martes, 4 de febrero de 2020

Williams a la pata coja


Mientras ahí fuera se debate como si no hubiera mañana sobre si la culpa del follón montado por Medland y Pruett [Racer entiende...], es responsabilidad de ese medio en concreto o compartida por todos los medios que dijeron antes esto o aquello otro, nosotros vamos a seguir dándole fuerte a la actualidad de la Fórmula 1, básicamente porque es una actitud mucho más inteligente aunque proporcione menos clics, y, en segundo lugar, porque en siete días comienzan las presentaciones, empezando por la máquina de Maranello para esta temporada.

Y puesto que he echado muchas líneas desde que se me ocurrió abrir Nürbu en agosto de 2007, al respecto del peligro que supone permanecer en constante silly season, toca retomar los equipos donde lo dejaron al final de la campaña 2019 para que 2020 no nos pille con el culo al aire, y disculpadme la expresión.

Bien, empezando por la cola, como de costumbre, tocaremos esta mañana a Williams por ser la última escudería en el Mundial de Constructores del año pasado, aunque ya os advierto que no soy nada optimista con ella, ya que un proyecto tan torcido no se endereza de la noche a la mañana, y mucho menos con un horizonte en el que asoma las orejas un cambio normativo tan descomunal como el que se nos viene encima en 2021.

No, la de Grove no me produce buenas sensaciones. Nicholas Latifi sustituye a Robert Kubica pero todos sabemos cómo quedó de escaldado el polaco a su paso por la británica, que el canadiense trae pasta fresca y muchas ilusiones, y que el bueno de George Russell sueña húmedo con que le llamen de Brackley. El escenario es chungo. Como decía antes, resulta muy dudoso que un pérfido FW42 haya permitido que el FW43 salga buena herramienta porque, desgraciadamente, las cosas no suelen ser así de milagrosas en la Fórmula 1.

En el mejor escenario, Williams necesita dos o tres sesiones marcando buen ritmo y ofreciendo vibraciones halagüeñas antes de soñar siquiera con escalar significativamente en la tabla general de Marcas. En este sentido, y puesto que en 2021 se barajan de nuevo las cartas, lo razonable para la tropa de Claire sería pasar olímpicamente de 2020 y centrarse a tope en la nueva etapa. 

¿Habrá mejoras? Pues hombre, mi bolita de cristal sigue sin pilas, pero me da a la nariz que este año, como el anterior, a la de Grove le resultará más provechoso seguir interpretando el papel de pupas de la parrilla. Su puesto en el Grupo de Estrategia está asegurado, al menos hasta que Liberty organice el nuevo tinglado, y desde ahí sí que se pueden hacer milagros, como juramentarse a que el rigor presupuestario sea el camino a seguir. 

Os leo.

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