Don José María Aznar hablaba catalán en la intimidad, y yo, en la intimidad hago cuentas que no me salen. Y es que no da para Campeón de Constructores el tercer coche de la parrilla, con un nivel de estrategias en carrera bastante cuestionable y una pareja de pilotos a la que le faltan algunos hervores, dotada, además, del líder más flojo que han visto estos ojos.
Hemos hablado tanto de la ausencia de las grandes como motivo de la supuesta excelencia de McLaren en 2024, que podría jugarme la mano con que dibujo a que Woking se ha encontrado con un regalo en los brazos, y lo ha aprovechado, y no hay mucho que decir al respecto porque bien ganado estará.
Otra cosa es que todo esto no me convenza si no incluyo en la ecuación la necesidad política de darle a Zak Brown un aliciente para que deje de meter el dedo donde no debe.
Me gustaría equivocarme, pero me temo que en 2025 disfrutaremos de un californiano más cercano a los intereses de Liberty Media, más tolerante con su archienemiga Red Bull y más próximo a Brackley, al devolverle a Mercedes-Benz el lugar de privilegio, como motorista, que tanta falta le hará a la alemana cuando desembarquen Honda, Ford y Audi.
Os leo.
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