone a prueba la mecánica de los monoplazas y las manos de los pilotos que los conducen, siempre atentos a no cometer errores porque la ventaja de sus rivales se puede ampliar en un abrir y cerrar de ojos.

El pronóstico meteorológico prevé lluvia para el viernes y el sábado, lo que nos sitúa ante un escenario muy similar al disfrutado el año pasado, ámbito competitivo en el que volverán a primar las elecciones promediadas, puesto que hay muchas probabilidades de que la calificación se dispute sobre mojado, mientras que el domingo, sobre suelo seco, se van a tener que utilizar unos compuestos que apenas se habrán podido probar.

En este sentido, como comentábamos ayer mismo, Pirelli ha optado por endurecer su propuesta por gama, eligiendo para este año los medios como option (vitola blanca) mientras que vuelve a repetir con los duros como prime (vitola naranja), lo que sin duda minimizará la posibilidad de que la milanesa vuelva a sufrir problemas con sus gomas, pero a cambio, nos propone a los aficionados una carrera en apariencia más previsible y por tanto con menos espacio para que haya espectáculo.

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