lunes, 24 de febrero de 2020

Desde el sofá [Haas]


El Haas VF-20 nace como solución a dos problemas: falta de dinero y necesidad de corregir la falta de comprensión de los neumáticos que arruinó el VF-19, según palabras de Guenther Steiner, así que lo mejor que podemos hacer es echar un vistazo a lo que escribí en febrero de 2019 sobre el bendito cacharro de la de Kannapolis [Camino de en medio (Haas VF-19)], para explicar en qué ha consistido la adaptación.

Y bien, el VF-19, decíamos, potenciaba el tratamiento de los caudales medios en un intento por ajustarse a la normativa estrenada el año pasado, sin complicarse demasiado la vida porque aunque había llegado Rich Energy, las arcas de la anglo-norteamericana no andaban tan boyantes como se prometía. En consecuencia, el VT-20 adopta el esquema general de su antecesor pero busca ahora trabajar mejor los caudales inferiores, para lo cual, ha tallado el volumen de los pontones sin atreverse a dividirlos en dos pero facilitando que el aire que va por encima de la carrocería se derrame por los laterales con el fin de meter más aire en la zona final del fondo plano y el difusor.

En principio es una idea a medias que podría haber valido hace doce meses aunque ahora queda un poco anticuada, o me lo parece [¡Oh, chorprecha!], y como el VF-20 continúa siendo en esencia un VF-19 pasado a limpio, la parte delantera ha necesitado retoques porque la trasera cobra más importancia y hay que equilibrar el conjunto.

Así las cosas, el morro persevera en su rotundidad y debería oprimir el tren delantero lo suficiente como par que no vaya por libre, y en buena lógica, adopta en su parte anterior soluciones que ya hemos visto en el MCL34, por ejemplo, con una abertura doble alrededor de la punta que encapsula el espigón anti impacto, las correspondientes branquias en los soportes del alerón anterior, y un conjunto de turning vanes en cascada —que facilitarán que el Y-250 llegue a los bargeboards y desde allí comience a hacer su trabajo en los laterales del fondo plano.

Tal y como decía el otro día, el VF-20 me parece demasiado parcheado, pero con vuestro permiso os ahorraré más comentarios hasta no verlo rodar en el Gran Premio de Australia, ya que puede haber dado con la tecla del tratamiento de los compuestos aunque me temo que se ha quedado muy atrás de su competencia.

Os leo.

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