Hoy hemos conocido que la veterana cabecera británica deja los quioscos y se centra en seguir publicando exclusivamente en digital. La noticia no tiene mayor alcance salvo para los frikies del papel, pues con esta decisión se van a sentir un poquito huérfanos, algo comprensible, por otro lado, aunque sea de agradecer por sus parejas o progenitores, que verán llegado (por fin) el ansiado momento en que las estanterías dejen de acumular polvo... ¡Pero si no las lees!, seguro que os suena de algo este grito de guerra...
En fin, Autosport deja de publicarse en formato físico pero continuará produciendo material para deleite de los aficionados y también de los juntaletras y creadores de contenidos serios y amateur, porque, para qué vamos a engañarnos, sus contenidos han dado y siguen dando de comer a cien mil redacciones juntas, que jamás han tenido que pasar por caja ni dar explicaciones por las traducciones que han hecho de sus textos, algunas francamente ramplonas, la verdad.
Os lo he contado alguna vez: durante mi etapa en Diariomotor (2012 a 2014) me suscribí a Autosport ya que era bajarme el PDF correspondiente y tener frente a mí la escaleta de todo lo que iba a publicar la competencia aquella semana. Resultaba cómodo saber de qué iban a hablar los demás, y muy esclarecedor sobre el comportamiento humano y su penosa tendencia al ¡ya lo dije...! En todo caso, que es a lo que vamos, no la vamos a echar en falta porque va a seguir estando donde siempre, bien en versión original o bien después de haber sido tratada.
Los tiempos mandan y para Autosport ha llegado el momento de elegir entre duplicar esfuerzos o asegurar el proyecto editorial, y me parece de perlas que hayan apostado por el segundo camino porque el primero llevaba mala derrota. Aunque suene a chufla lo he vivido en propias carnes. Los adalides de la Web 2.0 en el mundillo editorial de 2010 en adelante —¡qué años aquellos!—, se precipitaron en sus estimaciones digitales porque les hacía falta un respaldo de papel detrás. La aventura se llevó muchos proyectos por delante, algunos realmente maravillosos, y resultaba fácil imaginar que si una revista o publicación apostaba por la versión digital, suponía a la postre que le quedaban cuatro telediarios.
Hoy es diferente. Vivimos prácticamente en internet y no es obligatorio duplicar esfuerzos económicos, de personal o mercadotecnia, ni pelear con las distribuidoras, ni enredarse más de la cuenta, en definitiva. Autosport lo tiene claro, y como decía más arriba, sólo queda felicitarse por ello.
Los tiempos mandan y para Autosport ha llegado el momento de elegir entre duplicar esfuerzos o asegurar el proyecto editorial, y me parece de perlas que hayan apostado por el segundo camino porque el primero llevaba mala derrota. Aunque suene a chufla lo he vivido en propias carnes. Los adalides de la Web 2.0 en el mundillo editorial de 2010 en adelante —¡qué años aquellos!—, se precipitaron en sus estimaciones digitales porque les hacía falta un respaldo de papel detrás. La aventura se llevó muchos proyectos por delante, algunos realmente maravillosos, y resultaba fácil imaginar que si una revista o publicación apostaba por la versión digital, suponía a la postre que le quedaban cuatro telediarios.
Hoy es diferente. Vivimos prácticamente en internet y no es obligatorio duplicar esfuerzos económicos, de personal o mercadotecnia, ni pelear con las distribuidoras, ni enredarse más de la cuenta, en definitiva. Autosport lo tiene claro, y como decía más arriba, sólo queda felicitarse por ello.
Os leo.
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