viernes, 28 de febrero de 2020

El pacto con el diablo


Romain y Kevin forman ese tipo de parejas que no funcionan jamás aunque, a la vez, resulte imposible imaginar a sus miembros haciendo cosas por separado. Suponen el caos dentro de la perfección, la simbiosis elevada a canon, la mariposa que aleteaba en Pekín y originaba un ciclón sobre Los Ángeles, el gato de Shrödinger que siempre está vivo a pesar del gas letal, pero como nunca sabes si puede estar muerto, pues como que da el pego y fomenta por siempre jamás la magia del experimento propuesto por el eminente físico y filósofo austriaco...

El caso es que han vuelto, y aunque no han mostrado trazas de haber cambiado tampoco se puede decir lo contrario. A ver, Steiner —otro que tal baila— confía en ellos, lo que en el fondo significa que nosotros también debemos confiar, siquiera hasta que empiecen a dar muestras de seguir abonados a pegarse tiros en el pie a la menor oportunidad. 

¿Qué será de ellos en 2020? Sinceramente no lo sé. Lo mismo nos sorprenden que nos arruinan la existencia, o se la arruinan entre ellos o se la arruinan a cualquier despistado que no tenga en cuenta que son como la ruleta rusa. Lo que es seguro es que tienen trabado un pacto con el diablo que hace que no podamos imaginarlos lejos el uno del otro.

Hay magnetismo en su relación. Son Haas, el paradigma del sí y el no en la misma frase. La afirmación y la negación vistiendo los mismos colores y conduciendo coches parecidos, el yin y el yang dentro de una misma escudería y sin que nos esté permitido discernir quién es el yin y quién hace de yang, porque da lo mismo y porque la relación funciona. Sí, a su manera funciona, otra cosa es que no la entendamos ni la comprenda la madre que parió la cosa esa que se cuece en el seno de la norteamericana...

Os leo.

1 comentario:

Lastra dijo...

Recientemente he visto un vídeo con las cagad@as del francés el año pasado, la de Bakú mientras la carrera estaba neutralizada y la bolera que montó en Montmeló fueron absolutamente jloriosas.

Que con tales mimbres Haas y Steiner mantengan la confianza y le renueven es algo que me deja absolutamente patidifuso.