No sé de qué se queja el entorno de Lewis Hamilton porque no le nombran Sir, don José María Aznar se apaño dos millones de euros de su gobierno (también era el nuestro) para promover que los Estados Unidos le otorgasen la Medalla del Congreso y tampoco pudo ser.
Hay que reconocer que la Queen Británica tiene sus cosillas, como todos los monarcas, vamos, pero a lo peor el asunto consiste en que Hamilton no le transmite los valores de virilidad, arrojo y representación de la Gran Bretaña que destilaban los héroes de antaño, y aquí volvemos a lo de siempre: seis títulos son más, pero sólo para ciertas cosas, que el bueno de Stirling Moss es Sir sin tener ninguno.
También podría ser que a Isabel II le pase como a muchos aficionados y la Fórmula 1 no le satisfaga en la actualidad aunque siga siendo british sport de pura cepa...
En serio, no sé de dónde viene esta alteración de la Fuerza ni qué consecuencias puede tener para nuestro hexacampeón del mundo, lo que sí tengo claro es que siempre queda a mano un change.org o él mismo puede intentar hacer lobby como don Josemari y probar con los Príncipe de Asturias. Michael Schumacher tiene el suyo (2007), y según algunas voces autorizadas, o eso dicen, a Fernando Alonso se lo regalaron en 2005 porque lo suyo tampoco fue para tanto (sic).
Sea como fuere, se ve que en Inglaterra no regalan este tipo de reconocimientos sociales y hay quien se siente molesto por la renuencia de la Reina a elevar a los altares al hijo del viento. Mi abuela diría que lo que hay es mucha tontería, pero esto es de cosecha propia y entiendo que queda sujeto a debate.
Os leo.
1 comentario:
El Mierdas: -Pues si no me dicen que seteo es el correcto para entrarle a cortesano, iré tocando, a ver...
-Recordad además que I lead the race, I set the pace. No importa ni un pisco que en un campeonato donde corrían dos coches, haya quedado segundo. Ya veréis cómo la historia me absolverá. Porque soy negro.
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