«El sueño de Sergio Marchionne» ha tenido un menor recorrido de lo esperado durante 2019, seguramente debido a que, como he mencionado otras veces, las expectativas depositadas en la nueva era de Alfa Romeo en Fórmula 1 las había puesto por la nubes.
Puesto que en mis últimas visitas al proyecto de Hinwill me había propuesto desprenderme de las pegatinas de la milanesa y centrarme en su alma Sauber, voy a continuar con la misma línea argumental pues en ella encuentro las únicas razones para mi optimismo de cara a 2020.
A ver, la escudería suiza siempre ha sido de pasitos cortos y bien medidos y, ciertamente, cuando recibió la inyección de FCA no venía precisamente de una situación cómoda. En 2017 Monisha Kaltenborn abandonaba el equipo mientras Longbow Finance mantenía un férreo control de su economía con vistas a deshacerse de su paquete de acciones a la mayor brevedad posible. Aquí entraban Marchionne y su sueño, y se puede decir sin faltar a la verdad que 2018 supuso un año puente en el que se organizó que fuese posible que, al inicio de 2019, Longbow y Sauber desapareciesen del mapa y sólo tuviésemos Alfa Romeo.
Bueno, moría don Sergio y Alfa Romeo jamás llegó a ser un proyecto patanegra, aunque esta parte ya la intuíamos, así que volvamos sobre nuestros pasos y centrémonos ahora en ese alma Sauber que mencionaba antes.
Frédéric Vasseur es un tipo sosegado que encaja bien en el perfil de la escudería, y su gente paría un C38 que llamaba la atención en pretemporada por su interpretación de su alerón delantero y por su nobleza de conducción, que, sin embargo, no iba a destacar demasiado durante la campaña aunque cumplía holgadamente con el cometido de estabilizar la escuadra al final de la montonera. En 2017 Sauber fue última, en 2018 y 19, ha sido antepenúltima...
Y bien, puesto que existe estabilidad en casi todos los frentes aunque de pecunios no ande boyante, no resulta complicado imaginar que, finalizando ciclo y con 2021 llamando a la puerta, esta Sauber repintada de Alfa Romeo puede cumplir perfectamente el objetivo de mantenerse tercera por la cola —presumo que Williams y Haas se lo van a poner fácil en este sentido—, pero con un matiz: si el C39 sale un poquito mejor afinado que el C38, Kimi y Antonio podrían complicar la vida de sus directos rivales, Racing Point y Alpha Tauri (antes Toro Rosso), con lo que al final, a lo mejor hay premio y todo.
Os leo.
Frédéric Vasseur es un tipo sosegado que encaja bien en el perfil de la escudería, y su gente paría un C38 que llamaba la atención en pretemporada por su interpretación de su alerón delantero y por su nobleza de conducción, que, sin embargo, no iba a destacar demasiado durante la campaña aunque cumplía holgadamente con el cometido de estabilizar la escuadra al final de la montonera. En 2017 Sauber fue última, en 2018 y 19, ha sido antepenúltima...
Y bien, puesto que existe estabilidad en casi todos los frentes aunque de pecunios no ande boyante, no resulta complicado imaginar que, finalizando ciclo y con 2021 llamando a la puerta, esta Sauber repintada de Alfa Romeo puede cumplir perfectamente el objetivo de mantenerse tercera por la cola —presumo que Williams y Haas se lo van a poner fácil en este sentido—, pero con un matiz: si el C39 sale un poquito mejor afinado que el C38, Kimi y Antonio podrían complicar la vida de sus directos rivales, Racing Point y Alpha Tauri (antes Toro Rosso), con lo que al final, a lo mejor hay premio y todo.
Os leo.
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