El retorno de Alonso

Molesto por encima de mis posibilidades seguramente porque acostumbro a llamar pan al pan y vino al vino —actividad que tengo algo abandonada, por cierto—, y debido a que, por avatares que no viene al caso desgranar ahora, dispongo de mucho tiempo y me gusta más que a un tonto una tiza ocuparlo escribiendo. Así que por ahorrarnos algunos duelos y quebrantos vamos a ir hoy directos al grano en esa pregunta que me hacéis día sí y día también bien por redes sociales, por privado, por teléfono o a través de paloma mensajera.

¿Vuelve Alonso o no vuelve...?

En sentido estricto, la respuesta la tiene la misma prensa que pierde el culo con tal de ganar unos clics o unas décimas de porcentaje en cuota de pantalla en los medios afines. Ella ha creado el monstruo y ella debería responsabilizarse de lo que le suceda a la criatura en su corta o larga vida.

Como Hamilton y Vettel, sea dicho de paso, ya que así lo han afirmado ellos reiteradas veces, la vida del asturiano más allá depende de cómo se articule la normativa 2021, que de momento apunta a bastante chungo, para qué vamos a negarlo. Y, hombre, entiendo que veas al de Oviedo en el garaje de McLaren en Abu Dhabi y te asalte la prisa por escribir algo, mayormente si por un casual aciertas en un par de años y puedes gritar luego ¡como ya dijimos!

Hay quien liga al español a cualquier equipo que no sea uno de los grandes porque sus manuses lo han vetado como Honda para la Indy 500, que mira que como cuaje lo de Andretti para la próxima edición de la prueba norteamericana, nos van a hacer falta pañales para tanta diarrea como se va a originar entre el personal que tenía to'claro que dos y dos siempre suman cuatro.

Que yo le tenga oído, leído o sugerido, Fernando no ha cerrado la puerta y a esto deberíamos atenernos. Pero la prensa necesita alpiste diario, se llena la boca y nos la llena a nosotros con que esto o lo otro está casi hecho, y el Cristo montado es desmesurado a todas luces. ¿Alguien sabe algo? No, y lo digo taxativamente,  fundamentalmente porque nuestro compatriota es un tipo que no suele dar un paso en falso a pesar de que los cantamañanas de turno le afeen haberse equivocado siempre, aunque, ¡oh sorpresa!, toleran mal la posibilidad de que si vuelve lo haga en una apuesta ganadora y acierte.

En 2012 seguro que Lewis Hamilton apostó a que Mercedes AMG se iba a ir por el precipicio al carajo. Lo mismo que Sebastian Vettel cuando decidió pasarse a Ferrari a finales de 2014 con la ayuda entre bambalinas de Bernie Ecclestone...

Alonso pisa terreno firme y se lo está pensando. Hasta donde me llegan los haberes, me consta que no ha cerrado las puertas, ninguna.

Sé que a muchos de esos aficionados apasionaditos de la muerte que pululan en redes sociales les gustaría verlo arrastrarse en su retorno, pero si gozar de la mejor maquinaria supone un plus de acierto en la epopeya que está escribiendo Hamilton, no veo por qué hay que exigirle a Alonso que siga sufriendo. Él también puede ganar carreras con un brazo por fuera del habitáculo. A ver si es medio normal obligarle a que las pase putas como Magnussen o Grosjean en un Haas, con tal de que los paladares exquisitos duerman tranquilos. Aquí jugamos todos o no juega ninguno, que parece que habéis nacido ayer...

Os leo.