Doña Matilde hoy ha cumplido 91 años, y como os he compartido aquí mismo tantas y tantas veces: ella es mi linaje guerrero, que para eso su nombre tiene origen germano «Math-Hild».
Matilde es hija de Antonio y María. Él, Isusi, el abogado aunque no tenía mimbres en derecho y ejercía de moldeador para Altos Hornos de Vizcaya; y ella, Mendiola, la niña navarra que vino a servir a Neguri, para la familia Muguruza, y terminó echándose a sus tres hijos a la espalda cuando Antonio la dejó viuda con mi madre sin haber cumplido los 10 meses de vida...
Los compañeros de mi abuelo, a su muerte, sostuvieron económicamente a mi abuela y sus tres chiquillos hasta que ella pudo valerse por sí misma y acabó encontrando luego a José Oyarbide, un hojalatero currante como pocos que se vestía de blanco inmaculado cada 25 de julio, el hombre más bueno que he conocido jamás, quien quiso a Marcos, Horacio y Matilde, como si fuesen sus propias hijas Carmen y Begoña, y a mí como si yo fuese un ser especial.
Checo, Pastor en su momento, Valtteri, Kimi, Rosberg, Stoffel, sobe todo Iceman, me encandilan porque son fruto de la naturalidad con que afloran las cosas en esta soberana mierda que llamamos máxima disciplina del automovilismo deportivo. Pero me asombra más que te juzguen como alonsista sin haberse molestado en reparar cuántas horas has dedicado a intentar explicar la Fórmula 1 como técnica o economía, o política, o cuántos textos has enfocado a pilotos que ni han nacido en Oviedo, ni son españoles, ni componen el grueso de eso sobre lo que se supone que sólo habla Lobato...
Si el aficionado medio a la Fórmula 1 (actual) es tan imbécil como para creer esta liturgia precocinada y visita Nürbu sólo cuando escribo sobre el Nano, es que existe un grave problema, similar al que delata un mexicano en el momento que admite que de Fernando apenas se habla desde que abandonó La Scuderia. ¿Amamos todo esto o sólo leemos prensa inglesa y atendemos a los gurúes que nos susurran sólo lo que queremos oír?
Bonito dilema. Pero con vuestro permiso me quedo con Kimi y con el relato ad hoc que han confeccionado los manantiales de lo nuestro: el finlandés no llega a Vettel a pesar de que es evidente que se han puesto palos a los radios de sus ruedas. Pues bien. Aceptamos pulpo como animal de compañía y a dormir, que el descanso es sagrado. Pero ojo, yo no he olvidado...
Os leo.
Crecí entre algodones como Vettel con Marko o Hamilton con Dennis.
Mi hermana mayor, la siguiente a Juliantxu, la primera Matildita, falleció con ocho días, y entre ella y yo hubo cuatro abortos naturales. Se me esperaba, qué os voy a contar si corrían los años finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. Luego vino Matilde, mi pequeña Titi, pero a lo que vamos: me cuidaron como si no hubiera mañana. Y me pusieron por nombre José Antonio por mis dos abuelos maternos. Y me bautizó don Antonio Morales, quien a la postre abandonó los hábitos al poco de haberme dado las aguas porque se había enamorado y no quería ser un hipócrita; y supongo que ahí se jodió todo, sobre todo para mí...
Vengo de las colinas rojas abiertas en carne de los «Verdes valles, colinas rojas» de Ramiro Pinilla, a quién, por cierto, conocí porque era un tipo que quería a mi padre, y me tiran los amigos de mi abuelo Antonio cuando sostuvieron a mi abuela, y el buen José, y su generosidad para con la mujer que amaba y el fruto triple de su primer matrimonio. Me tira la gente sencilla, en definitiva, porque hace su trabajo y no sale en las primeras planas de los periódicos ni es visitada por los focos.
Mi hermana mayor, la siguiente a Juliantxu, la primera Matildita, falleció con ocho días, y entre ella y yo hubo cuatro abortos naturales. Se me esperaba, qué os voy a contar si corrían los años finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. Luego vino Matilde, mi pequeña Titi, pero a lo que vamos: me cuidaron como si no hubiera mañana. Y me pusieron por nombre José Antonio por mis dos abuelos maternos. Y me bautizó don Antonio Morales, quien a la postre abandonó los hábitos al poco de haberme dado las aguas porque se había enamorado y no quería ser un hipócrita; y supongo que ahí se jodió todo, sobre todo para mí...
Vengo de las colinas rojas abiertas en carne de los «Verdes valles, colinas rojas» de Ramiro Pinilla, a quién, por cierto, conocí porque era un tipo que quería a mi padre, y me tiran los amigos de mi abuelo Antonio cuando sostuvieron a mi abuela, y el buen José, y su generosidad para con la mujer que amaba y el fruto triple de su primer matrimonio. Me tira la gente sencilla, en definitiva, porque hace su trabajo y no sale en las primeras planas de los periódicos ni es visitada por los focos.
Checo, Pastor en su momento, Valtteri, Kimi, Rosberg, Stoffel, sobe todo Iceman, me encandilan porque son fruto de la naturalidad con que afloran las cosas en esta soberana mierda que llamamos máxima disciplina del automovilismo deportivo. Pero me asombra más que te juzguen como alonsista sin haberse molestado en reparar cuántas horas has dedicado a intentar explicar la Fórmula 1 como técnica o economía, o política, o cuántos textos has enfocado a pilotos que ni han nacido en Oviedo, ni son españoles, ni componen el grueso de eso sobre lo que se supone que sólo habla Lobato...
Si el aficionado medio a la Fórmula 1 (actual) es tan imbécil como para creer esta liturgia precocinada y visita Nürbu sólo cuando escribo sobre el Nano, es que existe un grave problema, similar al que delata un mexicano en el momento que admite que de Fernando apenas se habla desde que abandonó La Scuderia. ¿Amamos todo esto o sólo leemos prensa inglesa y atendemos a los gurúes que nos susurran sólo lo que queremos oír?
Bonito dilema. Pero con vuestro permiso me quedo con Kimi y con el relato ad hoc que han confeccionado los manantiales de lo nuestro: el finlandés no llega a Vettel a pesar de que es evidente que se han puesto palos a los radios de sus ruedas. Pues bien. Aceptamos pulpo como animal de compañía y a dormir, que el descanso es sagrado. Pero ojo, yo no he olvidado...
Os leo.
3 comentarios:
Aquí de nuevo, pues me siento aludido por el penúltimo párrafo, aunque como intento desesperado para librarme de la etiqueta, escribo en este artículo para dejar constancia de que he visitado este artículo en Nürbu.
P.D. Yo también me quedo con Kimi.
Saludos.
David
Preciosa entrada [Aplausos]
Buenos días, David. Encantado, por cierto ;)
Lo siento, ésta no iba por ti. En Twitter se ha montado un buen lío por las palabras de Horner y a mí se me ha descartado como «fanaticona» de Alonso, claro, y por eso me ha apetecido escribir sobre mis raíces y lo que supone parir 4.326 entradas para que sólo cuenten las que dedico a Alonso.
En el lateral tienes el histórico de etiquetas, pica en la correspondiente a Raikkonen y comprobarás que yo también me quedo con «nuestro Querubín Rubio»
Lo dicho, encantado, David. Abrazote ;)
Jose
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