sábado, 5 de octubre de 2019

Jules y la incertidumbre


Si las cosas fuesen tan sencillas como se dibujan ahí fuera, la vida consistiría en aceptar sumisamente que todo tiene sentido, incluso sus abundantes contrasentidos y sinsentidos, también eso que sientes y sabes cierto pero no puedes explicar porque intuyes que nadie sería capaz de entenderlo.

Hoy hace... Sí, Bianchi, hoy, hace cinco años, se encontraba en su camino con 4'5 toneladas pintadas de amarillo que no deberían estar allí, y a partir de ese instante fugaz todos empezamos a morir un poco a su lado, hasta que el 17 de julio de 2015 una mano amiga nos tomó por el hombro y nos apartó de la cabecera de su cama para confirmarnos que el francés se había ido para no volver...

Todavía duele y hay quien se pregunta cómo pudo suceder y cómo puede ser...

Es así, seguramente, porque nos enamoramos de las personas con las entrañas y nos agarramos a ellas como el náufrago a la tabla que impide que los trague el océano, y cuando no están, recordamos que somos seres profundamente vulnerables, rodeados de certezas, sí, pero rebosantes de incertidumbre. Jules era uno de los nuestros, ¿cómo íbamos a olvidarlo?

Os leo.

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