jueves, 26 de julio de 2018

Montmeló en la picota


Dicen que a perro flaco todo son pulgas y quizás sea eso lo que está sucediendo. Hablábamos de Montmeló a primeros de mayo, concretamente sobre las dudas que había al respecto de la continuidad del Gran Premio de España [El Circuit], y volvemos a traerlo a Nürbu a finales de julio porque este fin de semana se dirime en Hungría su futuro como sede de los entrenamientos de pretemporada, que dicen los entendidos que prácticamente esta hecho que sea Sakhir (Bahrein).

En realidad el tema no es nuevo e imagino que ya estaba sobre la mesa de don Vicenç Aguilera cuando habló con La Vanguardia [La falta de interlocutor en la Generalitat amenaza la continuidad de la fórmula 1], de forma que tampoco exageremos con el supuesto daño irreparable que puede originar en las arcas del trazado barcelonés, si al final, los coches de 2019 comienzan a rodar en el emirato en vez de en España.

Sea como fuere, lo preocupante para mí es que Pirelli vuelva a tirar balones fueras con tal de escurrir el bulto, esta vez complicándole la vida a Montmeló, cuando ya hemos tenido entrenamientos en Bahrein con la italiana como suministradora única de compuestos para nuestro deporte, y francamente, tampoco sirvieron para mejorar el espectáculo ni para los equipos entendieran mejor los neumáticos.

Sucedió en 2014 (la anterior vez, 2009, fue con Bridgestone), y aquel año Sakhir albergó la segunda tanda de test. 

En aquella época yo ejercía de redactor de contenidos para Diariomotor y aquí mismo tenéis un montón de entradas que escribi allí referidas al desempeño de Pirelli durante la bendita campaña 14, desempeño marcado, cómo no, por cogérsela siempre con papel de fumar, como ha sido habitual desde 2011, excepción hecha del primer tramo de 2012, que aquello fue una auténtica delicia hasta que volvimos al conservadurismo después del Gran Premio de Canadá.

Así que con vuestro permiso no me voy a poner a discutir si Sakhir es mejor que Montmeló para estos menesteres o si El Circuit es mejor que la joya de la corona bareiní, porque intuyo, como la mayoría de vosotros, que las ruedas del año que viene van a ser como las de esta temporada y las anteriores.

Eso sí, tampoco voy a desperdiciar la oportunidad de señalar a la milanesa, porque para este tipo de viajes no suelen hacer falta alforjas, ni andar apuntando al reasfaltado o la mala meterorología de Montmeló, como causantes de lo que no deja de ser la seña de identidad de Pirelli: un producto que por hache o por be nunca está a la altura de lo que se espera, ni por muchos colorines que le pongan.

Os leo.

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