lunes, 24 de febrero de 2020

Desde el sofá [Williams]


Tratar de ver algo en un coche a partir de un showcar o un render siempre pasa por discriminar lo que es forma y lo que es cometido. La forma del monoplaza son las líneas maestras de su volumen, para que nos entendamos, y no suele sufrir grandes modificaciones durante la temporada; por contra, el cometido viene definido por todas aquellas partes que van a sufrirlas con el fin de optimizar el comportamiento del cacharro y, por supuesto, adaptarlo a cada trazado.

Dicho esto, como venimos haciendo todos los años después de las presentaciones, vamos a empezar el repaso a los vehículos de 2020 comenzando esta vez por el FW43 de Williams, y como decía antes, pasando un poco de los alerones y complementos, y poniendo el foco en la intencionalidad que muestran sus formas, en principio porque de alas y otros cahivaches tenéis muchísima información que ha sido vertida estos días, y secundariamente, porque estos sí que van a cambiar casi carrera a carrera.

Y bien, dije el otro día que el trasto me gustaba mucho [El FW43 de Grove] y la razón estriba en que disponiendo de bastante potencia (unidad de potencia Mercedes-Benz), ha orquestado sus formas alrededor de la idea de sacar el máximo provecho con una mitad posterior compuesta por dos cuerpos, el final muy afinado y el central más rotundo, que promete mucho aire y muy acelerado en la zona terminal del fondo plano y por supuesto, el difusor, así como en el alerón trasero.

Dotado de aberturas de aireación relativamente pequeñas en los pontones y la parte superior, la intencionalidad parece clara: aumentar la cantidad de calor disponible atrás —el aire caliente es menos denso que el frío y ayudará a acelerar los caudales que baten la zona, potenciando así el esquema que mencionábamos en el párrafo anterior. 


Lógicamente, con una zaga tan aerodinámicamente exigente, el riesgo de que la parte delantera se levante y pierda contacto con el suelo es alto, de manera que la parte media delantera responde adecuadamente (a mi modo de ver), proponiendo un morro en cuña típico pero ancho para lo que es la sintonía de este año, porque ayudará a que el caudal frontal apriete el coche contra el asfalto al golpear la carrocería.

Ahora bien, el FW43 no es una obra maestra ni lo pretende. Seguramente modificará la nose en el Gran Premio España porque, bote pronto, da la sensación de que va a producir bastante drag en este área pues el formato de nariz utilizado limita la llegada de aire a los bargeboards y el inicio del fondo plano, algo que sin duda lastrará el comportamiento del monoplaza.

Para terminar: el Williams de 2020 presenta bazas para escapar del fondo de la parrilla y empezar a luchar en la zona baja de la montonera, con Haas y Alfa Romeo, mayormente, pero esta vez con un horizonte más halagüeño que en 2019.

Os leo.

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