La noticia de que Pirelli no ha convencido al fino paladar de los equipos con su producto para 2020 es una de ésas que no ha sorprendido a nadie (creo), pero puesto que con la manía que tenemos de sintetizarlo todo se podría originar la sensación de que la italiana no ha sabido hacer bien su trabajo, me apetece echar el ratito reflexionando con vosotros acerca de que tal vez no sea así y sean otras las razones para la elección de la gama usada este año en detrimento de la propuesta del suministrador de compuestos para la temporada que viene.
Vaya por delante que ni la figura del proveedor único ni la milanesa son santas de mi devoción, y si difícilmente defenderé a la primera, con Pirelli suelo aflojar la mano de vez en cuando porque no siempre es esa figura oscura con rabo y cuernos que se come todos los marrones casi por obligación.
Dicho esto, y como he comentado otras veces [Los coches de 2020], la próxima campaña apunta a que en lo técnico puede darnos muy pocas alegrías debido a que 2021 y el nuevo reglamento están a la vuelta de la esquina y, también, porque la mayoría de equipos que componen la parrilla no atraviesan situaciones boyantes en lo económico y para una Williams o Haas, o mismamente Alfa Romeo, va a resultar más sencillo estirar lo que tienen mientras centran sus esfuerzos en el horizonte propuesto por Liberty Media.
Os leo.
Se han reducido las jornadas de entrenamiento y eso ya suponía un claro síntoma de que 2020 puede ser un año puente. Ahora tenemos otro síntoma sobre la mesa. Las escuderías prefieren la gama 2019 y esto no tiene por qué significar que la propuesta de Pirelli sea mala sino que a los equipos no les renta hacer el esfuerzo de tener que entender unos neumáticos nuevos.
Si el ejemplo de las tres ecuadras de antes parece diáfano, también cabe decir que a Toro Rosso, Red Bull y McLaren, les va a resultar más sencillo progresar sus respectivos monoplazas sobre unas ruedas cuyo comportamiento conocen como la palma de su mano porque ya lo han experimendo de sobra...
No me extiendo. Creo honestamente que aquí no encaja lo de mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, y que todo es tan sencillo como que en 2020 vamos a ver las novedades justitas porque no está el horno para bollos. En toda lógica, en la decisión de rechazar las gomas previstas por la italiana ha primado el sano no meterse en jardines por evitar riesgos innecesarios.
¿Queda todo igual de triste para el aficionado? Pues sí, para qué vamos a engañarnos si tendermos estrategias a una parada hasta en la sopa, pero ésta, sin duda, es otra historia...
No me extiendo. Creo honestamente que aquí no encaja lo de mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, y que todo es tan sencillo como que en 2020 vamos a ver las novedades justitas porque no está el horno para bollos. En toda lógica, en la decisión de rechazar las gomas previstas por la italiana ha primado el sano no meterse en jardines por evitar riesgos innecesarios.
¿Queda todo igual de triste para el aficionado? Pues sí, para qué vamos a engañarnos si tendermos estrategias a una parada hasta en la sopa, pero ésta, sin duda, es otra historia...
Os leo.
1 comentario:
Cada uno mirando lo suyo, como hacemos todos...
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