Parece inminente el cierre de AutoHebdo Sport y si la noticia en sí es bastante triste, peor me ha dejado el reguero de comentarios que ha surgido inmediatamente en redes sociales.
Hombre, este tipo de situaciones siempre tiene algo de romería, como los velatorios, y lo he tenido en cuenta. Todo el mundo quiere hacer públicas sus condolencias y que se sepa que ha acompañado al finado hasta en su último instante sobre la Tierra. Lo he vivido en propias carnes. Mi difunta suegra era muy de depositar la tarjetita si no podía ir ella, y de mandarte a ti a que la metieras en la urna porque estas cosas eran así de siempre...
Ella era de otra época en que las formas ganaban por goleada al don de la oportunidad, pero en el caso que nos ocupa, en pleno primer cuarto del siglo XXI, cuando parecía que debíamos haber espabilado un poco, está resultando abrumadora la presencia de comentarios de gente que no la compraba ni la leía (sic), que sin embargo se han apenado lo indecible por la pérdida.
Obviamente de cariño no se vive. Las revistas aguantan siempre gracias a la publicidad y las ventas. Malviven y tiran normalmente porque el encaje de bolillos que hay que hacer para sacar adelante un proyecto de este tipo y mantenerlo en el mercadoes extenuante y no siempre agradecido.
Pero no me enredo. El año pasado escribí sobre la situación que se avecinaba para los medios convencionales y digitales aunque he sido incapaz de encontrar el texto en cuestión. Decía entonces (creo), que nuestro minúsculo ombligo del universo no es tan diferente como pensamos, y es azotado sin compasión por los mismos vientos y tempestades que sacuden a los medios generalistas.
Desconozco si lo notamos más o menos o todo consiste en que en lo tocante a la información sobre el motorsport, al personal le va más esconder la cabeza como los avestruces, pero el caso es que entre los profesionales que han querido dar el adiós a la AutoHebdo se ha notado un pesimismo que acojona.
No hablo de fatalismo por no herir sensibilidades ni alarmar más de lo necesario, y es que como mencioné la otra vez (creo): ésta es una guerra que deben resolver antes ellos que nosotros, aunque los que estaremos realmente jodidos seremos los aficionados como nos quedemos sin pluralidad.
Os leo.
Obviamente de cariño no se vive. Las revistas aguantan siempre gracias a la publicidad y las ventas. Malviven y tiran normalmente porque el encaje de bolillos que hay que hacer para sacar adelante un proyecto de este tipo y mantenerlo en el mercadoes extenuante y no siempre agradecido.
Pero no me enredo. El año pasado escribí sobre la situación que se avecinaba para los medios convencionales y digitales aunque he sido incapaz de encontrar el texto en cuestión. Decía entonces (creo), que nuestro minúsculo ombligo del universo no es tan diferente como pensamos, y es azotado sin compasión por los mismos vientos y tempestades que sacuden a los medios generalistas.
Desconozco si lo notamos más o menos o todo consiste en que en lo tocante a la información sobre el motorsport, al personal le va más esconder la cabeza como los avestruces, pero el caso es que entre los profesionales que han querido dar el adiós a la AutoHebdo se ha notado un pesimismo que acojona.
No hablo de fatalismo por no herir sensibilidades ni alarmar más de lo necesario, y es que como mencioné la otra vez (creo): ésta es una guerra que deben resolver antes ellos que nosotros, aunque los que estaremos realmente jodidos seremos los aficionados como nos quedemos sin pluralidad.
Os leo.
2 comentarios:
Hola,
Pues hace tiempo que no voy al kiosko a comprar el Autohebdo, ni casi ninguna otra revista, pero me ha acompañado en mi crecimiento como aficionado desde que se las quitaba a mi tío, que las compraba para ver si esa semana sí salían la foto de su tisiete en el Regional de Castilla.
A diferencia de otras de clásicos, nunca fui suscriptor, pero desde finales de los 80 y hasta mediados del 2000, sí fui asiduo, como del Solo Auto Sport en su día, que compraba con las sisas de las vueltas del pan. En las dos pude leer a Javier Bueno, una eminencia en los rallys en el hebdo, y Javier del Arco en el Solo Auto. Tengo en casa una enorme colección de números sueltos, desde el año 84 hasta junio de 2019. Creo que el último número comprado fue la victoria de Alonso en Le Mans.
Por supuesto que me apena la defunción de la revista, pero es algo que se veía venir. La línea editorial de los últimos años estaba más cercana a la de una revista generalista que una especializada en motorsport. Por otro lado, el todo gratis de internet y los grandes portales del motorsport dejan sin hueco un producto que ahora ya apenas se diferenciaba. Quizás, y sólo quizás, tenía sentido como el producto diferenciado que fue hasta que cayó bajo el control de Grupo Z, con pruebas sport, con mucha actualidad regional, con cercanía a los pilotos y preparadores,... y con el fabuloso "se non e vero..."
El Autohebdo ha muerto, pero vivirá eternamente en nuestros corazones, y en nuestras estanterías.
Sal2!
Sabréis más vosotros que yo acerca de la publicación Autosport. Seguía yo año tras año la encuesta de los jefes de equipo de la F1 y su top ten de pilotos.
Parece haberla comprado Motorsport. Y para mi asombro, ahora la encuesta llegó tarde y mal, de la mano del sitio oficial F1.com
Cyril Abiteboul, Christian Horner, Andreas Seidl, Guenther Steiner, Otmar Szafanauer, Franz Tost, Fred Vasseur, Claire Williams y Toto Wolff se han pronunciado.
Hamilton, Verstappen y Leclerc en el podio. Hasta aquí nada para extrañarse.
Sainz séptimo. SEPTIMO? de verdad? Y Sebastian Vettel, en su peor año en la formula 1, QUINTO.
Los jefes de equipo recogieron el guante de Ross Brawn, y están mimando un poco el producto...
https://www.formula1.com/en/latest/article.revealed-f1s-team-bosses-choose-their-top-10-drivers-of-2019.3TENpziJ3cwIN9HBRBNv4Q.html
Observad cómo los suscriptores de la Autosport (la plebe) en su votación 2019 ubican a Seb en el puesto CATORCE.
https://www.autosport.com/f1/driver-ratings
No han dedicado mucho esmero a componer la URL de esta última encuesta, por lo que sospecho no dure demasiado tiempo online. Si pestañáis, os la perdéis.
Así va el mundo.
Publicar un comentario