viernes, 6 de julio de 2018

¡No hay dolor, McLaren!


He empezado este mes de julio con una evidente parsimonia que voy a quitarme de encima desde ya, no sea que durante los entrenamientos para el Gran Premio de Gran Bretaña observemos algún posible milagro y no sepamos ni por dónde nos da el aire.

Así las cosas, vamos a recordar antes que nada el momento épico-festivo que vivimos en Montmeló cuando la de Woking desveló su nuevo planteamiento aerodinámico con el morro del MCL33 como figura estelar, como la madre de todas las panaceas. MCL33B se le llamó...

Os ahorro los momentos de exaltación literaria que produjo la aparición del coño cachivache, fundamentalmente porque fue a partir de ese instante que el McLaren dejó de ser el de antes.

En Barcelona se desenvolvió ramploncete: Stoffel rompe caja de cambios pero Fernando entra en puntos. En Mónaco fue mal: es el coche del asturiano el que rompe la caja de cambios y el belga no consigue puntuar. En Montreal la cosa empeora: abandono del número 14 por rotura de escape, y el 2 que termina con dos vueltas perdidas. Y en Le Castellet (Paul Ricard) tocamos fondo: Alonso abandona de nuevo, esta vez debido a la suspensión trasera que puso la rueda mirando para Cuenca, mientras que Vandoorne termina la carrera con vuelta perdida...

Creo honestamente que nos haríamos un flaco favor si no contemplamos que en Spielberg, el MCL33 vuelve a parecerse al de antes, con sus luces y sombras, pero al de antes, así que no voy a cometer ese error y voy a dar al Gran Premio de Austria el valor que merece: se ha parado la sangría, aunque ello no evita que la británica esté francamente jodida.

Y ahora que tenemos el encuadre más o menos abocetado me meto en harina, ya que dos roturas de cajas de cambio consecutivas, una de escape y otra de suspensión, podrían estar diciéndonos que el comportamiento mecánico de la zaga del MCL33 ha estado trabajando muy al límite para compensar un deficiente equilibrio aerodinámico entre la parte delantera y trasera del monoplaza, que, obviamente, no ha podido ser neutralizado por el chasis.

El conjunto ha fallado desde el Gran Premio de España y decíamos que es en ese preciso instante cuando se implementa el nuevo enfoque aerodinámico con el morro como protagonista principal. Pero se nos olvida algo, el bendito MGU-K by Renault que debería haber estado listo hace meses pero ha comenzado a llegar en el Red Bull Ring, prácticamente anteayer.

Bueno, si hacemos caso a las palabras de Boullier en abril: «Pero sí hemos fallado en los planes, ya que el definitivo que llegará en Barcelona debería haber estado en Australia. De hecho estamos yendo con una evolución del coche del año pasado y no con el nuevo, que esperamos que cumpla con nuestras previsiones» [McLaren hará debutar el verdadero coche de 2018 en el GP de España], es sumamente fácil colegir que el retraso en el estreno del monoplaza bueno se pudo deber al retraso de Renault con su MGU-K (catorce meses en total, casi nada).

Es decir: tenemos un coche listo que se encuentra con que su unidad de potencia no lo está, y se resuelve el lío estirando el modelo del año anterior adaptado a las circunstancias. Y como la cosa aguanta y hay, también, mucha presión en el ambiente, se decide estrenar la versión definitiva en Barcelona asumiendo que Canadá está a la vuelta de la esquina y puede no notarse el desajuste de tiempos entre Woking y Viry Châtillon [El MGU-K nuevo de Renault aún no está listo], aprovechando para ello un terreno dulce para los motores como el que proponen España y Mónaco.

Pero el MGU-K se vuelve a retrasar y para McLaren resulta desastroso. El coche bueno necesita una unidad de potencia buena en sus entrañas, pero como la UP francesa no está optimizada, saltan todos los costurones, suenan las alarmas y Boullier dice adiós para dejar paso a De Ferran.

En sentido estricto, hoy deberíamos comenzar a ver cuánto de bueno es el MCL33. En Austria se estrenó el nuevo MGU-K pero en versión sondeo y sólo en el coche de Stoffel. En Silverstone, los dos vehículos británicos lo usarán. Si notáis algún milagro este fin de semana, al menos tenéis una breve aproximación a lo que ha podido estar sucediendo entre Montmeló y Spielberg. Si seguimos en las mismas —no lo creo—, pues ya lo hablamos este próximo lunes.

Os leo.

3 comentarios:

Alberto dijo...

Josete,

Te olvidas que Alonso tuvo que correr en Austria con un alerón de la especificación anterior y por ahí puede venir el "re-equilibrio" del coche que era capaz de no degradar las gomas como el resto como dijo Alonso.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días, Alberto ;)

La verdad es que no he tenido tiempo para hablar de este curioso caso de «alerón del año pasado que andaba por ahí» en otra entrada, pero llevas razón, aunque no creo que su intervención fuese tan casual, sino más bien, una forma de «volver al coche de antes», como bien apuntas ;)

Un abrazote ;)

Jose

Anónimo dijo...

Creo que no llevan el nuevo MGU Knuevo xq hay que modificar toda la parte de refrigeración y siguen con el antigüo no?
Marta