martes, 4 de febrero de 2020

Pollo sin cabeza Haas


La credibilidad se consigue a base de un arduo trabajo pero se pierde en un pispás. Haas comenzó de manera muy prometedora su andadura en Fórmula 1 y sin duda tuvo mucho que ver en ello el pagafanteo que se montó alrededor de la figura de Gene Haas y su desembarco en nuestro deporte. También, desde luego, ayudó el apoyo explícito de Ferrari, que con la tontería de facilitar la instalación de su unidad de potencia en el cacharro norteamericano, se sacó unas buenas horas extra de túnel de viento y CFD no reguladas [(Haas VF-16) Setenta hombres van...].

El caso es que han pasado suficientes años desde aquello como para que nos dejemos de paños tibios con la protagonista de esta entrada y la tratemos de forma adulta, ya que Haas se ha convertido en el típico equipo que hace bulto y cuyas aspiraciones siempre suenan a cuento de hadas.

Su crédito es nulo en la actualidad y por tres razones, principalmente. La primera consiste en que el diseño de sus monoplazas es un one-shot de libro. Echan el resto, paren el vehículo y arrean con él lo que dé de sí mostrando una mínima implicación en su evolución y mejora, como tuvo a bien recordarnos Esteban Gutiérrez a finales de 2016, que se dice pronto.

La segunda estriba en su pareja de pilotos desde 2017. Kevin Magnussen y Romain Grosjean no son capaces de apurar las características de la herramienta que les toca en suerte e invierten sus temporadas en provocar todo tipo de rocambolescos episodios sobre el asfalto. 

La tercera y última es consecuente con las anteriores. Su escasa proyección y lo errático de sus evoluciones en pista ha originado una ausencia palmaria de patrocinadores o que se den aventuras como la de la campaña pasada con Rich Energy, lo que, a su vez, mantiene al equipo en permanente estado de alerta económica, y bueno, como la pescadilla que se muerde la cola, para sobrevivir en un mundo tan duro como la Fórmula 1 lo mejor es hacer coches one-shot, aguantar con ellos lo que haga falta, y cruzar los dedos para que Kevin y Romain no se rompan la cabeza o se la rompan a alguien.

¿Visos de que esto mejore en 2020? No quiero ser demasiado duro pero me da que no porque Guenther Steiner y la pareja oficial de pilotos continúan ahí dentro, impertérritos ante las inclemencias, a lo suyo como el conejito de Duracell, lo que hace que sea difícil imaginar un escenario diferente al que hemos visto en 2019, y eso contando con que Haas ya se conoce los neumáticos y los circuitos.

Concha solía decir que quien nace barrigón de más está que lo fajen y la frase viene que ni pintada para referirse a la de Kannapolis con base en Banbury: esto tiene pinta de no cambiar y seguramente no lo haga, al menos hasta el cambio reglamentario de 2021...

Os leo.

No hay comentarios: