miércoles, 19 de febrero de 2020

Alfa Romeo y los detalles


Alfa Romeo ha desvelado por fin el C39 que disputará el Mundial de este año con Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi al volante, y aunque su librea puede llevarnos a engaño —sigue a pie juntillas la del año pasado aunque con el logotipo de Orlen incorporado a la carrocería—, no consigue ocultar la cantidad de detalles que lo hacen diferente al C38 de 2019.

En principio estamos ante una evolución razonable del coche del año pasado pero hay que incorporar a la ecuación algunos matices.

Hinwil no es muy dada a los saltos al vacío ni a la asunción de riesgos extremos, de forma que podemos decir que todo normal en este aspecto. El C38 tenía puntos fuertes y da la sensación de que el C39 los potencia, sobre todo en la parte final del vehículo, donde se percibe un inteligente trabajo enfocado a dar más aire, y más veloz, a la zona del difusor y el vano del alerón trasero, lo que lleva a compensar la delantera con la incorporación de la correspondiente bandeja alabeada debajo del morro (tipo Mercedes y hoy ampliamente utilizada en la parrilla), en evitación del pernicioso subviraje y con intención, también, de mejorar la creación del vórtice Y-250.

En principio, me atrevería a decir que Alfa Romeo ha buscado con todo ello crear un monoplaza más suelto que su versión anterior y con un centro de presiones coincidente con el centro de masas y cercano a la vertical del depósito de combustible y pilas, inmediatamente detrás del habitáculo, seguramente para mejorar el rendimiento de los compuestos en carrera.

Desde luego habrá que verlo en movimiento antes de extraer mayor cantidad de conclusiones, y más durante la segunda semana de entrenamientos que en ésta, pero aunque a priori el C39 me ha sabido a poco, como decía hace unos párrafos, era esperable porque en cierto modo esta cautela forma parte del ADN del departamento de diseño de Hinwil. Dicen que paso paso si va lontano, y si como intuyo todo gira alrededor de un mejor comportamiento de las ruedas, Alfa Romeo puede ofrecernos sabrosos momentos en la mitad de la montonera porque en sentido estricto no tiene mayores aspiraciones.

Os leo.

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