lunes, 30 de julio de 2018

Pease, el piloto que no era tan lento


El Eagle T1F con motor Coventry-Climax expuesto en la Donington Grand Prix Collection con la librea característica que llevaba Dan Gurney, es en realidad el monoplaza que compró y condujo en su momento uno de los tipos más peculiares que han pisado la Fórmula 1, convenientemente devuelto a su decoración original, claro está.

Siempre he querido dedicar una entrada a Victor Pease, más conocido como Al Pease, y manda narices que en prácticamente once años de Nürbu no haya encontrado hueco para hacerlo, pero como nunca es tarde para reparar este tipo de olvidos, bien está que juntos restañemos hoy esta vieja herida.

Pease era británico de origen, pero después de servir en la Segunda Guerra Mundial integrado en las fuerzas de Su Majestad, se trasladó a Toronto para desarrollar allí su faceta como ilustrador publicitario y diseñador gráfico, adoptando casi de inmediato la nacionalidad canadiense.

Amante de los coches y las carreras, en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado fue un habitual de cuanto evento le pillaba cerca y con suficiente tiempo libre, lo que le permitió ser abanderado en la apertura de las autoridades a que los vehículos de competición pudiesen llevar el nombre o los colores de los patrocinadores sobre las carrocerías, algo que, con el tiempo, le fue reconocido al hacerle miembro del Canadian Motorsport Hall of Fame cuando se retiró del mundillo en 1988, que ya se sabe que el dinero de los patrocinios es más importante en el automovilismo que la propia gasolina.

En fin, en algún momento de su carrera como piloto amateur —nunca dejó de serlo, incluso como participante de la North American Formula 5000—, decidió probar fortuna en Fórmula 1 mientras continuaba corriendo en otras categorías, y después de haber hecho pinitos conduciendo un Lotus Europa en las 12 Horas de Sebring de 1964 y 65, soportado económicamente por Castrol Canada, y Al adquirió un viejo Eagle T1F de 1966, con motor Coventry-Climax de 265 cv., y se inscribió con él en el Gran Premio de Canadá de 1967... Allí es donde comenzaba su leyenda negra.

El coche fallaba en la salida en Mosport Park. Llovía y el agua había inutilizado su parte eléctrica, pero nuestro protagonista no se amilanó.

Después de mirar qué demonios había sucedido y mientras el resto de rivales lo superaban vuelta a vuelta, Pease retornó corriendo a garajes, tomó una nueva batería y con ella salió a reanimar su Eagle. Lo arrancó definitivamente, pero cuando el resto de la parrilla ya está viendo la bandera a cuadros él todavía continuaba en pista cubriendo el giro 47, a 43 vueltas de la cabeza. En 1968 volvió a intentarlo de nuevo, esta vez en el circuito de St. Jovite, aunque su monoplaza se negó a arrancar por problemas en el cigüeñal. Obviamente, Al se vio obligado a abandonar.

Pero en el Gran Premio de Canadá de 1969, nuestro particular don Erre que Erre lo intentó una vez más, con tan mala fortuna que su Eagle ya está totalmente obsoleto y parecía una tortuga sobre el asfalto de Mosport, circunstancia que ocasionará que no queriendo dejarse adelantar por Jackie Stewart acabase viendo la bandera negra y fuese descalificado por lento (Too Slow), y como tal quedase registrado en los anales de la Historia de la Fórmula 1.

Al Pease falleció en mayo de 2014, y espero que ahora entendáis por qué quería dedicarle una entrada en Nürbu.

Os leo.

1 comentario:

Elín Fernández dijo...

Aquí siempre se aprende. Increíble historia. Gracias José por contarla.