viernes, 6 de diciembre de 2019

La clave se llama Verstappen


Sólo hay algo más peligroso en Fórmula 1 que echarse en brazos de un gurú de esos que se pasan la vida en Twitter: creer en las casualidades.

A ver, echando la vista atrás, todo el tema de lo tramposilla que nos ha salido Ferrari en 2019 cobró fuerza después de que Jos Verstappen plantara cara a Red Bull con el asunto del futuro de Max en la austriaca o lejos de ella, de forma que no resulta muy descabellado pensar que en Milton Keynes se está estirando la posibilidad de que Ferrari no haya estado jugando limpio en 2019 con tal de calmar los ánimos del hombre que dijo de sí que era más rápido que Michael Schumacher, y por ende, los de su vástago.

La FIA insiste en que La Scuderia está haciendo las cosas razonablemente legales y esto va a misa por mucho que herr doktor considere que supone una broma la sanción de 50.000 euros por lo de Abu Dhabi.

Pasando por alto las bromas (pesadas) a las que nos acostumbraron la Federación y Red Bull entre 2010 y 2013, todo esto tiene algo de enternecedor porque no hay que tener dos dedos de frente para entrever que se está vendiendo un premio de segunda categoría ya que el objetivo debería ser Mercedes AMG, y el delay que habría que justificar sería, en justicia, el que existe actualmente entre Milton Keynes y Brackley.

Me tomaría en serio estas chorradas si Marko clamara contra la estrella de tres puntas y asara a la alemana con reclamaciones y peticiones de aclaración a la egregia institución que gobierna con sabiduría y buen hacer nuestros pasos sobre el planeta Tierra, pero me produce risa floja que la tercera fuerza de la parrilla monte el pollo porque ha sido superada por una escuadra que ha quedado segunda a 235 puntos del enemigo real

Jos y Max pueden creerlo, están en su derecho, pero si a finales de 2019 Red Bull no tiene claro que debe batir a Mercedes AMG, que su prioridad es reducir distancias con Brackley en vez de enredarse con Ferrari, que bastante tiene la italiana con lo suyo, todo indica que en 2020 nos convendrá aprovisionarnos de palomitas porque en cuanto Jos descubra que se la han estado metiendo doblada, es seguro que nos vamos a divertir de lo lindo.

Ea, ni gurúes tuiteros ni milagros ni casualidades. La Fórmula 1 nunca ha funcionado así.

Os leo.

3 comentarios:

Lastra dijo...

Bueno, la Fia podrá decir misa Jose, pero lo cierto es que hemos visto una Ferrari muy disipada en Abu Dabhi, perdiendo más de medio segundo en el sector de aero, lo que evidenciaba lo muy descargados que iban para conseguir velocidad en la recta.

De alguna forma me recordó a 2010 por todo lo contrario, entonces Alonso y su ingeniero escogieron, con buen tino, sacrificar la velocidad para tener un buen apoyo para el sector decisivo. Claro, luego vino la cagada de marcar a Webber y se fue todo a tomar por donde amargaba un ruso en un renault...

En fin, que Max les dio sopas con honda - nunca mejor dicho ;) - rápidamente y aun frigodedo se tuvo que atar los machos para no quedar por detrás de Albon.

Sea como fuere, hay que asumir que los de Brackley han alcanzado este año el doctorado en eso de ir tirando con lo justo sin hacer ni un solo aspaviento de más. Cuánto tiene que aprender Binotto!

Salud, Maestro.

Anónimo dijo...

La cagada no fue marcar a Webber. Sino haber tenido que arrastrar a Massa.

Ningún aspirante al título puede tener un compañero ausente. Felipe acabó sexto ese año.

Para primer piloto no valía. Y de segundo, tampoco.

Tadeo dijo...

Lo malo es que no lo decidio ni Alo ni su ingeniero. Ni siquiera llevaron alas para hacer otra estrategia.
Fue una decisión de arriba y que todos asumieron como propia. Supongo que Vettel hubiera pedido la cabeza de su ingeniero, porque él nunca tiene culpa de nada, y sinó se choca