lunes, 21 de octubre de 2019

The sound of silence


Manda un poco de huevos que en el quinto año de reinado del Mesías de Maranello nos venga Mattia Binotto con que se han cometido algunos errores o no se han aprovechado todas las posibilidades durante 2019.

Tengo al bueno de Prostvuelve en mis oraciones desde que pude discernirlo con sus gafas de pasta negra sobre fondo de armario de abuela. Él me impelió a entonar por primera vez el You'll Never Walk Alone en Nürbu, y fue él quien me llevó a llamar vettelada a toda esa fauna que no ha digerido todavía que su héroe era flor de un día, fruto de unas circunstancias, en cierto modo, el chico de los recados de Adrian Newey. No ha llovido ni nada...

Llegar pronto es lo que tiene: no puedes reclamar nada cuando los artistas del verlo primero han puesto su banderita conquistadora como quien jalona una plasta de vaca, pero él y yo lo sabemos, que es a fin y a cuentas lo que importa. Y sí, no me importa admitir que fue él quien llamó Mesías de Maranello a Fernando Alonso mientras intentaba descascarillar al asturiano, y que yo le tomé prestada la ocurrencia para devolverle el coñazo que dio en Nürbu en verano y otoño de 2014.

Alonsista de pro, cazador de tifosi en el blog de Carlos Miquel, creador de uno que se titulaba Fernando vete a Honda, bocachancla en una lista de correo de Yahoo, hoy cerrada a cal y canto pero de la que aún soy administrador, mi buen amigo era y es el ejemplo vivo del aficionado ventajista que decía Diego y después afirmaba digo con tal de sentirse querido; él, que no había venido aquí a hacer amigos ni a encontrar un átomo de cariño. Él, antialonsista y tifoso viejo ahora, se apropió del dominio DeloreanF1 para acabar comprobando que a David le gustaba charlar con nosotros...

El ñu perfecto. Era docto como pocos pero, a la vez, un desperdicio, máxime apostándolo todo a desdeñar públicamente al mejor piloto de los últimos tiempos. Pero las edades llegan y nos pasan por encima y Binotto nos acaba de confirmar que, como les ha sucedido a tantos, también Prostvuelve se pasó de frenada y con Sebastian Vettel todo sigue siendo silencio en Maranello. Cinco años después, que se dice pronto.

Tanto odio para nada. El patrioterismo y esas cosas. El racismo que decía que mostrábamos contra Lewis Hamilton, ya, pero la realidad se impone y atrás quedan los necios que pusieron su culo en pompa para que los británicos nos siguieran colonizando con sus verdades.

Os leo.

1 comentario:

Elín Fernández dijo...

A ese se lo tragó la tierra.