viernes, 21 de febrero de 2020

El calco, Racing Point


No sé qué se toman algunos para desayunar, pero roza lo absurdo esto de andar buscando las siete diferencias entre el RP20 de este año y el W10 de 2019. Claro que las hay, y también mucho trabajo detrás, porque adaptar no es sencillo y porque el cacharro de Brackley fue diseñado bajo unos supuestos y el de Silverstone atiende a otros.

Con esta entrada terminamos las previsualizaciones de los coches que componen la parrilla 2020, y puesto que en Nürbu hemos hablado mucho de vehículos punta y vehículos de montonera, a ello me voy a remitir para explicar por qué siendo prácticamente el mismo monoplaza, los aventureros de la negación siempre van a encontrar diferencias.

El Mercedes AMG W10, campeón mundial de la temporada pasada, era un monoplaza crítico porque buscaba superar a sus rivales con ayuda del aire limpio, y por esta misma razón, Valtteri y Lewis sufrían de lo lindo en las pocas ocasiones en que se encontraban en situación de aire sucio. El RP20 de Racing Point no puede jugar a esto porque su habitat natural es la zona media de la parrilla y el aire repleto de turbulencias, y es ahí donde pretende entablar batalla y, en consecuencia, sus soluciones tienen matices distintos aunque partan de la misma base.

Dicho esto, pareciéndome chungo lo de poder adquirir el diseño de la competencia cuando, además, las gomas van a ser las mismas que en 2019, hay que decir que la de Lawrence Stroll ha hecho una estupenda labor de adaptación del W10 a tenor del comportamiento mostrado por el RP20 en Montmeló, y me alegro fundamentalmente por Checo Pérez, ya que no sé si Lance sabrá sacar provecho al juguete que le ha comprado papá.

Os leo.

No hay comentarios: