jueves, 3 de octubre de 2019

Sin suelo


El doble abandono protagonizado por la de Grove en Sochi, me ha recordado que incluso los parias de un negocio tan corrupto como la Fórmula 1 merecen unas líneas de vez en cuando, máxime, como es el caso que nos ocupa, este innoble lugar lo ocupa el despojo de una de las escuderías más importantes y creativas que ha dado nuestra historia.

Se habrán cometido muchas equivocaciones en el seno de Williams, y habrá culpables, seguramente, pero el problema está fuera, en el contexto, en un deporte que no permite la resurrección de los muertos ni la recuperación del enfermo, ni permite al deportista aprender de sus errores y solucionarlos, o volver sobre sus pasos, para retornar más fuerte a la pista. 

Cuesta creer que esté pagando aquella arrogancia, precisamente el equipo que más empeño puso en que Luca Cordero di Montezemolo abriera la mano para que desaparecieran los entrenamientos durante la temporada y todo fuera más equitativo y sostenible. Adalid ahora del techo presupuestario, parece que no ha aprendido nada. Da la sensación de que Williams es la mosca tonta que ayudaba a la araña a tejer la misma tela en la que iba a morir.

Grove precisa de un tiempo y un espacio que escasean en la máxima disciplina, y es curioso, aquí, que como telón de fondo tengamos a un Robert Kubica que después de deshacerse conduciendo un hierro, ha decidido irse porque los tiempos le han pasado por encima, al que sustituirá otro piloto, tal vez Hulkenberg, al que le espera la misma tragedia que está viviendo George Russell: con Williams no hay suelo y jamás se alcanza el cielo, sin que importe demasido cuándo leamos esto.

Os leo.

1 comentario:

Cao Wen Toh dijo...

Aunque sólo sea por seguridad, probar en carrera las mejoras me parece un desatino. Del simulador mejor ni hablamos.