Con el tema del coronavirus candente pero poco a poco en vías de solución, o eso nos dicen, llegan noticias de que el estreno del circuito de Hanoi sigue en marcha y se mantiene la cita prevista para el Gran Premio de Vietnam a comienzos de abril.
Dicho esto y como ya he confesado en alguna que otra ocasión, el trazado vietnamita es de los que ni fu ni fa para este humilde servidor, lo que no supone óbice ni cortapisa para que me alegre de que el calendario 2020 sólo se nos quede cojo (de momento) en cuanto al Gran Premio de China se refiere. Otra cosa bien diferente es que a partir de estas dos evidencias sea yo capaz de colegir que las autoridades chinas y los promotores de la prueba de Shanghai se han podido precipitar cancelando su carrera o mantenían ocultas intenciones a la hora de tomar la decisión.
Mi título de socorrista de piscina está bastante oxidado y el único contacto que mantengo con la medicina consiste en unos cuantos compañeros de colegio que han dedicado sus vidas a sanar a los demás bien como galenos o como ATS, un puñado de amigos y amigas en redes sociales que se decican a este mismo arte, Paula, amiga de la familia, que sigue ejerciendo en el Sanatorio de Gorliz, una hermana y un cuñado médicos (él jubilado), una cuñada enfermera también jubilada, y por supuesto, Jorge, nuestro médico de cabecera...
No, no soy quien para meterme en esto berenjenales, pero lo que sí tengo claro es que si amenaza con tormenta lo mejor es salir de casa provisto de paraguas, y que si por un azar del destino definitivamente no llueve, lo único que cabe hacer es felicitarse por no haberlo abierto.
Lo dije hace unas semanas [Más vale prevenir] y hoy lo retiero: me parece bien que se hayan tomado las medidas más cautas ante un escenario que podia haber sido mucho peor, que ya sé lo que nos gustan las películas de zombies, pero bien está lo que bien acaba, que sé que nos entendemos, aunque por aquello de ser honestos cabe decir que en sentido estricto la cosa del coronavirus no ha terminado todavía y mejor esperamos a ver si escampa antes de que lleguemos a Hanoi.
Os leo.
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