viernes, 18 de octubre de 2019

Balada por «Pechito»


Ingenuamente, por lo que se ve, pensaba yo que este año el WEC iba a recobrar los supuestos bríos de épocas pretéritas y lo que está acumulando es el mismo polvo que antaño, lo que demuestra, una vez más, que todo el rollo que sufrimos en 2018 y 2019 tenía demasiado que ver con cierto piloto que ahora anda chupando polvo con vistas a participar en el Dakar.

Si esto afectara sólo a la prensa convencional, ni tan mal, que decía aquél, la pobre bastante tiene con lidiar con el clic diario y si no hay dónde rascar pues rasca donde puede, tampoco nos vamos a poner espesitos con esto. La especialista sigue informando regularmente sobre las andanzas de la Resistencia y aquí tampoco cabe quejarse, pero la cantidad de juntaletras que aparecieron para amonestarnos, llamarnos al orden y ofrecernos lecciones gratuitas desde blogs y redes sociales, han hecho mutis por el foro, literalmente.

Llevamos dos pruebas a cuestas de la actual temporada, las 4 Horas de Silverstone y las 6 Horas de Fuji, en nada nos ponemos en las 6 Horas de Shanghai y sigo encontrando material donde siempre ya que nadie explica ahora que no participa únicamente un piloto sino una tripulación completa, por ejemplo, que está mal sonreír —sólo sonreír, nada de echar carcajadas— cuando un coche rival sufre un percance o una avería, o que remontadas nocturnas ha habido muchas más y mejores que la que pudimos disfrutar en las 24 Horas de Le Mans 2018.

Tampoco hay conspiraciones a las que agarrarse ni órdenes de equipo más o menos encubiertas, ni historias añejas que debían conocer obligatoriamente los que llegaban a esta disciplina por primera vez, o eso se decía; ni, por supuesto, cosas que todo el mundo sabe en el paddock, que surgen a partir del tercer gin tonic y se convierten en verdad incontestable a partir del cuarto porque cuando el río suena, pues eso...

Me produce una lástima tremenda porque, en cuanto surja una miserable oportunidad, toda esta gente a la que me estoy refiriendo volverá a la carga y a buscar trabajo en redes sociales, engatusando al personal con lo acertado que resulta pagar seis euritos de nada por escuchar buenas retransmisiones, no como las que brindan Saldaña y Rubio, imagino, que sea dicho de paso: son impagables y cojonudas, y lo digo honestamente. Y la peña caerá en el enredo porque es humano caer y porque en redes, sólo cuando hace realmente falta, cualquiera pasa por experto si al final hay premio en metálico.

Entretanto, que se encargue Rita la pollera de acercar el WEC al gentío que huele mal hasta que le toca pasar por caja. Y a Pechito López que le quiera otra...

Y no, esta temporada 2019/20 sigo con Toyota pero mis amores van con el coche dorsal número 7, el que conducen el argentino, Mike Conway y Kamui Kobayashi. Y a ver cómo se nos da, que en esto también consiste este deporte: en sufrir y soñar.

Os leo.

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