lunes, 14 de octubre de 2019

Otra vez será


Lo de «Otra vez será» que da título a esta entrada tiene más peligro que un Miura en Estafeta porque primero habría que verlo, que decía aquél. Imagino que es una forma como otra cualquiera de consolarse a lo tifoso que yo mismo estoy utilizando estos días: no ha sido posible este año, pues otra vez será...

Y el caso es que no es tan sencillo. Ayer mismo lo anotaba en el texto que dediqué a Binotto: 2020 trae suficientes alicientes para Mercedes AMG y Lewis Hamilton, como para pensar que Ferrari lo va a tener muy cuesta arriba en eso de sacar la cabeza, mucho menos como siga haciendo lo que ha hecho esta temporada [Mattia, te llaman]. Y no es ser agorero, es mostrarse realista.

Hemos hablado recientemente de cómo se puede estar notando la salida de Daniel Ricciardo en la evolución de los acontecimientos en Red Bull durante 2019 y, cuando el SF90 comenzó a flaquear, también apunté a que La Scuderia estaba pagando caro haber trasladado a Kimi Raikkonen a Alfa Romeo. La nueva hornada de pilotos, Charles Leclerc incluido, ha traído consigo un desequilibrio que ha consolidado a Mercedes AMG como el equipo más consistente de la parrilla, debido a que Valtteri Bottas genera un feedback con los ingenieros de Brackley que para sí quisieran en Maranello o Milton Keynes.

Pierre Gasly, Alexander Albon, Leclerc, repito, tienen más o menos virtudes según sea el caso, pero son poco experimentados y su aporte al desarrollo del vehículo es muy limitado, y esto, con los tiempos que corren, supone un bonito escollo para sus escuderías.

Así como las unidades de potencia buscan antes la fiabilidad que las prestaciones, los monoplazas precisan de la mayor solidez posible antes de meterse a protagonizar batallas por los títulos, y esto que digo sólo es posible si se cuenta con tipos experimentados detrás, que aporten seguridad a los ingenieros y a los primeros espadas tanto en pista como fuera de ella.

La llegada de Charles al primer equipo ha supuesto una bocanada de aire puro. Nos hemos divertido de lo lindo y seguramente lo seguiremos haciendo hasta que termine todo en Abu Dhabi, pero ello no implica que tengamos que negar que la urgencia por salvar la cara en 2018 animó a la cúpula de Ferrari a cometer un error de libro al desprenderse de Kimi. En 2017, la diferencia final entre la estrella de tres puntas y la rossa fue de 144 puntos, al año siguiente se redujo a 84 (2018), pero esta temporada, la somanta se cifra en 179 a falta de cuatro carreras para completar el calendario.

En Fórmula 1, si no se avanza se retrocede, y lo que es peor, se corre el riesgo de comprometer el proyecto de la campaña siguiente. Y bien, como sigo en mis trece de que 2020 va a ser bastante similar a 2019 [Los coches de 2020], no las tengo todas conmigo y, sinceramente, no sé si otra vez será...

Os leo.

1 comentario:

Lastra dijo...

Leñe Josete, no seas cenizo!

Ahora que los de Maranello han conseguido balancear el carro para que vaya razonablemente bien en todos los circuitos y además lo han conseguido sin perder esa endiablada velocidad, si añadimos que los coches van a ser continuistas pues mejor me lo pones.

Asi ya solo queda el tema de gestionar el talento y ambiciones de los pilotos, que no es cosa baladí, incluso diría que es lo más importante. Esperemos que Mattia haya aprendido algo de esta temporada y para la próxima lo lleve mejor.

Saludos