lunes, 23 de diciembre de 2019

Factor humano [Ferrari]


Menos mal que han sofocado el affaire #SommersF1 la renovación de Charles Leclerc hasta 2024 y el silencio desplegado por Ferrari sobre el futuro de Sebastian Vettel, ya que así resulta mucho más sencillo continuar hablando de Fórmula 1 sin sucumbir a ningún tipo de tentaciones.

Y el caso es que hoy tocamos a La Scuderia en su peor año desde que el Mesías de Maranello desembarcó de la mano de Bernie en la italiana, y no por lo que estáis imaginando, sino, más bien, porque la estupidez y el cortoplacismo han estropeado la buena historia que se propuso en los entrenamientos de pretemporada en Montmeló.

En líneas generales, lo cierto es que la novela no da para demasiado: Vettel se ha impuesto a Leclerc mostrándose inferior en pista y obteniendo resultados más rácanos, y la ecuación nos ha dado, por tercer año consecutivo, que la rossa ha vuelto a ser segunda en la general de constructores pero esta vez ofreciendo infinitas peores vibraciones...

Por suerte, nuestro deporte suele ser de habas contadas, y si el segundo piloto está regularmente por encima del primer espada en clasificación y carrera, y si Charles se come a Sebastian si no median órdenes de equipo o flagrantes desobediencias del alemán —podemos decorarlo con papel de regalo y lazos, pero las rebeldías del monegasco siempre han apuntado al suma en vez de al resta—,  el que ha fallado estrepitosamente y se ha llevado por delante las opciones de Il Cavallino Rampante durante 2019 ha sido el titular del dorsal número 5.

Si sólo hubiese sido este año, ni tan mal, que decía aquél, pero es que llevamos desde 2017 con la misma monserga y ya no quedan paños de los que tirar para enjugar tanto despropósito. 

Había que cumplir un contrato, dicho lisa y llanamente, y Ferrari ha puesto todo de su parte por hacerlo valer, incluso sacrificando a un Leclerc que, ahora, y en palabras de Mattia Binotto, ha sido renovado porque es el futuro de la rossa.

Apostar por el pasado siempre resulta mala cosa, lo que no evita el sabor amargo que produce una buena oportunidad perdida. Ferrari, esta temporada, se ha encadenado a Sebastian Vettel y ha fracasado no por ser italiana, sino por haber confiado en un piloto alemán cuando disponía de otro, monegasco, que a poco de ayuda que hubiera contado habría obtenido un subcampeonato que habría sabido similar a los tres que consiguió un tal Fernando Alonso cuando vestía los colores de la casa y con la mitad de presupuesto y fenomenales hierros, hacía soñar a los tifosi.

Bien está que hayan renovado a Charles hasta 2024, pero esta solución llega tarde, que sé que me entendéis. Ferrari ha vuelto a ser segunda cuando tenía material para haber puesto a Mercedes AMG contra las cuerdas, y sus conductores han terminado detrás de Max Verstappen porque había un contrato que cumplir y a la hora de resolver el partido ha fallado el factor humano.

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que quieres un ala delantera más resultona?

Sostenme el Campari!